DANDO Y RECIBIENDO
El Ángel anunció a María...
Musica Para el Alma
jueves, 20 de noviembre de 2025
LUCAS 19,45-48 CICLO C
Lecturas
del Viernes de la XXXIII Semana del Tiempo Ordinario
21 Nov 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (19,45-48)*
En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se
puso a echar a los vendedores, diciéndoles: «Escrito está: «Mi casa es casa de
oración»; pero vosotros la habéis convertido en una «cueva de bandidos.»»
Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los
notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de
que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus
labios.
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
«Mi Casa será Casa de oración.
¡Pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos!»
*Cada día necesito reconocer más lo
que hay dentro de mí. Es sierto que hago negocios con la casa del Señor, porque
mi cuerpo, es casa de Dios, y templo del Espíritu Santo. Jesús el maestro y Señor,
quiere que cuide muy bien mi cuerpo, desde mi forma de hablar, cuidando de no
ofender o maltratar a otros con mis palabras, desde mi forma de vestir para no
ser un escándalo para otros, también implica mi forma de comer, no comer con glotonería,
comer de una manera natural y saludable, recordando que estamos hechos a imagen
y semejanza de Dios. Es por eso que Jesús el buen pastor, tan bien de una
manera sabia quiere proteger mi corazón, porque mi corazón es el lugar donde vive Dios, y es
también donde se administran: El Amor, la humildad y la paz. Jesús el Señor, quiere mi permiso
y mi autorización para expulsar de mí, el odio, la envidia, el rencor, la ira, la
soberbia, los malos pensamientos, los malos deseos y algunas cosas más que no
me atrevo a escribir. Jesús amigo fiel, quiere entra en mi vida y sacar todas
las cosas malas que tengo y que me hacen daño, Dios desea para mi vida eterna*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL VIERNES 21
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
VIERNES DE LA SEMANA
XXXIII
Del Común de la Santísima Virgen María - Salterio I
21 de noviembre
*LA PRESENTACIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
MARÍA. (MEMORIA)*
En este día, en que se recuerda la dedicación, el año 543, de la iglesia de
Santa María la Nueva, construida cerca del templo de Jerusalén, celebramos,
junto con los cristianos de la Iglesia oriental, la «dedicación» que María hizo
de sí misma a Dios, ya desde su infancia, movida por el Espíritu Santo, de cuya
gracia estaba llena desde su concepción inmaculada.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Aclamemos al Señor en esta fiesta
de María Virgen.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamemos al Señor en esta fiesta
de María Virgen.
Himno: ÉSTA ERA UNA NIÑA
Ésta era una niña
con aire de flor,
agua más que el río,
fuego más que el sol.
Vivía en el templo
del rey Salomón,
oyendo en los salmos
ecos de otra voz.
Quemaban su pecho,
con celeste ardor,
palabras magníficas,
silencio de Dios:
«¡Oh Padre que habitas
en alto esplendor,
envía el rocío
del Hijo de Dios!
¡Ábrase la tierra:
brote el Salvador!
¡Lloved, rojas nubes,
al Dios de Jacob!
¡Floreced, collados,
al Justo, al Señor,
lucero del alba,
flor de la creación!»
Y al solio del Padre
subía su clamor,
cual nube de incienso
plegaria sin voz. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aceptarás los sacrificios, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar,
Señor.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aceptarás los sacrificios, ofrendas
y holocaustos, sobre tu altar, Señor.
Ant 2. Con el Señor triunfará y se
gloriará la estirpe de Israel.
Cántico: QUE LOS PUEBLOS TODOS SE CONVIERTAN AL SEÑOR. Is 45, 15-25
Es verdad: tú eres un Dios escondido,
el Dios de Israel, el Salvador.
Se avergüenzan y se sonrojan todos por igual,
se van avergonzados los fabricantes de ídolos;
mientras el Señor salva a Israel
con una salvación perpetua,
para que no se avergüencen ni se sonrojen
nunca jamás.
Así dice el Señor, creador del cielo
—él es Dios;—,
él modeló la tierra,
la fabricó y la afianzó;
no la creó vacía,
sino que la formó habitable:
«Yo soy el Señor y no hay otro.»
No te hablé a escondidas,
en un país tenebroso,
no dije a la estirpe de Jacob:
«Buscadme en el vacío.»
Yo soy el Señor que pronuncia sentencia
y declara lo que es justo.
Reuníos, venid, acercaos juntos,
supervivientes de las naciones.
No discurren los que llevan su ídolo de madera,
y rezan a un dios que no puede salvar.
Declarad, aducid pruebas,
que deliberen juntos:
¿Quién anunció esto desde antiguo,
quién lo predijo desde entonces?
¿No fui yo, el Señor?
—No hay otro Dios fuera de mí—.
Yo soy un Dios justo y salvador,
y no hay ninguno más.
Volveos hacia mí para salvaros,
confines de la tierra,
pues yo soy Dios y no hay otro.
Yo juro por mi nombre,
de mi boca sale una sentencia,
una palabra irrevocable:
«Ante mí se doblará toda rodilla,
por mí jurará toda lengua»,
dirán: «Sólo el Señor
tiene la justicia y el poder.»
A él vendrán avergonzados
los que se enardecían contra él,
con el Señor triunfará y se gloriará
la estirpe de Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Con el Señor triunfará y se
gloriará la estirpe de Israel.
Ant 3. Entrad en la presencia del Señor
con aclamaciones.
Salmo 99 - ALEGRÍA DE LOS QUE ENTRAN EN EL TEMPLO.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
entrad en su presencia con aclamaciones.
Sabed que el Señor es Dios:
que él nos hizo y somos suyos,
su pueblo y ovejas de su rebaño.
Entrad por sus puertas con acción de gracias,
por sus atrios con himnos,
dándole gracias y bendiciendo su nombre:
«El Señor es bueno,
su misericordia es eterna,
su fidelidad por todas las edades.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Entrad en la presencia del Señor
con aclamaciones.
LECTURA BREVE Is 61, 10
Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un
traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como a una novia que se
adorna con sus joyas.
RESPONSORIO BREVE
V. El Señor la eligió y la predestinó.
R. El Señor la eligió y la predestinó.
V. La hizo morar en su templo santo.
R. Y la predestinó.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El Señor la eligió y la predestinó.
V. Hijo
mío, conserva mis palabras.
R. Conserva mis mandatos y vivirás.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Ezequiel 28, 1-19
ORÁCULO CONTRA TIRO, CIUDAD ORGULLOSA
En aquellos días, el Señor me dirigió la palabra y me dijo:
«Hijo de hombre, di al príncipe de Tiro: Esto dice el Señor: Se hinchó tu
corazón y dijiste: "Soy Dios, entronizado en solio de dioses en el corazón
del mar", tú que eres hombre y no dios; te creías listo como los dioses.
¡Si eres más sabio que Daniel!, ningún enigma se te resiste. Con tu talento,
con tu habilidad, te hiciste una fortuna; acumulaste oro y plata en tus
tesoros. Con agudo talento de mercader, ibas acrecentando tu fortuna, y tu
fortuna te llenó de presunción.
Por eso, así dice el Señor: Por haberte creído sabio como los dioses, por eso,
traigo contra ti bárbaros pueblos feroces; desenvainarán la espada contra tu
belleza y tu sabiduría, profanando tu esplendor. Te hundirán en la fosa,
morirás con muerte ignominiosa en el corazón del mar. Tú que eres hombre y no
dios, ¿osarás decir: "Soy Dios", delante de tus asesinos, en poder de
los que te apuñalen? Morirás con muerte de incircunciso, a manos de bárbaros.
Yo lo he dicho —oráculo del Señor—.»
Me vino esta palabra del Señor:
«Hijo de hombre, entona una elegía al rey de Tiro. Así dice el Señor: Eras cuño
de perfección, colmo de la sabiduría, de acabada belleza; estabas en un jardín
de dioses, revestido de piedras preciosas: cornalina, topacio y aguamarina,
crisolito, malaquita y jaspe, zafiro, rubí y esmeralda; de oro afiligranado tus
zarcillos y dijes, preparados el día de tu creación.
Te puse junto a un querube protector de alas extendidas. Estabas en la montaña
sagrada de los dioses, entre piedras de fuego te paseabas. Era irreprensible tu
conducta desde el día de tu creación hasta que se descubrió tu culpa. A fuerza
de hacer tratos, te ibas llenando de atropellos, y pecabas. Te desterré
entonces de la montaña de los dioses y te expulsó el querube protector de entre
las piedras de fuego. Te llenó de presunción tu belleza y tu esplendor te
trastornó el sentido; te arrojé por tierra, te hice espectáculo para los reyes.
Con tus muchas culpas, con tus sucios negocios, profanaste tu santuario; hice
brotar de tus entrañas fuego que te devoró; te convertí en ceniza sobre el
suelo, a la vista de todos. Tus conocidos de todos los pueblos se espantaron de
ti; ¡siniestro desenlace!, para siempre dejaste de existir.»
RESPONSORIO Cf. Ez 28, 6. 7. 16. 17. 18
R. Así dice el Señor: Por haberte creído sabio
como los dioses, * por eso,
traigo contra ti bárbaros pueblos feroces; te desterraré de la montaña de los
dioses y te convertiré en ceniza.
V. Tu esplendor te trastornó el sentido; con tus
muchas culpas, profanaste tu santuario.
R. Por eso, traigo contra ti bárbaros pueblos
feroces; te desterraré de la montaña de los dioses y te convertiré en ceniza.
SEGUNDA LECTURA
De los sermones de san Agustín, obispo
(Sermón 25, 7-8: PL 46, 937-938)
DIO FE AL MENSAJE DIVINO Y CONCIBIÓ POR SU FE
Os pido que atendáis a lo que dijo Cristo el Señor, extendiendo la mano sobre
sus discípulos: Estos son mi madre y mis hermanos; y el que hace la voluntad de
mi Padre, que me ha enviado, es mi hermano y mi hermana y mi madre. ¿Por
ventura no cumplió la voluntad del Padre la Virgen María, ella, que dio fe al
mensaje divino, que concibió por su fe, que fue elegida para que de ella
naciera entre los hombres el que había de ser nuestra salvación, que fue creada
por Cristo antes que Cristo fuera creado en ella? Ciertamente, cumplió santa
María con toda perfección, la voluntad del Padre, y por esto es más importante
su condición de discípula de Cristo que la de madre de Cristo, es más dichosa
por ser discípula de Cristo que por ser madre de Cristo. Por esto María fue
bienaventurada, porque, antes de dar a luz a su maestro, lo llevó en su seno.
Mira si no es tal como digo. Pasando el Señor, seguido de las multitudes y
realizando milagros, dijo una mujer: Dichoso el seno que te llevó. Y el Señor,
para enseñarnos que no hay que buscar la felicidad en las realidades de orden
material, ¿qué es lo que respondió?: Dichosos más bien los que escuchan la
palabra de Dios y la cumplen. De ahí que María es dichosa también porque
escuchó la palabra de Dios y la cumplió; llevó en su seno el cuerpo de Cristo,
pero más aún guardó en su mente la verdad de Cristo. Cristo es la verdad,
Cristo tuvo un cuerpo: en la mente de María estuvo Cristo, la verdad; en su
seno estuvo Cristo hecho carne, un cuerpo. Y es más importante lo que está en
la mente que lo que se lleva en el seno.
María fue santa, María fue dichosa, pero más importante es la Iglesia que la
misma Virgen María. ¿En qué sentido? En cuanto que María es parte de la
Iglesia, un miembro santo, un miembro excelente, un miembro supereminente, pero
un miembro de la totalidad del cuerpo. Ella es parte de la totalidad del
cuerpo, y el cuerpo entero es más que uno de sus miembros. La cabeza de este
cuerpo es el Señor, y el Cristo total lo constituyen la cabeza y el cuerpo.
¿Qué más diremos? Tenemos, en el cuerpo de la Iglesia, una cabeza divina,
tenemos al mismo Dios por cabeza.
Por tanto, amadísimos hermanos, atended a vosotros mismos: también vosotros
sois miembros de Cristo, cuerpo de Cristo. Así lo afirma el Señor, de manera
equivalente, cuando dice: Estos son mi madre y mis hermanos. ¿Cómo seréis madre
de Cristo? El que escucha y el que hace la voluntad de mi Padre celestial es mi
hermano y mi hermana y mi madre. Podemos entender lo que significa aquí el
calificativo que nos da Cristo de «hermanos» y «hermanas»: la herencia celestial
es única, y, por tanto, Cristo, que siendo único no quiso estar solo, quiso que
fuéramos herederos del Padre y coherederos suyos.
RESPONSORIO Is 61, 10; Lc 1, 46-47
R. Desbordo de gozo en el Señor, y me alegro con
mi Dios: * porque me ha vestido un traje de gala, como a una novia que
se adorna con sus joyas.
V. Proclama mi alma la grandeza del Señor, se
alegra mi espíritu en Dios mi salvador.
R. Porque me ha vestido un traje de gala, como a
una novia que se adorna con sus joyas.
Lecturas del Viernes de la
XXXIII Semana del Tiempo Ordinario
21
Nov 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,45-48)*
En
aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores,
diciéndoles: «Escrito está: «Mi casa es casa de oración»; pero vosotros la
habéis convertido en una «cueva de bandidos.»»
Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los
notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de
que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus
labios.
Palabra
del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Dichosa tú, María, que has creído; porque lo que te ha dicho el
Señor se cumplirá. Aleluya.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichosa tú, María, que has creído;
porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Aleluya.
PRECES
Elevemos nuestras súplicas al Salvador, que quiso nacer de María
Virgen, y digámosle:
Que tu santa Madre, Señor, interceda por nosotros.
Salvador del mundo, tú que con la eficacia de tu redención preservaste a tu
Madre de toda mancha de pecado,
líbranos también a nosotros de toda culpa.
Redentor nuestro, tú que hiciste de la inmaculada Virgen María tabernáculo
purísimo de tu presencia y sagrario del Espíritu Santo,
haz también de nosotros templos de tu Espíritu.
Palabra eterna del Padre, que enseñaste a María a escoger la parte mejor,
ayúdanos a imitarla y a buscar el alimento que perdura hasta la vida eterna.
Rey de reyes, que elevaste contigo a tu Madre en cuerpo y alma al cielo,
haz que aspiremos siempre a los bienes celestiales.
Señor del cielo y de la tierra, que has colocado a tu derecha a María reina,
danos el gozo de tener parte en su gloria.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Según el mandato del Señor, digamos confiadamente:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios nuestro, al celebrar esta festividad de la Santísima
Virgen María, te pedimos, por su intercesión, nos concedas también a nosotros
participar de la plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: ÉSTA ERA UNA NIÑA.
Ésta era una niña
con aire de flor,
agua más que el río,
fuego más que el sol.
Vivía en el templo
del rey Salomón,
oyendo en los salmos
ecos de otra voz.
El Viento es contigo,
contigo el León,
contigo el Lucero,
contigo el Amor.
Tú, fuente sellada,
hija del Amor;
tú, el alba más bella,
del más bello sol.
Sé tú siempre niña,
sé tú siempre don,
sé como esta niña
con aire de flor,
agua más que el río,
fuego más que el sol. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Sáname, Señor, porque he pecado contra ti.
Salmo 40 - ORACIÓN DE UN ENFERMO
Dichoso el que cuida del pobre y desvalido;
en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor.
El Señor lo guarda y lo conserva en vida,
para que sea dichoso en la tierra,
y no lo entrega a la saña de sus enemigos.
El Señor lo sostendrá en el lecho del dolor,
calmará los dolores de su enfermedad.
Yo dije: «Señor, ten misericordia,
sáname, porque he pecado contra ti.»
Mis enemigos me desean lo peor;
«A ver si se muere y se acaba su apellido.»
El que viene a verme habla con fingimiento,
disimula su mala intención,
y cuando sale afuera, la dice.
Mis adversarios se reúnen a murmurar contra mí,
hacen cálculos siniestros:
«Padece un mal sin remedio,
se acostó para no levantarse.»
Incluso mi amigo, de quien yo me fiaba,
que compartía mi pan,
es el primero en traicionarme.
Pero tú, Señor, apiádate de mí,
haz que pueda levantarme,
para que yo les dé su merecido.
En esto conozco que me amas:
en que mi enemigo no triunfa de mí.
A mí, en cambio, me conservas la salud,
me mantienes siempre en tu presencia.
Bendito el Señor, Dios de Israel,
ahora y por siempre. Amén, amén.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Sáname, Señor, porque he pecado
contra ti.
Ant 2. El Señor de los ejércitos está con
nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Salmo 45 - DIOS, REFUGIO Y FORTALEZA DE SU PUEBLO
Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.
Que hiervan y bramen sus olas,
que sacudan a los montes con su furia:
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora.
Los pueblos se amotinan, los reyes se rebelan;
pero él lanza su trueno y se tambalea la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra:
Pone fin a la guerra hasta el extremo del orbe,
rompe los arcos, quiebra las lanzas,
prende fuego a los escudos.
«Rendíos, reconoced que yo soy Dios:
más alto que los pueblos, más alto que la tierra.»
El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor de los ejércitos está con
nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Ant 3. Vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, Señor.
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vendrán todas las naciones y se
postrarán en tu acatamiento, Señor.
LECTURA BREVE Ga 4, 4-5
Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido
bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos
el ser hijos por adopción.
RESPONSORIO BREVE
V. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo.
R. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está
contigo.
V. Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto
de tu vientre.
R. El Señor está contigo.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está
contigo.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Dichosa tú, siempre Virgen María y santa Madre de Dios, templo del
Señor, sagrario del Espíritu Santo: tú fuiste la única que agradaste plenamente
a nuestro Señor Jesucristo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichosa tú, siempre Virgen María y
santa Madre de Dios, templo del Señor, sagrario del Espíritu Santo: tú fuiste
la única que agradaste plenamente a nuestro Señor Jesucristo.
PRECES
Proclamemos las grandezas de Dios Padre todopoderoso, que quiso
que todas las generaciones felicitaran a María, la madre de su Hijo, y
supliquémosle diciendo:
Que la llena de gracia interceda por nosotros.
Señor, Dios nuestro, admirable siempre en tus obras, que has querido que la
inmaculada Virgen María participara en cuerpo y alma de la gloria de
Jesucristo,
haz que todos tus hijos deseen y caminen hacia esta misma gloria.
Tú que nos diste a María por madre, concede por su mediación salud a los
enfermos, consuelo a los tristes, perdón a los pecadores
y a todos abundancia de salud y de paz.
Tú que hiciste de María la llena de gracia,
concede la abundancia de tu gracia a todos los hombres.
Haz, Señor, que tu Iglesia tenga un solo corazón y una sola alma por el amor,
y que todos los fieles perseveren unánimes en la oración con María, la madre de
Jesús.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que coronaste a María como reina del cielo,
haz que los difuntos puedan alcanzar con todos los santos la felicidad de tu
reino.
Confiando en el Señor, que hizo obras grandes en María, pidamos al Padre que
colme también de bienes al mundo hambriento:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios nuestro, al celebrar esta festividad de la Santísima
Virgen María, te pedimos, por su intercesión, nos concedas también a nosotros
participar de la plenitud de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los
siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL VIERNES 21 DE NOVIEMBRE 2025
Lecturas
del Viernes de la XXXIII Semana del Tiempo Ordinario
21 Nov 2025
Primera Lectura
Lectura del primer libro de los Macabeos (4,36-37.52-59):
En aquellos días, Judas y sus hermanos
propusieron: «Ahora que tenemos derrotado al enemigo, subamos a purificar y
consagrar el templo.»
Se reunió toda la tropa, y subieron al monte Sión. El año ciento cuarenta y
ocho, el día veinticinco del mes noveno, que es el de Casleu, madrugaron para
ofrecer un sacrificio, según la ley, en el nuevo altar de los holocaustos
recién construido. En el aniversario del día en que lo habían profanado los
paganos, lo volvieron a consagrar, cantando himnos y tocando cítaras, laúdes y
platillos. Todo el pueblo se postró en tierra, adorando y alabando a Dios, que
les había dado éxito. Durante ocho días, celebraron la consagración, ofreciendo
con júbilo holocaustos y sacrificios de comunión y de alabanza. Decoraron la
fachada del templo con coronas de oro y rodelas. Consagraron también el portal
y las dependencias, poniéndoles puertas. El pueblo entero celebró una gran
fiesta, que canceló la afrenta de los paganos. Judas, con sus hermanos y toda
la asamblea de Israel, determinó que se conmemorara anualmente la nueva
consagración del altar, con solemnes festejos, durante ocho días, a partir del
veinticinco del mes de Casleu.
Palabra de Dios
Salmo
1Cro 29,10.11abc.11d-12a.12bed
R/. Alabamos, Señor, tu nombre
glorioso
Bendito eres, Señor, Dios de nuestro padre
Israel,
por los siglos de los siglos. R/.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. R/.
Tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria. R/.
Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos. R/.
Lecturas
del Viernes de la XXXIII Semana del Tiempo Ordinario
21 Nov 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio
según san Lucas (19,45-48)*
En aquel tiempo, entró Jesús en el templo y se
puso a echar a los vendedores, diciéndoles: «Escrito está: «Mi casa es casa de
oración»; pero vosotros la habéis convertido en una «cueva de bandidos.»»
Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los
notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de
que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus
labios.
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
«Mi Casa será Casa de oración.
¡Pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos!»
*Cada día necesito reconocer más lo
que hay dentro de mí. Es sierto que hago negocios con la casa del Señor, porque
mi cuerpo, es casa de Dios, y templo del Espíritu Santo. Jesús el maestro y Señor,
quiere que cuide muy bien mi cuerpo, desde mi forma de hablar, cuidando de no
ofender o maltratar a otros con mis palabras, desde mi forma de vestir para no
ser un escándalo para otros, también implica mi forma de comer, no comer con glotonería,
comer de una manera natural y saludable, recordando que estamos hechos a imagen
y semejanza de Dios. Es por eso que Jesús el buen pastor, tan bien de una
manera sabia quiere proteger mi corazón, porque mi corazón es el lugar donde vive Dios, y es
también donde se administran: El Amor, la humildad y la paz. Jesús el Señor, quiere mi permiso
y mi autorización para expulsar de mí, el odio, la envidia, el rencor, la ira, la
soberbia, los malos pensamientos, los malos deseos y algunas cosas más que no
me atrevo a escribir. Jesús amigo fiel, quiere entra en mi vida y sacar todas
las cosas malas que tengo y que me hacen daño, Dios desea para mi vida eterna*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.






