Musica Para el Alma
domingo, 17 de diciembre de 2023
MATEO 1,18-24 CICLO B
*Lecturas
del 18 de Diciembre. Feria de Adviento*
Lunes, 18 de diciembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san
Mateo (1,18-24)*
La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó
que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en
privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un
ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que
hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por
nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por medio
del profeta:
«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrán por nombre Emmanuel,
que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y
acogió a su mujer.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(José, su esposo, como era justo y
no quería difamarla).
*El evangelio de José el esposo de la
virgen maría, es para mí, El Santo Evangelio del silencio. Es un evangelio que
provoca que el mismo Dios a través de un Amgen, pueda hablar al ser humano. La
decisión que toma un justo de Dios, es algo que solo podría hacer daño a la
propia persona interiormente, porque el repudio interior de un hijo de Dios,
busca siempre la forma o la manera de cómo salvar la vida de aquellas personas,
que entiende y siente que te ha faltado. El justo hijo de Dios, siembre busca
el bien del otro, en el justo, en su forma de vida, no existe el deseo de hacer
algo malo que pueda provocar daños en otras personas que puedan perder la vida.
José es el encargado del santo evangelio del silencio. Esta palabra de hoy es
para que pida ayuda de como aprender hacer el santo silencio de José. José tuvo
la grata y santa experiencia de cargar al Niño Dios, en sus brazos, de enseñar
al niño en sus inicios. Cuanto me gustaría tener esa gracia, ese don del hacer mío
este santo silencio de la vida de San José esposo de la virgen*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL LUNES 18
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO
DE ADVIENTO*
*LUNES DE LA SEMANA III*
Del propio del Tiempo. Salterio III
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Al Rey que viene, al Señor que se
acerca, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: UNA CLARA VOZ RESUENA.
Una clara voz resuena
que las tinieblas repudia,
el sueño pesado ahuyéntase,
Cristo en el cielo fulgura.
Despierte el alma adormida
y sus torpezas sacuda,
que para borrar los males
un astro nuevo relumbra.
De arriba llega el Cordero
que ha de lavar nuestras culpas;
con lágrimas imploremos
el perdón que nos depura,
porque en su nueva venida
que aterroriza y conturba,
no tenga que castigarnos,
más con piedad nos acuda.
Al Padre eterno la gloria,
loor al Hijo en la altura,
y al Espíritu Paráclito
por siempre alabanza suma. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Dichosos los que viven en tu casa,
Señor.
Salmo 83 - AÑORANZA DEL TEMPLO
¡Qué deseables son tus moradas,
Señor de los ejércitos!
Mi alma se consume y anhela
los atrios del Señor,
mi corazón y mi carne
se alegran por el Dios vivo.
Hasta el gorrión ha encontrado una casa;
la golondrina, un nido
donde colocar sus polluelos:
tus altares, Señor de los ejércitos,
Rey mío y Dios mío.
Dichosos los que viven en tu casa
alabándote siempre.
Dichosos los que encuentran en ti su fuerza
al preparar su peregrinación:
cuando atraviesan áridos valles,
los convierten en oasis,
como si la lluvia temprana
los cubriera de bendiciones;
caminan de altura en altura
hasta ver a Dios en Sión.
Señor de los ejércitos, escucha mi súplica;
atiéndeme, Dios de Jacob.
Fíjate, ¡oh Dios!, en nuestro Escudo,
mira el rostro de tu Ungido.
Un solo día en tu casa
vale más que otros mil,
y prefiero el umbral de la casa de Dios
a vivir con los malvados.
Porque el Señor es sol y escudo,
él da la gracia y la gloria,
el Señor no niega sus bienes
a los de conducta intachable.
¡Señor de los ejércitos, dichoso el hombre
que confía en ti!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dichosos los que viven en tu casa, Señor.
Ant 2. Venid, subamos al monte del Señor.
Cántico: EL MONTE DE LA CASA DEL SEÑOR EN
LA CIMA DE LOS MONTES Is 2, 2-5
Al final de los días estará firme
el monte de la casa del Señor,
en la cima de los montes,
encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles,
caminarán pueblos numerosos.
Dirán : «Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob:
Él nos instruirá en sus caminos,
y marcharemos por sus sendas;
porque de Sión saldrá la Ley,
de Jerusalén la palabra del Señor.»
Será el árbitro de las naciones,
el juez de pueblos numerosos.
De las espadas forjarán arados,
de las lanzas, podaderas.
No alzará la espada pueblo contra pueblo,
no se adiestrarán para la guerra.
Casa de Jacob, ven;
caminemos a la luz del Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, subamos al monte del Señor.
Ant 3. Cantad al Señor, bendecid su nombre.
Salmo 95 - EL SEÑOR, REY Y JUEZ DEL MUNDO.
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra;
cantad al Señor, bendecid su nombre,
proclamad día tras día su victoria.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones;
porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo;
honor y majestad lo preceden,
fuerza y esplendor están en su templo.
Familias de los pueblos, aclamad al Señor,
aclamad la gloria y el poder del Señor,
aclamad la gloria del nombre del Señor,
entrad en sus atrios trayéndole ofrendas.
Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,
tiemble en su presencia la tierra toda;
decid a los pueblos: «El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente.»
Alégrese el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega,
ya llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cantad al Señor, bendecid su nombre.
LECTURA BREVE Is 2, 3
Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos
instruirá en sus caminos, y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá
la ley, de Jerusalén la palabra del Señor.
RESPONSORIO BREVE
V. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.
R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.
V. Su gloria aparecerá sobre ti.
R. Amanecerá el Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.
PRIMERA
LECTURA
Del libro del profeta Isaías 46, 1-13
EL SEÑOR CONTRA LOS DIOSES DE BABILONIA
Bel se desploma, se derrumba Nebo; cargan sus estatuas sobre
bestias y acémilas, son llevadas como fardos sobre bestias extenuadas; se han
derrumbado y desplomado, incapaces de librar al que los lleva, ellos mismos van
cautivos al destierro.
Escuchadme, casa de Jacob, resto de la casa de Israel, que habéis sido
sostenidos por mí desde el vientre materno, a quienes he llevado desde las
entrañas: hasta vuestra ancianidad yo seré siempre el mismo, hasta que el
cabello se os ponga blanco yo os sostendré; yo lo he hecho y yo os seguiré
llevando, yo os sostendré y os libraré.
¿A quién me compararéis, me igualaréis o me asemejaréis que se me pueda
comparar? Sacan oro de la bolsa y pesan plata en la balanza; asalarian un
orfebre que les fabrique un dios, se postran y hasta lo adoran. Se lo cargan a
hombros, lo transportan; donde lo ponen, allí se queda; no se mueve de su
sitio. Por mucho que le griten, no responde, no los salva del peligro.
Recordadlo y meditadlo, reflexionad, rebeldes, recordando el pasado predicho.
Yo soy Dios y no hay otro; no hay otro dios como yo.
De antemano yo anuncio el futuro; por adelantado lo que aún no ha sucedido.
Digo: «Mi designio se cumplirá, mi voluntad la realizo.» Llamo al buitre del
oriente, de tierra lejana al hombre de mi designio. Lo he dicho y haré que
suceda, lo he dispuesto y lo realizaré.
Escuchadme, los desanimados, que os creéis lejos de la victoria: Yo acerco mi
victoria, no está lejos, mi salvación no tardará; daré la salvación en Sión y
mi honor será para Israel.
RESPONSORIO Is 46, 12. 13
R. Escuchadme, los desanimados, que os creéis lejos de la victoria: * Daré la
salvación en Sión y mi honor será para Israel.
V. Yo acerco mi victoria, no está lejos, mi salvación no tardará.
R. Daré la salvación en Sión y mi honor será para Israel.
SEGUNDA LECTURA
De la Carta a Diogneto
(Cap. 8, 5--9, 6: Funk 1, 325-327)
DIOS NOS REVELÓ SU AMOR POR MEDIO DE SU HIJO
Nadie jamás ha visto ni ha conocido a Dios, pero él ha
querido manifestarse a sí mismo. Se manifestó a través de la fe, que es la
única a la que se le concede ver a Dios. Porque Dios, Señor y Creador de todas
las cosas, que todo lo hizo y todo lo dispuso con orden, no sólo amó a los
hombres, sino que también fue paciente con ellos. Siempre lo fue, lo es y lo
será: bueno, benigno, exento de toda ira, veraz; más aún: él es el único bueno.
Después de haber concebido un designio grande e inefable se lo comunicó a su
único Hijo.
Mientras mantenía oculto su sabio designio y lo reservaba para sí, parecía
abandonarnos y olvidarse de nosotros. Pero, cuando lo reveló por medio de su
amado Hijo y manifestó lo que había establecido desde el principio, nos dio
juntamente todas las cosas: participar de sus beneficios y ver y comprender sus
designios. ¿ Quién de nosotros hubiera esperado jamás tanta generosidad?
Dios, que todo lo había dispuesto junto con su Hijo, permitió que hasta el
tiempo anterior a la venida del Salvador viviéramos desviados del camino recto,
atraídos por los deleites y concupiscencias, y nos dejáramos arrastrar por
nuestros impulsos desordenados. No porque se complaciera en nuestros pecados,
sino que los toleraba. Ni es tampoco que Dios aprobara aquel tiempo de
iniquidad, sino que estaba preparando el tiempo actual de justicia, a fin de
que, convictos en aquel tiempo de que por nuestras propias obras éramos
indignos de la vida, fuéramos hechos dignos de ella por la bondad de Dios,
reconociendo así que por nosotros mismos no podíamos entrar en el reino de los
cielos, pero que esto se nos concedía como un don de Dios.
Pues cuando nuestra maldad había colmado la medida y se hizo plenamente
manifiesto que por ella merecíamos el castigo y la muerte, llegó en cambio el
tiempo establecido por Dios para manifestar su bondad y su poder -¡oh inmenso
amor de Dios a los hombres!- y no nos odió ni nos rechazó ni se vengó de
nuestras ofensas, sino que nos soportó con magnanimidad y paciencia,
apiadándose de nosotros y cargando él mismo con nuestros pecados. Nos dio a su
propio Hijo como precio de nuestra redención: entregó al que es santo para
redimir a los impíos, al inocente por los malos, al justo por los injustos, al
incorruptible por los corruptibles, al inmortal por los mortales. Y ¿qué otra
cosa hubiera podido encubrir nuestros pecados sino su justicia? Nosotros que
somos impíos y malos, ¿en quién hubiéramos podido ser justificados sino
únicamente en el Hijo de Dios?
¡Oh admirable intercambio, mediación incomprensible, beneficios inesperados:
que la impiedad de muchos sea encubierta por un solo justo y que la justicia de
un solo hombre justifique a tantos impíos!
RESPONSORIO Hch 4, 12; Is 9, 6
R. En ningún otro se encuentra la salud; * y no hay bajo el cielo otro nombre
dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos.
V. Será llamado: «Consejero admirable», «Dios poderoso», «Padre sempiterno» y
«Príncipe de la paz».
R. y no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros
debamos salvarnos.
*Lecturas
del 18 de Diciembre. Feria de Adviento*
Lunes, 18 de diciembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san
Mateo (1,18-24)*
La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó
que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en
privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un
ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que
hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por
nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por medio
del profeta:
«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrán por nombre Emmanuel,
que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y
acogió a su mujer.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Del cielo viene el Señor exelso y en su
mano trae la potestad y el imperio.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Del cielo viene el Señor exelso y en su mano trae la potestad y el
imperio.
PRECES
El Señor Jesucristo, luz de luz e Hijo
de Dios vivo, nos arrancará de nuestras tinieblas para que podamos contemplar
su gloria; acudamos, pues, a él y digámosle confiadamente:
Ven, Señor Jesús.
Oh Luz indestructible que vienes a iluminar nuestras tinieblas,
despierta nuestra fe aletargada.
Haz que andemos con seguridad durante el día,
guiados por el resplandor de tu claridad.
Enséñanos a tener la verdadera bondad,
y haz que ella sirva para iluminar a los hombres.
Ven a crear la nueva tierra que anhelamos,
en la que habite la justicia y la paz.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Digamos a nuestro Padre, con toda confianza:
Padre nuestro...
ORACION
Escucha, Señor, nuestras plegarias e
ilumina las tinieblas de nuestro espíritu con la venida de tu Hijo. Él, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
TIEMPO DE
ADVIENTO
LUNES DE LA SEMANA III
Del propio del Tiempo. Salterio III
16 de diciembre
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilioR. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria
al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: JESUCRISTO, PALABRA DEL PADRE.
Jesucristo, Palabra del Padre,
luz eterna de todo creyente:
ven, Señor, porque ya se hace tarde,
ven y escucha la súplica ardiente.
Cuando el mundo dormía en tinieblas,
en tu amor, tú quisiste ayudarlo
y trajiste, viniendo a la tierra,
esa vida que puede salvarlo.
Ya madura la historia en promesas,
sólo anhela tu pronto regreso;
si el silencio madura la espera,
el amor no soporta el silencio.
Con María, la Iglesia te aguarda
con anhelos de esposa y de Madre
y reúne a sus hijos, los fieles,
para juntos poder esperarte.
Cuando vengas, Señor, en tu gloria,
que podamos salir a tu encuentro
y a tu lado vivamos por siempre,
dando gracias al Padre en el reino. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Nuestros ojos están fijos en el Señor,
esperando su misericordia.
Salmo 122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nuestros ojos están fijos en el Señor, esperando su misericordia.
Ant 2. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Salmo 123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE
DEL SEÑOR
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
Ant 3. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef
1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios nos ha destinado en la persona de Cristo a ser sus hijos.
LECTURA BREVE Flp 3, 20b-21
Esperamos que venga como salvador Cristo Jesús, el Señor. Él transfigurará
nuestro cuerpo de humilde condición en un cuerpo glorioso, semejante al suyo,
en virtud del poder que tiene para someter a su imperio todas las cosas.
RESPONSORIO BREVE
V. Ven a salvarnos, Señor Dios de los
ejércitos.R. Ven a salvarnos, Señor Dios de los ejércitos.
V. Que brille tu rostro y nos salve.R. Señor Dios de los ejércitos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.R. Ven a salvarnos, Señor Dios de los
ejércitos.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Me felicitarán todas las generaciones,
porque Dios ha mirado la humillacion de su esclava.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL
SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Me felicitarán todas las generaciones, porque Dios ha mirado la
humillacion de su esclava.
PRECES
Oremos al Señor, que vendrá y nos
salvará, y digámosle:
Ven, Señor, y sálvanos.
Señor Jesús, ungido del Padre y salvador de los hombres,
ven pronto y sálvanos.
Tú que viniste al mundo,
líbranos del pecado del mundo.
Tú que Viniste del Padre,
muéstranos el camino para ir al Padre.
Tú que fuiste concebido por obra del Espíritu Santo,
renuévanos a nosotros con la fuerza de este mismo Espíritu Santo.
Tú que te hiciste hombre en el seno de la Virgen María,
líbranos de la corrupción de la carne.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Acuérdate, Señor, de todos los hombres
que desde el comienzo del mundo esperaron en ti.
Siguiendo la enseñanza del Salvador, oremos a Dios, diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Escucha, Señor, nuestras plegarias e
ilumina las tinieblas de nuestro espíritu con la venida de tu Hijo. Él, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL LUNES 18 DE DICIEMBRE 2023
*Lecturas
del 18 de Diciembre. Feria de Adviento*
Lunes, 18 de diciembre de 2023
Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías
(23,5-8):
Mirad que llegan días —oráculo del Señor—
en que daré a David un vástago legítimo:
reinará como monarca prudente,
con justicia y derecho en la tierra.
En sus días se salvará Judá,
Israel habitará seguro.
Y le pondrán este nombre:
«El-Señor-nuestra-justicia».
Así que llegan días —oráculo del Señor— en que ya no se dirá: «Lo juro por el
Señor, que sacó a los hijos de Israel de Egipto», sino: «Lo juro por el Señor,
que sacó a la casa de Israel del país del norte y de los países por donde los
dispersó, y los trajo para que habitaran en su propia tierra».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 71,1-2.12-13.18-19
R/. En sus días florezca la
justicia, y la paz abunde eternamente.
V/. Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R/.
V/. Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R/.
V/. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
el único que hace maravillas;
bendito por siempre su nombre glorioso;
que su gloria llene la tierra.
¡Amén, amén! R/.
*Lecturas
del 18 de Diciembre. Feria de Adviento*
Lunes, 18 de diciembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san
Mateo (1,18-24)*
La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó
que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en
privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un
ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que
hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por
nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que habla dicho el Señor por medio
del profeta:
«Mirad: la virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrán por nombre Emmanuel,
que significa “Dios-con-nosotros”».
Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y
acogió a su mujer.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(José, su esposo, como era justo y
no quería difamarla).
*El evangelio de José el esposo de la
virgen maría, es para mí, El Santo Evangelio del silencio. Es un evangelio que
provoca que el mismo Dios a través de un Amgen, pueda hablar al ser humano. La
decisión que toma un justo de Dios, es algo que solo podría hacer daño a la
propia persona interiormente, porque el repudio interior de un hijo de Dios,
busca siempre la forma o la manera de cómo salvar la vida de aquellas personas,
que entiende y siente que te ha faltado. El justo hijo de Dios, siembre busca
el bien del otro, en el justo, en su forma de vida, no existe el deseo de hacer
algo malo que pueda provocar daños en otras personas que puedan perder la vida.
José es el encargado del santo evangelio del silencio. Esta palabra de hoy es
para que pida ayuda de como aprender hacer el santo silencio de José. José tuvo
la grata y santa experiencia de cargar al Niño Dios, en sus brazos, de enseñar
al niño en sus inicios. Cuanto me gustaría tener esa gracia, ese don del hacer mío
este santo silencio de la vida de San José esposo de la virgen*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
sábado, 16 de diciembre de 2023
JUAN 1,6-8.19-28 CICLO B
*Lecturas
del Domingo 3º de Adviento - Ciclo B*
Domingo, 17 de diciembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san
Juan (1,6-8.19-28)*
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como
testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe.
No era él la luz, sino testigo de la luz.
Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén
sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?»
Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías.»
Le preguntaron: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?»
El dijo: «No lo soy.»
«¿Eres tú el Profeta?»
Respondió: «No.»
Y le dijeron: «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos
han enviado, ¿qué dices de ti mismo?»
Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino
del Señor", como dijo el profeta Isaías.»
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué
bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no
conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa
de la sandalia.»
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan
bautizando.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(Y le dijeron: «¿Quién eres)
*La
forma de vida de juan, su manera de decir las cosas, la seguridad con la que
hablaba, la responsabilidad para dar seguimiento a su misión. Atreves de
palabra llenes de verdad y sin miedo, provocaba que todas las autoridades del
pueblo y de los distintos grupo, se cuestionara de su procedencia. Con su forma
de vivir, con su forma de actuar, con su forma de vestir, con su manera de
alimentarse, juan logro sobre él, una mirada que cuestionaba, hasta llego a ser
mirado como a una persona poseída por espíritu inmundo. Después de tantas
preguntas y de tantas interrogante, los enviados por las autoridades que no
entendían nada decidieron preguntar al mismo Juan ¿y quién eres tú, para
nosotros saber y dar respuesta? Ahí aparece la gran humildad que sostenía la
vida de Juan: «Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino
del Señor", como dijo el profeta Isaías.» Esa voz es la que espera el
Señor de mí en este tiempo. Mi voz esta silenciada, Juan es quien proclamaba un
llamado al arrepentimiento, a la conversión, a la renuncia del pecado y al
cambio de vida. Este trabajo ahora me toca a mí, es por eso que tengo que
romper toda relación con el dueño de las tinieblas, el príncipe de la oscuridad.
Para poder hablar sobre el poder y el amor que trae Jesús*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL DOMINGO 17
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar
este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*TIEMPO
DE ADVIENTO*
*DOMINGO DE LA SEMANA III*
Del propio del Tiempo. Salterio III
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Al Rey que viene, al Señor que se
acerca, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: VEN, SEÑOR, NO TARDES
Ven, Señor, no tardes,
Ven, que te esperamos;
Ven, Señor, no tardes,
ven pronto, Señor.
El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor,
los hombres no son hermanos
porque han matado al Amor.
Envuelto en noche sombría,
gime el mundo de pavor;
va en busca de una esperanza,
buscando tu fe, Señor.
Al mundo le falta vida
y le falta corazón;
le falta cielo en la tierra,
si no lo riega tu amor.
Rompa el cielo su silencio,
baje el rocío a la flor,
ven, Señor, no tardes tanto,
ven, Señor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Vendrá el Señor y no tardará: iluminará
lo escondido en las tinieblas y se manifestará a todos los hombres. Aleluya.
Salmo 92 - GLORIA DEL DIOS CREADOR
El Señor reina vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder:
así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno.
Levantan los ríos, Señor,
levantan los ríos su voz,
levantan los ríos su fragor;
pero más que la voz de aguas caudalosas,
más potente que el oleaje del mar,
más potente en el cielo es el Señor.
Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vendrá el Señor y no tardará: iluminará lo escondido en las tinieblas y
se manifestará a todos los hombres. Aleluya.
Ant 2. Los montes y las colinas se abajarán. Lo torcido se enderezará y lo
escabroso se igualará. Ven, Señor, no tardes. Aleluya.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR -
Dn 3,57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Los montes y las colinas se abajarán. Lo torcido se enderezará y lo
escabroso se igualará. Ven, Señor, no tardes. Aleluya.
Ant 3. Salvaré a Sión y mostraré mi gloria en Jerusalén. Aleluya.
Salmo 148 - ALABANZA DEL DIOS CREADOR
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
Alabadlo todos sus ángeles,
alabadlo todos sus ejércitos.
Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
Alabadlo, espacios celestes,
y aguas que cuelgan en el cielo.
Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar.
Rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes.
Montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros.
Fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo.
Los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños.
Alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
de Israel, su pueblo escogido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Salvaré a Sión y mostraré mi gloria en Jerusalén. Aleluya.
LECTURA BREVE Rm 13, 11b-12
Ya es hora que despertéis del sueño, pues la salud está ahora más cerca que
cuando abrazamos la fe. La noche va pasando, el día está encima; desnudémonos,
pues, de las obras de las tinieblas y vistámonos de las armas de la luz.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de
nosotros.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
V. Tú que has de venir al mundo.
R. Ten piedad de nosotros.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
PRIMERA
LECTURA
Del libro del profeta Isaías 29, 13-24
ANUNCIO DEL JUICIO DEL SEÑOR
Esto dice el Señor:
«Ya que este pueblo se me acerca sólo de palabra y me glorifica sólo con los
labios, mientras su corazón está lejos de mí, y el culto que me da es sólo
precepto humano y rutina, yo seguiré realizando prodigios maravillosos: haré
fracasar la sabiduría de sus sabios y eclipsaré la prudencia de sus prudentes.»
¡Ay de los que tratan de esconderse del Señor para disimular sus planes! Hacen
sus obras en la oscuridad, diciendo: «¿Quién nos ve, quién se entera?»
¡Qué desatino! Como barro que se considerase igual al alfarero; como una obra
que dijera del que la hizo: «No me ha hecho»; como cacharro que dijera de su
alfarero: «Éste no sabe nada.»
Pronto, muy pronto, el Líbano se convertirá en vergel, y el vergel se
transformará en un bosque. En aquel día, podrán oír los sordos las palabras de
un libro, y podrán verlas los ojos de los ciegos, libres de las tinieblas y de
la oscuridad.
Los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor y los pobres se regocijarán en
el Santo de Israel; porque se acabó el opresor, terminó el cínico y serán
aniquilados los maleantes, los que por nada declaran culpable a un hombre, los
que juzgan con trampas en el tribunal y hunden sin razón al inocente.
Así dice a la casa de Jacob el Señor, el que rescató a Abraham:
«Ya no se avergonzará Jacob, ya no se sonrojará su cara; pues, cuando vea mis
acciones en medio de él, tendrá mi nombre por santo, alabará al Santo de Jacob
y temerá al Dios de Israel. Los que se habían descarriado entrarán en razón y
los que protestaban comprenderán.»
RESPONSORIO Is 29, 18. 19; cf. Mt 11, 4. 5
R. En aquel día, podrán oír los sordos las palabras de un libro, y podrán
verlas los ojos de los ciegos, libres de las tinieblas y de la oscuridad, * y
los pobres se regocijarán en el Santo de Israel.
V. Id a contar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, los
cojos andan, los sordos oyen y la Buena Noticia es anunciada a los pobres.
R. Y los pobres se regocijarán en el Santo de Israel.
SEGUNDA
LECTURA
De los Sermones de san Agustín, obispo.
(Sermón 293, 3: PL 38, 1328-1329)
JUAN ERA LA VOZ, CRISTO LA PALABRA
Juan era la voz; pero el Señor era la Palabra que existía ya al comienzo de las
cosas. Juan era una voz pasajera, Cristo la Palabra eterna desde el principio.
Suprime la palabra, y ¿qué es la voz? Donde falta la idea no hay más que un
sonido. La voz sin la palabra entra en el oído, pero no llega al corazón.
Observemos el desarrollo interior de nuestras ideas. Mientras reflexiono sobre
lo que voy a decir, la palabra está dentro de mí; pero, si quiero hablar
contigo, busco el modo de hacer llegar a tu corazón lo que ya está en el mío.
Al buscar cómo hacerla llegar a ti, cómo introducir en tu corazón esta palabra
interior mía, recurro a la voz y con su ayuda te hablo. El sonido de la voz
conduce a tu espíritu la inteligencia de una idea mía, y cuando el sonido vocal
te ha llevado a la comprensión de la idea, se desvanece y pasa, pero la idea
que te trasmitió permanece en ti sin haber dejado de estar en mí.
Y una vez que el sonido ha servido como puente a la palabra desde mi espíritu
al tuyo ¿no parece decirte: Es preciso que él crezca y que yo disminuya? Y una
vez que ha cumplido su oficio y desaparece ¿no es como si te dijera: Mi alegría
ahora rebasa todo límite? Apoderémonos de la palabra, hagámosla entrar en lo
más íntimo de nuestro corazón, no dejemos que se esfume.
¿Quieres ver cómo la voz pasa y la divinidad de la Palabra permanece? ¿Dónde
está ahora el bautismo de Juan? Él cumplió su oficio y desapareció. Pero el
bautismo de Cristo permanece. Todos creemos en Cristo y esperamos de él la
salvación; esto es lo que dijo la voz.
Y como es difícil discernir entre la Palabra y la voz, los hombres creyeron que
Juan era Cristo. Tomaron a la voz por la Palabra. Pero Juan se reconoció como
la voz para no usurparle los derechos a la Palabra. Dijo: No soy el Mesías, ni
Elías, ni el Profeta. Le preguntaron: ¿Qué dices de tu persona? Y él respondió:
Yo soy la voz del que clama en el desierto: «Preparad el camino del Señor.» La
voz del que clama en el desierto, la voz del que rompe el silencio. Preparad el
camino del Señor, como si dijera: «Soy la voz cuyo sonido no hace sino
introducir la Palabra en el corazón; pero, si no le preparáis el camino, la
Palabra no vendrá adonde yo quiero que ella entre.»
¿Qué significa: Preparad el camino, sino: «Rogad insistentemente»? ¿Qué
significa: Preparad el camino, sino: «Sed humildes en vuestros pensamientos»?
Imitad el ejemplo de humildad del Bautista. Lo toman por Cristo, pero él dice
que no es lo que ellos piensan ni se adjudica el honor que erróneamente le
atribuyen.
Si hubiera dicho: «Soy Cristo», con cuánta facilidad lo hubieran creído, ya que
lo pensaban de él sin haberlo dicho. No lo dijo: reconoció lo que era, hizo ver
la diferencia entre Cristo y él, y se humilló.
Vio dónde estaba la salvación, comprendió que él era sólo una antorcha y temió
ser apagado por el viento de la soberbia.
RESPONSORIO Jn 3, 30; 1, 27. 30; Mc 1, 8
R. Es preciso que él crezca y que yo disminuya; el que viene después de mí
ya existía antes que yo, * y yo no soy digno ni de desatar la correa de sus
sandalias.
V. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con el Espíritu Santo.
R. Y yo no soy digno ni de desatar la correa de sus sandalias.
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(3,10-18)*
En aquel tiempo, la gente preguntaba a Juan:
«¿Entonces, qué debemos hacer?»
Él contestaba:
«El que tenga dos túnicas, que comparta con el que no tiene; y el que tenga
comida, haga lo mismo».
Vinieron también a bautizarse unos publicanos y le preguntaron:
«Maestro, ¿qué debemos hacemos nosotros?»
Él les contestó:
«No exijáis más de lo establecido».
Unos soldados igualmente le preguntaban:
«Y nosotros, ¿qué debemos hacer nosotros?»
Él les contestó:
«No hagáis extorsión ni os aprovechéis de nadie con falsas denuncias, sino
contentaos con la paga».
Como el pueblo estaba expectante, y todos se preguntaban en su interior sobre
Juan si no sería el Mesías, Juan les respondió dirigiéndose a todos:
«Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no
merezco desatarle la correa de sus sandalias. Él os bautizará con Espíritu
Santo y fuego; en su mano tiene el bieldo para aventar su parva, reunir su
trigo en el granero y quemar la paja en una hoguera que no se apaga».
Con estas y otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo el Evangelio.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Habiéndose enterado Juan en la cárcel de las obras de Cristo, envió a sus
discípulos a que le preguntasen: «¿Eres tú el que ha de venir o hemos de
esperar a otro?»
PRECES
Oremos a Dios Padre, que nos concede la
gracia de esperar la revelación de nuestro Señor Jesucristo, y digámosle
confiados:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Santifica, Señor, todo nuestro ser, alma y cuerpo,
y guárdanos libres de culpa hasta el día de la venida de tu Hijo.
Haz que durante este día caminemos en santidad
y llevemos una vida justa y religiosa.
Haz que nos revistamos de nuestro Señor Jesucristo
y que nos llenemos del Espíritu Santo.
Concédenos, Señor, que vivamos siempre preparados
para el día de la manifestación gloriosa de tu Hijo.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Como nos enseñó el Salvador, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, que ves a tu pueblo esperando con
gran fe la solemnidad del nacimiento de tu Hijo, concédenos celebrar la obra
tan grande de nuestra salvación con cánticos jubilosos de alabanza y con una
inmensa alegría. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Vísperas - DOMINGO III DE ADVIENTO
Invitatorio
Vísperas
Invocación
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno
Jesucristo, Palabra del Padre,
luz eterna de todo creyente:
ven y escucha la súplica ardiente,
ven, Señor, porque ya se hace tarde.
Cuando el mundo dormía en tinieblas,
en tu amor tú quisiste ayudarlo
y trajiste, viniendo a la tierra,
esa vida que puede salvarlo.
Ya madura la historia en promesas,
sólo anhela tu pronto regreso;
si el silencio madura la espera,
el amor no soporta el silencio.
Con María, la Iglesia te aguarda
con anhelos de esposa y de Madre,
y reúne a sus hijos en vela,
para juntos poder esperarte.
Cuando vengas, Señor, en tu gloria,
que podamos salir a tu encuentro
y a tu lado vivamos por siempre,
dando gracias al Padre en el reino. Amén.
Salmodia
Antífona 1: Mirad: vendrá el Señor para sentarse con los príncipes en un trono de
gloria.
Salmo 109, 1-5.7
El Mesías, Rey y Sacerdote
Cristo
tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. (1Co
15,25)
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Antífona 2: Destilen los montes alegría y los collados justicia, porque con poder
viene el Señor, luz del mundo.
Salmo 110
Grandes son las obras del Señor
Grandes
y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente. (Ap 15,3)
Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.
Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.
Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.
Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.
Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.
Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.
Antífona 3: Llevemos una vida honrada y religiosa, aguardando la dicha que esperamos,
la venida del Señor.
Cf. Ap 19,1-2.5-7
Las bodas del Cordero
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios,
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya.
Aleluya.
Alabad al Señor, sus siervos todos,
los que le teméis, pequeños y grandes.
R. Aleluya.
Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo,
alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R. Aleluya.
Aleluya.
Llegó la boda del Cordero,
su esposa se ha embellecido.
R. Aleluya.
Lectura Breve
Flp 4, 4-5
Estad siempre alegres en el Señor. Otra
vez os lo digo: Estad alegres. Que vuestra bondad
sea conocida de todos. El Señor está cerca.
Responsorio Breve
V. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
V. Y danos tu salvación.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Muéstranos, Señor, tu misericordia.
Canto Evangélico
Antifona: «¿Eres tú el que ha de venir o hemos de esperar a otro?» «Id a
contar a Juan lo que
estáis viendo: los ciegos ven, los muertos resucitan y la Buena Noticia es
anunciada a los
pobres.» Aleluya.
Ver antífona alternativa
Magnificat Lc 1, 46-55
Alegría del alma en el Señor
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Preces
Oremos a Jesucristo, nuestro redentor,
que es camino, verdad y vida de los hombres, y
digámosle:
Ven, Señor, y quédate con nosotros.
Jesús, Hijo del Altísimo, anunciado por el ángel Gabriel a María Virgen,
— ven a reinar para siempre sobre tu pueblo.
Santo de Dios, ante cuya venida el Precursor saltó de gozo en el seno de
Isabel,
— ven y alegra al mundo con la gracia de la salvación.
Jesús, Salvador, cuyo nombre el ángel reveló a José,
— ven a salvar al pueblo de sus pecados.
Luz del mundo, a quien esperaban Simeón y todos los justos,
— ven a consolar a tu pueblo.
Aquí se pueden añadir algunas intenciones
libres.
Sol naciente, de quien Zacarías profetizó que nos visitaría de lo alto,
— ven a iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte.
Pidamos ahora con gran confianza la venida del reino de Dios, con las palabras
que Cristo
nos enseñó: Padre nuestro.
Padre Nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación,
y líbranos del mal.
Oración
Estás viendo, Señor, cómo tu pueblo
espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo,
concédenos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salvación, y poder celebrarla
con alegría
desbordante. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Conclusión
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.