Musica Para el Alma
domingo, 27 de marzo de 2022
JUAN 5,1-16 CICLO C
*Lecturas
del Martes de la 4ª semana de Cuaresma*
Martes, 29 de marzo de 2022
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (5,1-16)*
Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en
hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos
enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.
Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:
«¿Quieres quedar sano?».
El enfermo le contestó:
«Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua;
para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
Jesús le dice:
«Levántate, toma tu camilla y echa a andar».
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.
Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:
«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».
Él les contestó:
«El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”».
Ellos le preguntaron:
«¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».
Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del
gentío que había en aquel sitio, se había alejado.
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:
«Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».
Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.
Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
«Señor,
no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para
cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
*Este hombre tenía un juicio en su interior contra
todo lo que estaban a su alrededor, son malo, nadie me ayuda, nadie me quiere,
a nadie le importa mi sufrimiento, el juicio no lo dejaba avanzar. Algo que me
gusta es, que el Señor, me puede sanar sin mi permiso, y me invita a reconocer
las cosas impuras que hay en mi interior. Esta palabra es una denuncia para mí,
porque tengo esos mismos juicios dentro de mí, y el Señor, me hace ver que
tengo mucho tiempo con esta misma enfermedad del juicio contra los demás*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES DEL MARTES 29
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO DE
CUARESMA
MARTES
DE LA SEMANA IV
Propio del Tiempo. Salterio IV
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros
murió, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros
murió, venid, adorémosle.
Himno: EDIFICASTE UNA TORRE
Edificaste una torre
para tu huerta florida;
un lagar para tu vino
y, para el vino, una viña.
Y la viña no dio uvas,
ni el lagar buena bebida:
sólo racimos amargos
y zumos de amarga tinta.
Edificaste una torre,
Señor, para tu guarida;
un huerto de dulces frutos,
una noria de aguas limpias,
un blanco silencio de horas
y un verde beso de brisas.
Y esta casa que es tu torre,
este mi cuerpo de arcilla,
esta sangre que es tu sangre
y esta herida que es tu herida
te dieron frutos amargos,
amargas uvas y espinas.
¡Rompe, Señor, tu silencio,
rompe tu silencio y grita!
Que mi lagar enrojezca
cuando tu planta lo pise,
y que tu mesa se endulce
con el vino de tu viña. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Para ti es mi música, Señor; voy a explicar el camino perfecto.
Salmo 100 - PROPÓSITO DE UN PRÍNCIPE JUSTO
Voy a cantar la bondad y la justicia,
para ti es mi música, Señor;
voy a explicar el camino perfecto:
¿Cuándo vendrás a mí?
Andaré con rectitud de corazón
dentro de mi casa;
no pondré mis ojos
en intenciones viles.
Aborrezco al que obra mal,
no se juntará conmigo;
lejos de mí el corazón torcido,
no aprobaré al malvado.
Al que en secreto difama a su prójimo
lo haré callar;
ojos engreídos, corazones arrogantes
no los soportaré.
Pongo mis ojos en los que son leales,
ellos vivirán conmigo;
el que sigue un camino perfecto,
ése me servirá.
No habitará en mi casa
quien comete fraudes;
el que dice mentiras
no durará en mi presencia.
Cada mañana haré callar
a los hombres malvados,
para excluir de la ciudad del Señor
a todos los malhechores.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Para ti es mi música, Señor; voy a explicar el camino perfecto.
Ant 2. No nos desampares, Señor, para siempre.
Cántico: ORACIÓN DE AZARÍAS EN EL HORNO Dn 3, 26-27. 29. 34-41
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres,
digno de alabanza y glorioso es tu nombre.
Porque eres justo en cuanto has hecho con nosotros
y todas tus obras son verdad,
y rectos tus caminos,
y justos todos tus juicios.
Hemos pecado y cometido iniquidad
apartándonos de ti, y en todo hemos delinquido.
Por el honor de tu nombre,
no nos desampares para siempre,
no rompas tu alianza,
no apartes de nosotros tu misericordia.
Por Abraham, tu amigo,
por Isaac, tu siervo,
por Israel, tu consagrado,
a quienes prometiste
multiplicar su descendencia
como las estrellas del cielo,
como la arena de las playas marinas.
Pero ahora, Señor, somos el más pequeño
de todos los pueblos;
hoy estamos humillados por toda la tierra
a causa de nuestros pecados.
En este momento no tenemos príncipes,
ni profetas, ni jefes;
ni holocausto, ni sacrificios,
ni ofrendas, ni incienso;
ni un sitio donde ofrecerte primicias,
para alcanzar misericordia.
Por eso, acepta nuestro corazón contrito,
y nuestro espíritu humilde,
como un holocausto de carneros y toros
o una multitud de corderos cebados;
que éste sea hoy nuestro sacrificio,
y que sea agradable en tu presencia:
porque los que en ti confían
no quedan defraudados.
Ahora te seguimos de todo corazón,
te respetamos y buscamos tu rostro.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No nos desampares, Señor, para siempre.
Ant 3. Te cantaré, Dios mío, un cántico nuevo.
Salmo 143, 1-10 - ORACIÓN POR LA VICTORIA Y POR LA PAZ
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea;
mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos.
Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?
¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa.
Señor, inclina tu cielo y desciende,
toca los montes, y echarán humo,
fulmina el rayo y dispérsalos,
dispara tus saetas y desbarátalos.
Extiende la mano desde arriba:
defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,
de la mano de los extranjeros,
cuya boca dice falsedades,
cuya diestra jura en falso.
Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te cantaré, Dios mío, un cántico nuevo.
LECTURA BREVE Jl 2, 12-13
Convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad
vuestros corazones y no vuestras vestiduras, y convertíos al Señor, vuestro
Dios, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad;
y se arrepiente de las amenazas.
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Levítico
19, 1-18. 31.37
MANDAMIENTOS ACERCA DEL
PRÓJIMO
En aquellos días, el Señor habló a Moisés:
«Di a toda la comunidad de los israelitas:
"Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. Respetad a
vuestros padres y guardad mis sábados. Yo soy el Señor, vuestro Dios.
No acudáis a ídolos ni os hagáis dioses de fundición. Yo soy el Señor, vuestro
Dios.
Cuando ofrezcáis al Señor sacrificio de comunión, hacedlo de manera que le
seáis gratos: comeréis la víctima el mismo día en que la inmoléis o al día
siguiente. Lo que sobre se quemará al tercer día. Si se come algo al tercer día
será un manjar corrompido y el sacrificio no será grato. El transgresor cargará
con su culpa, por haber profanado lo consagrado al Señor, y será excluido de su
pueblo.
Cuando seguéis la mies de vuestras tierras, no la siegues hasta el borde del
campo, no espigues después de segar. Tampoco harás el rebusco de tu viña, ni
recogerás de tu huerto los frutos caídos. Se los dejarás al pobre y al
forastero. Yo soy el Señor, vuestro Dios.
No robaréis ni defraudaréis ni engañaréis a ninguno de vuestro pueblo. No
juraréis en falso por mi nombre, profanando el nombre de tu Dios. Yo soy el
Señor.
No explotarás a tu prójimo ni lo despojarás. No dormirá contigo hasta el día
siguiente el jornal del obrero. No maldecirás al sordo, ni pondrás tropiezos al
ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.
No darás sentencias injustas, ni por favorecer al pobre, ni por honrar al rico.
Juzga siempre con justicia a tu prójimo. No andarás con chismes de aquí para
allá, ni declararás en falso contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor.
No guardarás odio a tu hermano, pero lo reprenderás abiertamente para que no
cargues con pecado por su causa. No serás vengativo ni guardarás rencor contra
los hijos de tu pueblo, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.
No acudáis a nigromantes ni consultéis adivinos, pues quedaréis impuros, Yo soy
el Señor, vuestro Dios.
Ponte de pie ante las canas y honra al anciano. Teme a tu Dios. Yo soy el
Señor.
Cuando un forastero se establezca con vosotros en vuestro país, no lo
oprimiréis. Será para vosotros como un compatriota: lo amarás como a ti mismo,
porque forasteros fuisteis vosotros en Egipto. Yo soy el Señor, vuestro Dios.
No cometáis injusticias en los juicios, ni hagáis fraude en pesos y medidas.
Tened balanzas exactas, pesas justas y medidas precisas. Yo soy el Señor,
vuestro Dios, que os sacó de Egipto.
Cumplid todas mis leyes y normas, poniéndolas por obra. Yo soy el Señor."»
RESPONSORIO
Ga 5, 14. 13; Jn 13, 34
R. Toda la ley se concentra en esta
frase: «Amarás al prójimo como a ti mismo.» * Sed esclavos unos
de otros por amor.
V. Os doy el mandato nuevo: que os
améis mutuamente como yo os he amado.
R. Sed esclavos unos de otros por
amor.
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de san
León Magno, papa
(Sermón 10 Sobre la Cuaresma, 3-5: PL 54, 299-301)
EXCELENCIA DE LA CARIDAD
Dice el Señor en el evangelio de san Juan: En esto conocerán todos que sois
discípulos míos, en que tenéis caridad unos con otros; y en la carta del mismo
apóstol leemos: Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y
todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios; quien no ama no ha conocido
a Dios, porque Dios es amor.
Que cada uno de los fieles se examine, pues, a sí mismo, esforzándose en
discernir sus más íntimos afectos; y, si descubre en su conciencia frutos de
caridad, tenga por cierto que Dios está en él y procure hacerse más y más capaz
de tan gran huésped, perseverando con más generosidad en las obras de
misericordia.
Pues, si Dios es amor, no podemos poner límite alguno a la caridad, ya que la
Divinidad es infinita.
Así pues, amadísimos, si bien todo tiempo es bueno para ejercitarse en la
virtud de la caridad, estos días cuaresmales nos invitan a ello de un modo más
apremiante; si deseamos llegar a la Pascua santificados en el alma y en el
cuerpo, debemos poner un interés especialísimo en la adquisición de esta
virtud, que contiene en sí a todas las otras y cubre la multitud de los
pecados.
Por esto, ya que nos preparamos para celebrar aquel misterio que excede a todos
los demás, en el que la sangre de Jesucristo borró nuestras iniquidades,
dispongámonos mediante el sacrificio espiritual de la misericordia, de tal
manera que demos de lo que nosotros hemos recibido de la bondad divina, aun a
los mismos que nos han ofendido.
Que nuestra liberalidad para con los pobres y demás necesitados de cualquier
clase sea en este tiempo más generosa, a fin de que sean más numerosos los que
eleven hacia Dios su acción de gracias, y con nuestros ayunos remediemos el
hambre de los indigentes. El acto de piedad más agradable a Dios es
precisamente este dispendio en favor de los pobres, ya que en esta solicitud
misericordiosa reconoce él la imagen de su propia bondad.
Y no temamos la pobreza que nos pueda resultar de esta nuestra largueza, ya que
la misma bondad es una gran riqueza y nunca puede faltarnos con qué dar, pues
Cristo mismo es quien da el alimento y quien lo recibe. En todo este asunto
interviene la mano de aquel que al partir el pan lo aumenta y al repartirlo lo
multiplica. Que el que distribuye limosnas lo haga con despreocupación y
alegría, ya que, cuanto menos se reserve para sí, mayor será la ganancia que
obtendrá, como dice el apóstol san Pablo: Dios, que provee de semilla al
sembrador y de pan para su alimento, os dará también a vosotros semilla en
abundancia y multiplicará los frutos de vuestra justificación, en Cristo Jesús,
nuestro Señor, el cual vive y reina con el Padre y el Espíritu Santo por los
siglos de los siglos. Amén.
RESPONSORIO
Lc 6, 38a; Col 3, 13b
R. Dad y se os dará: * y se os echará en vuestro regazo una medida abundante, bien
apretada y bien colmada hasta rebosar.
V. El Señor os ha perdonado: haced
vosotros lo mismo.
R. y se os echará en vuestro regazo
una medida abundante, bien apretada y bien colmada hasta rebosar.
*Lecturas
del Martes de la 4ª semana de Cuaresma*
Martes, 29 de marzo de 2022
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (5,1-16)*
Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en
hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos
enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.
Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:
«¿Quieres quedar sano?».
El enfermo le contestó:
«Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua;
para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
Jesús le dice:
«Levántate, toma tu camilla y echa a andar».
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.
Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:
«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».
Él les contestó:
«El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”».
Ellos le preguntaron:
«¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».
Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del
gentío que había en aquel sitio, se había alejado.
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:
«Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».
Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.
Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El que me curó me dijo: «Toma tu camilla y vete en paz.»
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El que me curó me dijo: «Toma tu camilla y vete en paz.»
PRECES
Demos gracias a Dios, nuestro Padre, que nos dio a su Hijo
unigénito, Palabra hecha carne, para que vivamos de ella, e invoquémosle,
diciendo:
Que la palabra de Cristo habite en nosotros con toda su riqueza.
Concédenos escuchar con más frecuencia tu palabra en este tiempo cuaresmal,
para que en la gran solemnidad que se avecina nos unamos con mayor fervor a
Cristo, nuestra Pascua.
Que tu Espíritu Santo nos asista,
para que seamos testigos de tu verdad y de tu bondad ante los vacilantes y
equivocados.
Concédenos vivir más profundamente el misterio de Cristo,
para que podamos dar testimonio de él con más fuerza y claridad.
En este tiempo de penitencia, Señor, renueva y purifica a tu Iglesia,
para que se manifieste con más claridad como signo de salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Porque sabemos que somos hijos de Dios, llenos de confianza nos atrevemos a
decir:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, que las saludables prácticas de la Cuaresma dispongan los
corazones de tus hijos, para que celebren dignamente el misterio pascual y
extiendan por todas partes el anuncio de tu salvación. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: NO ME PESA, SEÑOR, HABER FALTADO.
No me pesa, Señor, haber faltado
por el eterno mal que he merecido,
ni me pesa tampoco haber perdido
el cielo como pena a mi pecado.
Pésame haber tus voces despreciado
y tus justos mandatos infringido,
porque con mis errores he ofendido
tu corazón, Señor, por mí llagado.
Llorar quiero mis culpas humillado,
y buscar a mis males dulce olvido
en la herida de amor de tu costado.
Quiero tu amor pagar, agradecido,
amándote cual siempre me has amado
y viviendo contigo arrepentido. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha.
Salmo 136, 1-6 - JUNTO A LOS CANALES DE BABILONIA.
Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras.
Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar;
nuestros opresores, a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sión.»
¡Cómo cantar un cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha;
que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha.
Ant 2. Te doy gracias, Señor, delante de los ángeles.
Salmo 137 - HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DE UN REY
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre;
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.
El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
Cuando camino entre peligros,
me conservas la vida;
extiendes tu izquierda contra la ira de mi enemigo,
y tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te doy gracias, Señor, delante de los ángeles.
Ant 3. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Digno es el Cordero degollado de recibir el honor y la gloria.
LECTURA BREVE St 2, 14. 17. 18b
Hermanos, ¿qué provecho saca uno con decir: «Yo tengo fe», si no tiene obras?
¿Podrá acaso salvarlo la fe? La fe, si no va acompañada de las obras, está
muerta en su soledad. Pruébame tu fe sin obras que yo por mis obras te probaré
mi fe.
RESPONSORIO BREVE
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Señor, ten misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Ya ves que estás curado; no vuelvas a pecar más, no sea que te
suceda algo peor.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ya ves que estás curado; no vuelvas a pecar más, no sea que te
suceda algo peor.
PRECES
Oremos a Jesús, el Señor, que levantado en la cruz atrae a todos
hacia él, y digámosle:
Atrae, Señor, a todos hacia ti.
Señor, que la luz con que resplandece el misterio de la cruz atraiga a todos
los hombres,
para que te reconozcan como camino, verdad y vida.
Da tu agua viva a todos los sedientos de verdad,
para que su sed quede eternamente saciada.
Ilumina a los científicos y a los artistas,
para que el progreso sea también camino de salvación.
Mueve los corazones de los que se apartaron de ti a causa del pecado o del
escándalo,
para que se conviertan a ti y permanezcan en tu amor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Admite en tu reino a todos los difuntos,
para que se alegren eternamente con la Virgen María y con todos los santos.
Que el Espíritu que habita en nosotros y nos une en su amor nos ayude a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, que las saludables prácticas de la Cuaresma dispongan los
corazones de tus hijos, para que celebren dignamente el misterio pascual y
extiendan por todas partes el anuncio de tu salvación. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MARTES 29 DE MARZO 2022
*Lecturas
del Martes de la 4ª semana de Cuaresma*
Martes, 29 de marzo de 2022
Primera
lectura
Lectura de
la profecía de Ezequiel (47,1-9.12):
EN aquellos días, el ángel me hizo volver a la entrada del templo del Señor.
De debajo del umbral del templo corría agua hacia el este —el templo miraba al
este—. El agua bajaba por el lado derecho del templo, al sur del altar.
Me hizo salir por el pórtico septentrional y me llevó por fuera hasta el
pórtico exterior que mira al este. El agua corría por el lado derecho.
El hombre que llevaba el cordel en la mano salió hacia el este, midió
quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me llegaba hasta los
tobillos. Midió otros quinientos metros y me hizo atravesar el agua, que me
llegaba hasta las rodillas. Midió todavía otros quinientos metros y me hizo
atravesar el agua, que me llegaba hasta la cintura. Midió otros quinientos
metros: era ya un torrente que no se podía vadear, sino cruzar a nado.
Entonces me dijo:
«¿Has visto, hijo de hombre?»,
Después me condujo por la ribera del torrente.
Al volver vi en ambas riberas del torrente una gran arboleda. Me dijo:
«Estas aguas fluyen hacia la zona oriental, descienden hacia la estepa y
desembocan en el mar de la Sal, Cuando hayan entrado en él, sus aguas serán
saneadas. Todo ser viviente que se agita, allí donde desemboque la corriente,
tendrá vida; y habrá peces en abundancia. Porque apenas estas aguas hayan
llegado hasta allí, habrán saneado el mar y habrá vida allí donde llegue el
torrente.
En ambas riberas del torrente crecerá toda clase de árboles frutales; no se
marchitarán sus hojas ni se acabarán sus frutos; darán nuevos frutos cada mes,
porque las aguas del torrente fluyen del santuario; su fruto será comestible y
sus hojas medicinales».
Palabra de Dios
Salmo
Sal
45,2-3.5-6.8-9
R/. El Señor de los
ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob
V/. Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza,
poderoso defensor en el peligro.
Por eso no tememos aunque tiemble la tierra,
y los montes se desplomen en el mar. R/.
V/. Un río y sus canales alegran la ciudad de Dios,
el Altísimo consagra su morada.
Teniendo a Dios en medio, no vacila;
Dios la socorre al despuntar la aurora. R/.
V/. El Señor del universo está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob.
Venid a ver las obras del Señor,
las maravillas que hace en la tierra. R/.
*Lecturas
del Martes de la 4ª semana de Cuaresma*
Martes, 29 de marzo de 2022
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (5,1-16)*
Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén.
Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, una piscina que llaman en
hebreo Betesda. Esta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos
enfermos, ciegos, cojos, paralíticos.
Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo.
Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice:
«¿Quieres quedar sano?».
El enfermo le contestó:
«Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua;
para cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
Jesús le dice:
«Levántate, toma tu camilla y echa a andar».
Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar.
Aquel día era sábado, y los judíos dijeron al hombre que había quedado sano:
«Hoy es sábado, y no se puede llevar la camilla».
Él les contestó:
«El que me ha curado es quien me ha dicho: “Toma tu camilla y echa a andar”».
Ellos le preguntaron:
«¿Quién es el que te ha dicho que tomes la camilla y eches a andar?».
Pero el que había quedado sano no sabía quién era, porque Jesús, a causa del
gentío que había en aquel sitio, se había alejado.
Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice:
«Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor».
Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado.
Por esto los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
«Señor,
no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para
cuando llego yo, otro se me ha adelantado».
*Este hombre tenía un juicio en su interior contra
todo lo que estaban a su alrededor, son malo, nadie me ayuda, nadie me quiere,
a nadie le importa mi sufrimiento, el juicio no lo dejaba avanzar. Algo que me
gusta es, que el Señor, me puede sanar sin mi permiso, y me invita a reconocer
las cosas impuras que hay en mi interior. Esta palabra es una denuncia para mí,
porque tengo esos mismos juicios dentro de mí, y el Señor, me hace ver que
tengo mucho tiempo con esta misma enfermedad del juicio contra los demás*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
sábado, 26 de marzo de 2022
JUAN 4,43-54 CICLO C
*Lecturas del Lunes de la 4ª semana de Cuaresma*
Lunes, 28
de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (4,43-54)*
EN aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había
atestiguado:
«Un profeta no es estimado en su propia patria».
Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto
todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos
habían ido a la fiesta.
Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.
Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que
Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a
curar a su hijo que estaba muriéndose.
Jesús le dijo:
«Si no veis signos y prodigios, no creéis».
El funcionario insiste:
«Señor, baja antes de que se muera mi niño».
Jesús le contesta:
«Anda, tu hijo vive».
El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando,
cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les
preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron:
«Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre».
El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho:
«Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo
Jesús al llegar de Judea a Galilea.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero a
vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Si no
veis signos y prodigios, no creéis»)
*Este funcionario real tiene una necesidad; su hijo
enfermo a punto de morir, esto lo obliga a salir a buscar ayuda; pareciese como
que él no necesita ayuda sino su hijo, y es ahí donde el Señor, le muestra a
través de sus palabras que él, es incrédulo cuando le dice: Si no ves signos y
prodigios no crees. Es impresionante saber que la necesidad me lleva a un encuentro
con el Señor. Cuando busco algo es porque lo necesito; el Señor, me invita a
que busque dentro de mí, la parte de mi vida que se recite a creer para
él, ayudarme y esto me hace sentir con alegría
porque cuando el Señor, manda hasta las enfermedades obedece*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a
la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL LUNES 28
*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*
Abre,
Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los
pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi
sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y
merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro
Señor. Amén
TIEMPO DE
CUARESMA
LUNES
DE LA SEMANA IV
Propio del Tiempo. Salterio IV
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro
corazón.»
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro
corazón.»
Himno: CUÁNTAS VECES, SEÑOR, ME HABÉIS LLAMADO
¡Cuántas veces, Señor, me habéis llamado,
y cuántas con vergüenza he respondido,
desnudo como Adán, aunque vestido
de las hojas del árbol del pecado!
Seguí mil veces vuestro pie sagrado,
fácil de asir, en una cruz asido,
y atrás volví otras tantas atrevido,
al mismo precio que me habéis comprado.
Besos de paz os di para ofenderos,
pero si fugitivos de su dueño
yerran cuando los hallan los esclavos,
hoy que vuelvo con lágrimas a veros,
clavadme vos a vos en vuestro leño
y tendréisme seguro con tres clavos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Por la mañana, sácianos de tu misericordia, Señor.
Salmo 89 - BAJE A NOSOTROS LA BONDAD DEL SEÑOR
Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.
Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.
Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vigilia nocturna.
Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.
¡Cómo nos ha consumido tu cólera
y nos ha trastornado tu indignación!
Pusiste nuestras culpas ante ti,
nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,
y nuestros años se acabaron como un suspiro.
Aunque uno viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan.
¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,
quién ha sentido el peso de tu cólera?
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por la mañana, sácianos de tu misericordia, Señor.
Ant 2. Llegue la alabanza del Señor hasta el confín de la tierra.
Cántico: CÁNTICO NUEVO AL DIOS VENCEDOR Y SALVADOR Is 42, 10-16
Cantad al Señor un cántico nuevo,
llegue su alabanza hasta el confín de la tierra;
muja el mar y lo que contiene,
las islas y sus habitantes;
alégrese el desierto con sus tiendas,
los cercados que habita Cadar;
exulten los habitantes de Petra,
clamen desde la cumbre de las montañas;
den gloria al Señor,
anuncien su alabanza en las islas.
El Señor sale como un héroe,
excita su ardor como un guerrero,
lanza el alarido,
mostrándose valiente frente al enemigo.
«Desde antiguo guardé silencio,
me callaba y aguantaba;
mas ahora grito como la mujer cuando da a luz,
jadeo y resuello.
Agostaré montes y collados,
secaré toda su hierba,
convertiré los ríos en yermo,
desecaré los estanques;
conduciré a los ciegos
por el camino que no conocen,
los guiaré por senderos que ignoran.
Ante ellos convertiré la tiniebla en luz,
lo escabroso en llano.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Llegue la alabanza del Señor hasta el confín de la tierra.
Ant 3. Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del Señor.
Salmo 134, 1-12 - HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.
Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
—en medio de ti, Egipto—
contra el Faraón y sus ministros.
Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad el nombre del Señor, los que estáis en la casa del Señor.
LECTURA BREVE Ex 19, 4-6a
Vosotros habéis visto cómo os saqué sobre alas de águila y os traje hacia mí;
ahora pues, si queréis obedecerme y guardar mi alianza, seréis mi especial
propiedad entre todos los pueblos, pues mía es toda la tierra. Seréis para mí
un reino de sacerdotes y una nación santa.
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
Primera
Lectura
Del libro
del Levítico 16, 2-28
EL DÍA DE
LA EXPIACIÓN
En
aquellos días, ordenó Dios a Moisés lo siguiente: «Di a tu hermano Aarón que no
entre en cualquier ocasión a la parte del santuario que está detrás del velo,
ante el propiciatorio que está sobre el arca, no sea que muera ante mí, pues yo
me hago visible en forma de nube sobre la cubierta del arca.
Éste es
el rito que seguirá Aarón para entrar en el santuario: Tomará un novillo para
el
sacrificio expiatorio. Y un carnero para el holocausto. Se vestirá la túnica
sagrada de lino y calzón igualmente de lino, se ceñirá una banda de lino y se
pondrá una tiara de lino. Éstas son las vestiduras sagradas que se pondrá
después de haberse bañado. Además recibirá de la asamblea de los israelitas dos
machos cabríos para el sacrificio expiatorio y un carnero para el holocausto.
Después
que Aarón haya ofrecido su novillo, en sacrificio por su propio pecado, y que
haya hecho el rito de expiación, por sí mismo y por su casa, tomará los dos
machos cabríos y los presentará ante el Señor a la entrada de la Tienda de
Reunión. Echará la suerte sobre ellos: uno le tocará al Señor y el otro a
Azazel. Tomará el que haya tocado en
suerte al Señor y lo ofrecerá en sacrificio expiatorio. El que haya tocado en
suerte a Azazel lo presentará vivo ante el Señor, para hacer sobre él el rito
de expiación y después lo mandará a Azazel al desierto. Así, pues, Aarón
ofrecerá primero su novillo, en sacrificio por su propio pecado, y hará el rito
de expiación, por sí mismo y por su casa, e inmolará el novillo.
Tomará
luego un incensario, lleno de brasas tomadas del altar que está ante el Señor,
y dos puñados de
incienso aromático pulverizado, y llevará todo esto detrás del velo. Pondrá el
incienso sobre las brasas delante del Señor, para que el humo del incienso
cubra el propiciatorio que está sobre el documento de la alianza, y así él no
muera. Después tomará sangre del novillo y rociará con el dedo el lado oriental
de la placa o propiciatorio; luego hará con el dedo otras siete aspersiones de
sangre en la parte del frente del propiciatorio. En seguida inmolará el macho
cabrío, destinado para el sacrificio expiatorio por el pecado del pueblo;
llevará su sangre dentro del velo, y hará con ella lo mismo que hizo con la
sangre del novillo: rociando el propiciatorio y su parte anterior. Así hará el
rito de expiación sobre el santuario, por todas las impurezas y delitos de los
hijos de Israel, por todos sus pecados.
Lo
mismo hará luego con la Tienda de Reunión que se encuentra entre ellos, en
medio de sus impurezas. No habrá nadie en la Tienda de Reunión, desde que entre
al santuario,
para hacer la expiación por sí mismo, por su casa y por toda la comunidad de
Israel, hasta que salga. Cuando haya salido, irá al altar que está ante el
Señor y hará sobre él el rito de expiación: tomará sangre del novillo y del
macho cabrío, ungirá con ella los salientes del altar y rociará la sangre con
el dedo siete veces sobre el altar.
Así lo
purificará y santificará de las impurezas de los hijos de Israel. Acabada la
expiación del santuario, de la Tienda de Reunión y del altar, Aarón hará traer
el macho cabrío vivo. Con las dos manos puestas sobre la cabeza del macho
cabrío, confesará las iniquidades y delitos de los hijos de Israel, todos sus
pecados; se los echará en la cabeza al macho cabrío y, después, lo mandará al
desierto, por medio de un hombre designado para ello. Así, el macho cabrío se
llevará consigo todas las iniquidades de los
hijos de Israel a una tierra deshabitada. El encargado lo soltará en el
desierto.
Después
Aarón entrará en la Tienda de Reunión, se quitará las vestiduras de lino, que
se había puesto para entrar en el santuario, y las dejará allí. En seguida
bañará su cuerpo en un lugar santo. Luego se pondrá sus vestiduras, volverá a
salir y ofrecerá su holocausto y el holocausto del pueblo. Hará la expiación
por sí mismo y por el pueblo, y dejará quemarse sobre el altar la grasa de la
víctima expiatoria.
El que
ha llevado el macho cabrío a Azazel lavará sus vestidos, se bañará y después
podrá entrar en el campamento. Las víctimas expiatorias el novillo y el macho
cabrío, cuya sangre se introdujo en el santuario para hacer el rito de
expiación, se sacarán fuera del campamento, y se quemará
su piel, carne e intestinos. El encargado de quemarlos lavará sus vestidos, se
bañará y después podrá entrar en el campamento.»
Responsorio
Hb 9, 11. 12. 24
R. Cristo se presentó como sumo sacerdote de los
bienes futuros, no con sangre de machos cabríos ni de novillos, sino con su
propia sangre, * y
entró de una vez para siempre en el santuario, obteniendo para nosotros una
redención eterna.
V. No
entró Cristo en un santuario levantado por mano de hombre, sino en el mismo
cielo.
R. Y
entró de una vez para siempre en el santuario, obteniendo para nosotros una
redención eterna.
Segunda
Lectura
De las
homilías de Orígenes, presbítero, sobre el libro del Levítico
(Homilía 9, 5. 10: PG 12, 515. 523)
CRISTO ES
NUESTRO SUMO SACERDOTE, NUESTRA PROPICIACIÓN
Una vez
al año, el sumo sacerdote, alejándose del pueblo, entra en el lugar donde se
hallan el propiciatorio, los querubines, el arca de la alianza y el altar del
incienso, en aquel lugar donde nadie puede penetrar, sino sólo el sumo
sacerdote. Si pensamos ahora en nuestro verdadero sumo sacerdote, el Señor
Jesucristo, y
consideramos cómo, mientras vivió en carne mortal, estuvo durante todo el año
con el pueblo, aquel año del que él mismo dice: Me ha enviado para anunciar el
Evangelio a los pobres, para anunciar el año de gracia del Señor, fácilmente
advertiremos que, en este
año, penetró una sola vez, el día de la propiciación, en el santuario, es
decir, en los cielos, después de haber realizado su misión, y que subió hasta
el trono del Padre, para hacerle propicio al género humano y para interceder
por cuantos creen en él. Aludiendo a esta propiciación con la que vuelve a
reconciliar a los hombres con el
Padre, dice el apóstol Juan: Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis.
Pero,
si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo.
Él es víctima de propiciación por nuestros pecados. Y, de manera semejante,
Pablo vuelve a pensar en esta propiciación cuando dice de Cristo: A quien Dios
constituyó sacrificio de propiciación mediante la fe en su sangre. De modo que
el día de propiciación permanece entre nosotros hasta que el mundo llegue a su
fin. Dice el precepto divino: Pondrá incienso sobre las brasas, ante el Señor;
el humo del incienso ocultará la cubierta que hay sobre el documento de la
alianza; y así no morirá.
Después
tomará sangre del novillo y salpicará con el dedo la cubierta, hacia oriente.
Así se nos explica cómo se llevaba a cabo entre los antiguos el rito de
propiciación a Dios en favor de los hombres; pero tú, que has alcanzado a
Cristo, el verdadero sumo
sacerdote, que con su sangre hizo que Dios te fuera propicio, y te reconcilió
con el Padre, no te detengas en la sangre física; piensa más bien en la sangre
del Verbo, y óyele a él mismo decirte: Ésta es mi sangre, derramada por
vosotros para el perdón de los pecados. No pases por alto el detalle de que
esparció la sangre hacia oriente. Porque la propiciación viene de oriente, pues
de allí proviene el hombre cuyo nombre es Oriente, que fue hecho mediador entre
Dios y los hombres.
Esto te
está invitando a mirar siempre hacia oriente, de donde brota para ti el sol de
justicia, de donde nace siempre para ti la luz del día, para que no andes nunca
en tinieblas ni en ellas aquel día supremo te sorprenda: no sea que la noche y
el espesor de la ignorancia te abrumen, sino que, por el
contrario, te muevas siempre en el resplandor del conocimiento, tengas siempre
en tu poder el día de la fe y no pierdas nunca la lumbre de la caridad y de la
paz.
Responsorio
Cf. Hb 6, 19. 20; cf. 7, 2. 3
R. Jesús, el Cordero sin mancha, penetró hasta el
interior del santuario, como precursor nuestro, * constituido sumo sacerdote para
siempre, según el rito de Melquisedec.
V. Él
es el rey de justicia, cuya vida no tiene fin.
R. Constituido
sumo sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec.
*Lecturas del Lunes de la 4ª semana de Cuaresma*
Lunes, 28
de marzo de 2022
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Juan (4,43-54)*
EN aquel tiempo, salió Jesús de Samaría para Galilea. Jesús mismo había
atestiguado:
«Un profeta no es estimado en su propia patria».
Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto
todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos
habían ido a la fiesta.
Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino.
Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que
Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo, y le pedía que bajase a
curar a su hijo que estaba muriéndose.
Jesús le dijo:
«Si no veis signos y prodigios, no creéis».
El funcionario insiste:
«Señor, baja antes de que se muera mi niño».
Jesús le contesta:
«Anda, tu hijo vive».
El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando,
cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo vivía. Él les
preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron:
«Ayer a la hora séptima lo dejó la fiebre».
El padre cayó en la cuenta de que esa era la hora en que Jesús le había dicho:
«Tu hijo vive». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo
Jesús al llegar de Judea a Galilea.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Había un funcionario de la corte que tenía un hijo enfermo en
Cafarnaúm; y, habiéndose enterado de que Jesús había vuelto a Galilea, le pidió
que bajase a curar a su hijo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Había un funcionario de la corte que tenía un hijo enfermo en
Cafarnaúm; y, habiéndose enterado de que Jesús había vuelto a Galilea, le pidió
que bajase a curar a su hijo.
PRECES
Alabemos a Dios, nuestro Padre, que nos concede ofrecerle el
sacrificio de alabanza cuaresmal, y supliquémosle, diciendo:
Ilumínanos, Señor, con tu palabra.
Dios todopoderoso y compasivo, concédenos el espíritu de oración y de
penitencia,
y danos un verdadero deseo de amarte a ti y a nuestros hermanos.
Concédenos ser constructores de tu reino, para que todas las cosas tengan a
Cristo por cabeza
y abunde la justicia y la paz en toda la tierra.
Haz que sepamos descubrir la bondad y hermosura de tu creación,
para que su belleza se haga alabanza en nuestros labios.
Perdónanos por haber ignorado la presencia de Cristo en los pobres, los
sencillos y los marginados,
y por no haber atendido a tu Hijo en estos hermanos nuestros.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Impulsados por el Espíritu que nos hace clamar: «¡Padre!», invoquemos a nuestro
Dios:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que renuevas el mundo por medio de sacramentos
divinos, haz que tu Iglesia progrese por la celebración de estos sacramentos de
vida eterna y no permitas que le falten nunca los auxilios necesarios para su
vida terrena. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: ÉSTA ES LA HORA PARA EL BUEN AMIGO.
Ésta es la hora para el buen amigo,
llena de intimidad y confidencia,
y en la que, al examinar nuestra conciencia,
igual que siente el rey, siente el mendigo.
Hora en que el corazón encuentra abrigo
para lograr alivio a su dolencia
y, al evocar la edad de la inocencia,
logra en el llanto bálsamo y castigo.
Hora en que arrullas, Cristo, nuestra vida
con tu amor y caricia inmensamente
y que a humildad y a llanto nos convida.
Hora en que un ángel roza nuestra frente
y en que el alma, como cierva herida,
sacia su sed en la escondida fuente. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Salmo 135 I - HIMNO A DIOS POR LAS MARAVILLAS DE LA CREACIÓN Y DEL
ÉXODO.
Dad gracias al Señor porque es bueno:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios de los dioses:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Señor de los señores:
porque es eterna su misericordia.
Sólo él hizo grandes maravillas:
porque es eterna su misericordia.
Él hizo sabiamente los cielos:
porque es eterna su misericordia.
El afianzó sobre las aguas la tierra:
porque es eterna su misericordia.
Él hizo lumbreras gigantes:
porque es eterna su misericordia.
El sol que gobierna el día:
porque es eterna su misericordia.
La luna que gobierna la noche:
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Ant 2. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.
Salmo 135 II
El hirió a Egipto en sus primogénitos:
porque es eterna su misericordia.
Y sacó a Israel de aquel país:
porque es eterna su misericordia.
Con mano poderosa, con brazo extendido:
porque es eterna su misericordia.
Él dividió en dos partes el mar Rojo:
porque es eterna su misericordia.
Y condujo por en medio a Israel:
porque es eterna su misericordia.
Arrojó en el mar Rojo al Faraón:
porque es eterna su misericordia.
Guió por el desierto a su pueblo:
porque es eterna su misericordia.
Él hirió a reyes famosos:
porque es eterna su misericordia.
Dio muerte a reyes poderosos:
porque es eterna su misericordia.
A Sijón, rey de los amorreos:
porque es eterna su misericordia.
Y a Hog, rey de Basán:
porque es eterna su misericordia.
Les dio su tierra en heredad:
porque es eterna su misericordia.
En heredad a Israel, su siervo:
porque es eterna su misericordia.
En nuestra humillación se acordó de nosotros:
porque es eterna su misericordia.
Y nos libró de nuestros opresores:
porque es eterna su misericordia.
Él da alimento a todo viviente:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios del cielo:
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.
Ant 3. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por
cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios proyectó hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por
cabeza, cuando llegase el momento culminante.
LECTURA BREVE Rm 12, 1-2
Os exhorto, por la misericordia de Dios, a presentar vuestros cuerpos como
hostia viva, santa, agradable a Dios; éste es vuestro culto razonable. Y no os
ajustéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para
que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios, lo bueno, lo que agrada, lo
perfecto.
RESPONSORIO BREVE
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Señor, ten misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Comprobó el padre que en aquella misma hora le había dicho Jesús:
«Tu hijo se encuentra bien»; y creyó él y toda su casa.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Comprobó el padre que en aquella misma hora le había dicho Jesús:
«Tu hijo se encuentra bien»; y creyó él y toda su casa.
PRECES
Bendigamos a Dios, nuestro Padre, que por la palabra de su Hijo
prometió escuchar la oración de los que se reúnen en su nombre, y, confiados en
esta promesa, supliquémosle, diciendo:
Escucha a tu pueblo, Señor.
Señor, tú que en la montaña del Sinaí diste a conocer tu ley por medio de Moisés
y la perfeccionaste luego por Cristo,
haz que todos los hombres descubran que tienen esta ley inscrita en el corazón
y que la deben guardar para hacer efectiva la alianza que has hecho con ellos.
Concede a los superiores fraternal solicitud hacia los que les han sido
confiados,
y a los súbditos espíritu de obediente colaboración.
Fortalece el espíritu y el corazón de los misioneros
y suscita en todas partes colaboradores de su obra.
Que los niños crezcan en gracia y en edad,
y que los jóvenes se abran con sinceridad a tu amor.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acuérdate de nuestros hermanos que ya duermen el sueño de la paz
y dales parte en la vida eterna.
Digamos a nuestro Padre, juntamente con Jesús, la oración que él nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que renuevas el mundo por medio de sacramentos
divinos, haz que tu Iglesia progrese por la celebración de estos sacramentos de
vida eterna y no permitas que le falten nunca los auxilios necesarios para su
vida terrena. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.