EL SANTO EVANGELIO
Martes, 31 de mayo de 2016
Lucas (1,39-56): (« ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi
Señor ?»). De estas dos mujeres puedo aprender tantas cosas, de María puedo
aprender que ella no se queda tranquila, ella se pone en movimiento, se pone al
servicio del otro, distinto a mí que el Señor me ha visitado primero para que
pueda servir con amor, por amor y en el amor, (ahora recuerdo para vergüenza mía,
cuantas son las heridas que les he causado a mi mujer, que con solo pedir perdón
no se curan, por eso pido al Señor que la ame profundamente y que me enseñe a mí,
a amarla, a valorarla y respetarla) tantas noches en vela de mi mujer cuidado mis
hijos, mientras yo sumía cada vez más fuerte, mi almohada en mis oídos para no
escuchar los gritos de mis hijos, y en ocasiones mi grito muy popular en la madrugada
*CALLA ESE MUCHACO CARAJO* que mañana tengo que trabajar, gran lesión para mí, María
recibe para amar, si yo que no respetaba el amor, que en ese momento difícil de
las madrugadas, salía de mi mujer a mis hijos, imagínate de lo que soy capaz, si
no tengo el amor en mi corazón, DEL HIJO DE MARIA, cuantas cosas feas, han
salido de mi boca en contra de la MADRE DE MI SEÑOR. Sí, mi Señor, me dice que
para entrar en el reino de los cielo, tengo que ser como un niño, entonces
tengo que pedir al Señor, que me de ojos bien iluminado para contemplar el
rostro bello de mi MADRE. Si Jesús es mi Señor, que no tengo ninguna duda de
que lo es, entonces ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?
《 El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a
ser, SANTO 》