Lectura del libro de los Números 24, 2-7. 15-17a
En aquellos días, Balaán, tendiendo la vista, divisó a Israel acampado por tribus. El
espíritu de Dios vino sobre el, y entono sus versos:
«Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos;
oráculo del que escucha palabras de Dios, que contempla visiones del Poderoso, en
éxtasis, con los ojos abiertos:
¡Qué bellas las tiendas de Jacob y las moradas de Israel!
Como vegas dilatadas, como jardines junto al río,
como áloes que plantó el Señor o cedros junto a la corriente;
el agua fluye de sus cubos, y con el agua se multiplica su simiente.
Su rey es más alto que Agag, y su reino descuella.»
Y entonó sus versos:
«Oráculo de Balaán, hijo de Beor, oráculo del hombre de ojos perfectos;
oráculo del que escucha palabras de Dios y conoce los planes del Altísimo,
que contempla visiones del Poderoso,
en éxtasis, con los ojos abiertos:
Lo veo, pero no es ahora,
lo contemplo, pero no será pronto:
Avanza la constelación de Jacob,
y sube el cetro de Israel.»
Palabra de DIOS