EL SANTO EVANGELIO
JUEVES 5 DE MAYO
SAN Juan (16,16-20):
(«Vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en
alegría »). Recuerdo cuando en una ocasión
mi abuela, que la consideraba como mi mama, se marchó a otro país, ella que no
savia leer ni escribir, apena escribía su nombre, cuando fuimos al aeropuerto, pensaba
que algo en mí se perdía, como me entro una morriña tan grande y la tristeza se
hiso cargo de mí, y pasaron los años sin ningún tipo de noticias, más cuando
por fin regreso, mi alegría fue muy grande, y acompañada de muchos regalo. El
Señor me invita a vivir en esa esperanza, a esperar en él, que es una alegría
mucho más grande que esa. El Señor sabe que meda mucha tristeza dejar esta
forma de vivir, hecha a mi imagen, según mi creencia y mi convicción, lo que
creo o lo que a mí me parece y lo que a mí me conviene, (nunca pero nunca le he
dicho a mi mujer, dime mujer que me mando a decir DIOS contigo, que quiere el, ahora
para mí, al contrario, soy yo el que más sabe y no la dejo hablar), Señor yo sé
que tú le habla a mi mujer, dame la gracia de escuchar lo que tú me dice atreves
de ella. (Para mi Señor, la mujer es el ser más bello que tú has creado y tiene
dentro algo muy especial, la fábrica de la vida la matriz). Sé que tú le habla
a mi mujer, porque siempre ella está pendiente de mí, como tu esta siempre
pendiente de mí, para cambiar mi tristeza en alegría.
《 El
que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO 》