*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO
ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA
XXII
Del Común de pastores para un santo papa y del Común de doctores de la Iglesia.
Salterio II
3 de septiembre
*SAN GREGORIO MAGNO, papa y doctor de la Iglesia (MEMORIA)*.
Nació en Roma hacia el año 540. Desempeñó primero diversos cargos
públicos, y llegó luego a ser prefecto de la Urbe. Más tarde se dedicó a la
vida monástica, fue ordenado diácono y nombrado legado pontificio en
Constantinopla. El día 3 de septiembre del año 590 fue elegido papa, cargo que
ejerció como verdadero pastor, en su modo de gobernar, en su ayuda a los
pobres, en la propagación y consolidación de la fe. Tiene escritas muchas obras
sobre teología moral y dogmática. Murió el día 12 de marzo del año 604.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de
la sabiduría.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de
la sabiduría.
Himno: PARA VOSOTROS, EL MISTERIO DEL PADRE.
Para vosotros, el misterio del Padre;
con vosotros, la luz del Verbo;
en vosotros, la llama del Amor
que es fuego.
¡Hontanares de Dios!,
¡hombres del Evangelio!,
¡humildes inteligencias luminosas!,
¡grandes hombres de barro tierno!
El mundo tiene hambre de infinito
y sed de cielo;
las criaturas nos atan a lo efímero
y nos vamos perdiendo en el tiempo.
Para nosotros,
el misterio que aprendisteis del Padre;
con nosotros, la luz que os dio el Verbo;
en nosotros, el Amor ingénito.
¡Hombres de Cristo, maestros de la Iglesia!
dadnos una vida y un anhelo,
la angustia por la verdad,
por el error el miedo.
Dadnos una vida de rodillas
ante el misterio,
una visión de este mundo de muerte
y una esperanza de cielo.
Padre, te pedimos para la Iglesia
la ciencia de estos maestros. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro
Dios?
Salmo 76 - RECUERDO DEL PASADO GLORIOSO DE ISRAEL.
Alzo mi voz a Dios gritando,
alzo mi voz a Dios para que me oiga.
En mi angustia te busco, Señor mío;
de noche extiendo las manos sin descanso,
y mi alma rehúsa el consuelo.
Cuando me acuerdo de Dios, gimo,
y meditando me siento desfallecer.
Sujetas los párpados de mis ojos,
y la agitación no me deja hablar.
Repaso los días antiguos,
recuerdo los años remotos;
de noche lo pienso en mis adentros,
y meditándolo me pregunto:
¿Es que el Señor nos rechaza para siempre
y ya no volverá a favorecernos?
¿Se ha agotado ya su misericordia,
se ha terminado para siempre su promesa?
¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,
o la cólera cierra sus entrañas?
Y me digo: ¡Qué pena la mía!
¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!
Recuerdo las proezas del Señor;
sí, recuerdo tus antiguos portentos,
medito todas tus obras
y considero tus hazañas.
Dios mío, tus caminos son santos:
¿qué dios es grande como nuestro Dios?
Tú, ¡oh Dios!, haciendo maravillas,
mostraste tu poder a los pueblos;
con tu brazo rescataste a tu pueblo,
a los hijos de Jacob y de José.
Te vio el mar, ¡oh Dios!,
te vio el mar y tembló,
las olas se estremecieron.
Las nubes descargaban sus aguas,
retumbaban los nubarrones,
tus saetas zigzagueaban.
Rodaba el fragor de tu trueno,
los relámpagos deslumbraban el orbe,
la tierra retembló estremecida.
Tú te abriste camino por las aguas,
un vado por las aguas caudalosas,
y no quedaba rastro de tus huellas:
mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,
por la mano de Moisés y de Aarón.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios mío, tus caminos son santos:
¿qué dios es grande como nuestro Dios?
Ant 2. Mi corazón se regocija por el
Señor, que humilla y enaltece.
Cántico: ALEGRIA DE LOS HUMILDES EN DIOS 1S 2,1-10
Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
No hay santo como el Señor,
no hay roca como nuestro Dios.
No multipliquéis discursos altivos,
no echéis por la boca arrogancias,
porque el Señor es un Dios que sabe;
él es quien pesa las acciones.
Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos no tienen ya que trabajar;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos se marchita.
El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.
Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria;
pues del Señor son los pilares de la tierra,
y sobre ellos afianzó el orbe.
Él guarda los pasos de sus amigos,
mientras los malvados perecen en las tinieblas,
porque el hombre no triunfa por su fuerza.
El Señor desbarata a sus contrarios,
el Altísimo truena desde el cielo,
el Señor juzga hasta el confín de la tierra.
él da fuerza a su Rey,
exalta el poder de su Ungido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi corazón se regocija por el
Señor, que humilla y enaltece.
Ant 3. El Señor reina, la tierra goza.
Salmo 96 - EL SEÑOR ES UN REY MAYOR QUE TODOS LOS DIOSES.
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono.
Delante de él avanza fuego
abrasando en torno a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la tierra se estremece.
Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Los que adoran estatuas se sonrojan,
los que ponen su orgullo en los ídolos;
ante él se postran todos los dioses.
Lo oye Sión, y se alegra,
se regocijan las ciudades de Judá
por tus sentencias, Señor;
porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses.
El Señor ama al que aborrece el mal,
protege la vida de sus fieles
y los libra de los malvados.
Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor reina, la tierra goza.
LECTURA BREVE Sb 7, 13-14
Aprendí la sabiduría sin malicia, reparto sin envidia, y no me guardo sus
riquezas. Porque es un tesoro inagotable para los hombres: los que lo adquieren
se atraen la amistad de Dios, porque el don de su enseñanza los recomienda.
RESPONSORIO BREVE
V. El pueblo cuenta su sabiduría.
R. El pueblo cuenta su sabiduría.
V. La asamblea pregona su alabanza.
R. Cuenta su sabiduría.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El pueblo cuenta su sabiduría.
V. Mi alma espera en el Señor.
R. Espera en su palabra.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Amós 3, 1-15
VISITA DEL SEÑOR A SAMARÍA Y BETEL
Escuchad, israelitas, esta palabra que dice el Señor a todas las tribus que
saqué de Egipto:
«A vosotros solos os escogí entre todas las familias de la tierra; por eso os
tomaré cuentas de todos vuestros pecados.»
¿Caminan juntos dos que no se conocen? ¿Ruge el león en la espesura sin tener
presa? ¿Grita el cachorro en la guarida sin haber cazado? ¿Cae el pájaro al
suelo si no hay una trampa? ¿Salta la trampa del suelo sin haber atrapado?
¿Suena la trompeta en la ciudad sin que el pueblo se alarme? ¿Sucede una
desgracia en la ciudad que no la mande el Señor? No hará cosa el Señor sin
revelar su plan a sus siervos los profetas. Ruge el león, ¿quién no temerá?
Habla el Señor, ¿quién no profetizará?
Pregonad en los palacios de Asdod, decid en los palacios de Egipto: «Reuníos
contra los montes de Samaría, contemplad el tráfago en medio de ella, las
opresiones en su recinto.» No supieron obrar rectamente —oráculo del Señor—,
atesoraban violencias y crímenes en sus palacios. Por eso, así dice el Señor:
«El enemigo asedia el país, derriba tu fortaleza, saquea tus palacios.»
Así dice el Señor: «Como salva el pastor de la boca del león un par de patas o
un trozo de oreja, así se salvarán en ese día los hijos de Israel que habitan
en Samaría, con el borde de una litera y un cobertor de Damasco. Escuchad,
testimoniad contra la casa de Jacob —oráculo del Señor, Dios de los ejércitos—.
El día en que tome cuentas a Israel por sus pecados, le pediré cuentas por los
altares de Betel: los salientes del altar serán arrancados y caerán por tierra;
derribaré la casa de invierno y la casa de verano, se arruinarán las arcas de
marfil, desaparecerán los grandes palacios.» —Oráculo del Señor—.
RESPONSORIO Am 3, 2; Mt 23, 31-32
R. A vosotros solos os escogí entre todas las
familias de la tierra; * por
eso os tomaré cuentas de todos vuestros pecados.
V. Sois hijos de los asesinos de los profetas; a
vosotros, pues, toca colmar la medida de vuestros antepasados.
R. Por eso os tomaré cuentas de todos vuestros
pecados.
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de san Gregorio Magno, papa, sobre el profeta
Ezequiel
(Libro 1, 11, 4-6: CCL 142, 170-172)
POR AMOR A CRISTO, CUANDO HABLO DE ÉL, NI A Mi MISMO ME PERDONO
Hijo de hombre, te he puesto como atalaya en la casa de Israel. Fijémonos cómo
el Señor compara sus predicadores a un atalaya. El atalaya está siempre en un
lugar alto para ver desde lejos todo lo que se acerca. Y todo aquel que es
puesto como atalaya del pueblo de Dios debe, por su conducta, estar siempre en
alto, a fin de preverlo todo y ayudar así a los que tiene bajo su custodia.
Estas palabras que os dirijo resultan muy duras para mí, ya que con ellas me
ataco a mí mismo, puesto que ni mis palabras ni mi conducta están a la altura
de mi misión.
Me confieso culpable, reconozco mi tibieza y mi negligencia. Quizá esta
confesión de mi culpabilidad me alcance el perdón del Juez piadoso. Porque,
cuando estaba en el monasterio, podía guardar mi lengua de conversaciones
ociosas y estar dedicado casi continuamente a la oración. Pero, desde que he
cargado sobre mis hombros la responsabilidad pastoral, me es imposible guardar
el recogimiento que yo querría, solicitado como estoy por tantos asuntos.
Me veo, en efecto, obligado a dirimir las causas, ora de las diversas Iglesias,
ora de los monasterios, y a juzgar con frecuencia de la vida y actuación de los
individuos en particular; otras veces tengo que ocuparme de asuntos de orden
civil, otras, de lamentarme de los estragos causados por las tropas de los
bárbaros y de temer por causa de los lobos que acechan al rebaño que me ha sido
confiado. Otras veces debo preocuparme de que no falte la ayuda necesaria a los
que viven sometidos a una disciplina regular, a veces tengo que soportar con
paciencia a algunos que usan de la violencia, otras, en atención a la misma
caridad que les debo, he de salirles al encuentro.
Estando mi espíritu disperso y desgarrado con tan diversas preocupaciones,
¿cómo voy a poder reconcentrarme para dedicarme por entero a la predicación y
al ministerio de la palabra? Además, muchas veces, obligado por las
circunstancias, tengo que tratar con las personas del mundo, lo que hace que
alguna vez se relaje la disciplina impuesta a mi lengua. Porque, si mantengo en
esta materia una disciplina rigurosa, sé que ello me aparta de los más débiles,
y así nunca podré atraerlos adonde yo quiero. y esto hace que, con frecuencia,
escuche pacientemente sus palabras, aunque sean ociosas. Pero, como yo también
soy débil, poco a poco me voy sintiendo atraído por aquellas palabras ociosas,
y empiezo a hablar con gusto de aquello que había empezado a escuchar con
paciencia, y resulta que me encuentro a gusto postrado allí mismo donde antes
sentía repugnancia de caer.
¿Qué soy yo, por tanto, o qué clase de atalaya soy, que no estoy situado, por
mis obras, en lo alto de la montaña, sino que estoy postrado aún en la llanura
de mi debilidad? Pero el Creador y Redentor del género humano es bastante
poderoso para darme a mí, indigno, la necesaria altura de vida y eficacia de
palabra, ya que por su amor, cuando hablo de él, ni a mí mismo me perdono.
RESPONSORIO
R. Sacando enseñanzas morales de las sagradas
Escrituras e interpretando sus misterios, encauzó hacia los pueblos las
corrientes de agua viva del Evangelio; * y
aun después de su muerte continúa hablando.
V. Recorriendo todo el mundo como un águila,
provee de alimento a los grandes y a los pequeños con su inmensa caridad.
R. Y aun después de su muerte continúa hablando.
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(4,38-44)*
En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La
suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por
ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella,
levantándose en seguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían
enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre
cada uno, los iba curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: «Tú eres el Hijo de
Dios.» Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el
Mesías.
Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando;
dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese.
Pero él les dijo: «También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino
de Dios, para eso me han enviado.»
Y predicaba en las sinagogas de Judea.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Gregorio, pastor eximio, fue un modelo acabado de vida pastoral y
nos legó una regla segura para seguir esa vida.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Gregorio, pastor eximio, fue un
modelo acabado de vida pastoral y nos legó una regla segura para seguir esa
vida.
PRECES
Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus
ovejas, y supliquémosle diciendo:
Apacienta a tu pueblo, Señor.
Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores nos has revelado tu
misericordia y tu amor,
haz que, por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.
Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único
pastor de tu pueblo,
no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.
Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los
cuerpos y de las almas,
haz que nunca falten en tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas
de una vida santa.
Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el
amor de los santos,
haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que cuidas a tu pueblo con ternura y lo gobiernas con
amor, te pedimos que, por intercesión del papa san Gregorio Magno, concedas el
espíritu de sabiduría a quienes has establecido como maestros y pastores de la
Iglesia, para que así el progreso de los fieles constituya el gozo eterno de
sus pastores. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: VERBO DE DIOS, ETERNA LUZ DIVINA.
Verbo de Dios, eterna luz divina,
fuente eternal de toda verdad pura,
gloria de Dios, que el cosmos ilumina,
antorcha toda luz en noche oscura.
Palabra eternamente pronunciada
en la mente del Padre, ¡oh regocijo!,
que en el tiempo a los hombres nos fue dada
en el seno de Virgen, hecha Hijo.
Las tinieblas de muerte y de pecado,
en que yacía el hombre, así vencido,
su verdad y su luz han disipado,
con su vida y su muerte ha redimido.
Con destellos de luz que Dios envía,
no dejéis de brillar, faros divinos;
de los hombres y pueblos sed su guía,
proclamad la verdad en los caminos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro
salvador.
Salmo 61 - DIOS, ÚNICA ESPERANZA DEL JUSTO.
Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre
todos juntos, para derribarlo
como a una pared que cede
o a una tapia ruinosa?
Sólo piensan en derribarme de mi altura,
y se complacen en la mentira:
con la boca bendicen,
con el corazón maldicen.
Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.
Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.
Los hombres no son más que un soplo,
los nobles son apariencia:
todos juntos en la balanza subirían
más leves que un soplo.
No confiéis en la opresión,
no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas,
no les deis el corazón.
Dios ha dicho una cosa,
y dos cosas que he escuchado:
«Que Dios tiene el poder
y el Señor tiene la gracia;
que tú pagas a cada uno
según sus obras.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aguardamos la alegre esperanza, la
aparición gloriosa de nuestro salvador.
Ant 2. Que Dios ilumine su rostro sobre
nosotros y nos bendiga.
Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Que Dios ilumine su rostro sobre
nosotros y nos bendiga.
Ant 3. Todo fue creado por él y para él.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Todo fue creado por él y para él.
LECTURA BREVE St 3, 17-18
La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la
paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante,
sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz; y su fruto es la
justicia.
RESPONSORIO BREVE
V. En la asamblea le da la palabra.
R. En la asamblea le da la palabra.
V. Lo llena de espíritu, sabiduría e inteligencia.
R. Le da la palabra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. En la asamblea le da la palabra.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El papa san Gregorio realizaba en su vivir lo que enseñaba con sus
labios; así fue ejemplo vivo de aquella vida cristiana que explicó con su
palabra.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El papa san Gregorio realizaba en
su vivir lo que enseñaba con sus labios; así fue ejemplo vivo de aquella vida
cristiana que explicó con su palabra.
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los
hombres en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:
Salva a tu pueblo, Señor.
Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.
Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban
por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los
santos.
Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu,
los consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.
Tú que fuiste la heredad de los santos pastores,
no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado
de ti.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas
para que nadie las arrebate de tu mano,
salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.
Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que cuidas a tu pueblo con ternura y lo gobiernas con
amor, te pedimos que, por intercesión del papa san Gregorio Magno, concedas el
espíritu de sabiduría a quienes has establecido como maestros y pastores de la
Iglesia, para que así el progreso de los fieles constituya el gozo eterno de
sus pastores. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.