Musica Para el Alma
jueves, 29 de septiembre de 2022
LUCAS 10,13-16 CICLO C
*Lecturas del Viernes de la
26ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 30 de septiembre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(10,13-16)*
En aquel tiempo, dijo Jesús: «¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en
Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que
se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el
juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún,
¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Quien a vosotros os escucha a
mí me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza
a mí rechaza al que me ha enviado.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«
¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran
hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido)
*Este lamento del Señor, es un lamento de tristeza.
Este lamento hoy también es para mí, porque son tantas las obras que el Señor
está realizando en mí constantemente y no las veo, ni me alegro, esto meda un
poco de tristeza, porque estoy enfocando mi vida y en cosas que no me dan la
vida. El Señor, esta tratando de despertar en mí un deseo hacia las cosas, que
producen vida, que producen justicia, que producen paz. La buena noticia para mí,
es que el Señor me hace ver, que voy por el lugar equivocado y él, está
empeñado en que entre, por el camino correcto*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL VIERNES 30
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO
ORDINARIO
VIERNES DE LA SEMANA XXVI
Del Común de doctores de la Iglesia. Salterio II
30 de septiembre
*SAN JERÓNIMO, presbítero y doctor de la iglesia (MEMORIA)*
Nació en Estridón (Dalmacia) hacia el año 340; estudió en Roma y allí fue
bautizado. Abrazó la vida ascética, marchó al Oriente y fue ordenado
presbítero. Volvió a Roma y fue secretario del papa Dámaso. Fue en esta época
cuando empezó su traducción latina de la Biblia. También promovió la vida
monástica. Más tarde se estableció en Belén, donde trabajó mucho por el bien de
la Iglesia. Escribió gran cantidad de obras, principalmente comentarios de la
sagrada Escritura. Murió en Belén el año 420.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de
la sabiduría.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, fuente de
la sabiduría.
Himno: PARA VOSOTROS, EL MISTERIO DEL PADRE.
Para vosotros, el misterio del Padre;
con vosotros, la luz del Verbo;
en vosotros, la llama del Amor
que es fuego.
¡Hontanares de Dios!,
¡hombres del Evangelio!,
¡humildes inteligencias luminosas!,
¡grandes hombres de barro tierno!
El mundo tiene hambre de infinito
y sed de cielo;
las criaturas nos atan a lo efímero
y nos vamos perdiendo en el tiempo.
Para nosotros,
el misterio que aprendisteis del Padre;
con nosotros, la luz que os dio el Verbo;
en nosotros, el Amor ingénito.
¡Hombres de Cristo, maestros de la Iglesia!
dadnos una vida y un anhelo,
la angustia por la verdad,
por el error el miedo.
Dadnos una vida de rodillas
ante el misterio,
una visión de este mundo de muerte
y una esperanza de cielo.
Padre, te pedimos para la Iglesia
la ciencia de estos maestros. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias, Señor.
Salmo 50 - CONFESIÓN DEL PECADOR ARREPENTIDO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio brillará tu rectitud.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero,
y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio;
lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría,
que se alegren los huesos quebrantados.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
¡Oh Dios!, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, ¡oh Dios,
Dios, Salvador mío!,
y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza.
Los sacrificios no te satisfacen;
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado:
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias.
Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén:
entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos,
sobre tu altar se inmolarán novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias, Señor.
Ant 2. En tu juicio, Señor, acuérdate de
la misericordia.
Cántico: JUICIO DE DIOS - Ha 3, 2-4. 13a. 15-19
¡Señor, he oído tu fama,
me ha impresionado tu obra!
En medio de los años, realízala;
en medio de los años, manifiéstala;
en el terremoto acuérdate de la misericordia.
El Señor viene de Temán;
el Santo, del monte Farán:
su resplandor eclipsa el cielo,
la tierra se llena de su alabanza;
su brillo es como el día,
su mano destella velando su poder.
Sales a salvar a tu pueblo,
a salvar a tu ungido;
pisas el mar con tus caballos,
revolviendo las aguas del océano.
Lo escuché y temblaron mis entrañas,
al oírlo se estremecieron mis labios;
me entró un escalofrío por los huesos,
vacilaban mis piernas al andar.
Tranquilo espero el día de la angustia
que sobreviene al pueblo que nos oprime.
Aunque la higuera no echa yemas
y las viñas no tienen fruto,
aunque el olivo olvida su aceituna
y los campos no dan cosechas,
aunque se acaban las ovejas del redil
y no quedan vacas en el establo,
yo exultaré con el Señor,
me gloriaré en Dios mi salvador.
El Señor soberano es mi fuerza,
él me da piernas de gacela
y me hace caminar por las alturas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. En tu juicio, Señor, acuérdate de
la misericordia.
Ant 3. Glorifica al Señor, Jerusalén.
Salmo 147 - RESTAURACIÓN DE JERUSALÉN.
Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Glorifica al Señor, Jerusalén.
LECTURA BREVE Sb 7, 13-14
Aprendí la sabiduría sin malicia, reparto sin envidia, y no me guardo sus
riquezas. Porque es un tesoro inagotable para los hombres: los que lo adquieren
se atraen la amistad de Dios, porque el don de su enseñanza los recomienda.
RESPONSORIO BREVE
V. El pueblo cuenta su sabiduría.
R. El pueblo cuenta su sabiduría.
V. La asamblea pregona su alabanza.
R. Cuenta su sabiduría.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El pueblo cuenta su sabiduría.
V. Mis
ojos se consumen aguardando tu salvación.
R. Y tu promesa de justicia.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Judit 12, 1—13, 5
EL BANQUETE DE HOLOFERNES
En aquellos días, Holofernes ordenó que llevaran a Judit a donde tenía su
vajilla de plata, y mandó que le sirvieran de su misma comida y de su mismo
vino. Pero Judit dijo:
«No los probaré, para no caer en pecado. Yo me he traído mis provisiones.»
Holofernes le preguntó:
«Y si se te acaba lo que tienes, ¿de dónde sacamos una comida igual? Entre
nosotros no hay nadie de tu raza.»
Judit le respondió:
«¡Por tu vida, alteza! No acabaré lo que he traído antes de que el Señor haya
realizado su plan por mi medio.»
Los oficiales de Holofernes la llevaron a su tienda. Judit durmió hasta la
media noche, se levantó antes del relevo del amanecer y mandó este recado a
Holofernes:
«Señor, ordena que me permitan salir a orar.»
Holofernes ordenó a los guardias de su escolta que la dejaran salir. Así pasó
Judit tres días en el campamento. Por la noche, se dirigía hacia el barranco de
Betulia y se lavaba en la fuente donde estaba el puesto de guardia. Después de
lavarse, suplicaba al Señor, Dios de Israel, que dirigiera su plan para
exaltación de su pueblo. Luego, purificada, volvía a su tienda y allí se
quedaba hasta que, a eso del atardecer, le llevaban la comida.
El cuarto día, Holofernes ofreció un banquete exclusivamente para su personal
de servicio, sin invitar a ningún oficial, y dijo al eunuco Bagoas, que era su
mayordomo:
«Vete a ver si convences a esa hebrea que tienes a tu cargo para que venga a
comer y beber con nosotros. Porque sería una vergüenza no aprovechar la ocasión
de acostarme con esa mujer. Si no me la gano, se va a reír de mí.»
Bagoas salió de la presencia de Holofernes, entró donde Judit y le dijo:
«No tenga miedo esta bella jovencita de presentarse a mi señor como huésped de
honor, para beber y alegrarse con nosotros, pasando el día como una mujer
asiria de las que viven en el palacio de Nabucodonosor.»
Judit respondió:
«¿Quién soy yo para contradecir a mi señor? Haré en seguida lo que le agrade;
será para mí un recuerdo feliz hasta el día de mi muerte.»
Se levantó para arreglarse. Se vistió y se puso todas sus joyas de mujer. Su
doncella entró delante y le extendió en el suelo, ante Holofernes, el vellón de
lana que le había dado Bagoas para que se recostase allí a diario mientras
comía. Judit entró y se sentó. Al verla, Holofernes se turbó, y le agitó la
pasión con un deseo violento de unirse a ella, pues desde la primera vez que la
vio esperaba la ocasión de seducirla, y le dijo:
«Anda, bebe; alégrate con nosotros.»
Judit respondió:
«Claro que beberé, señor. Hoy es el día más grande de toda mi vida.»
Y comió y bebió ante Holofernes, tomando de lo que le había preparado su
doncella. Holofernes, entusiasmado con ella, bebió muchísimo vino, como no
había bebido en toda su vida. Cuando se hizo tarde, el personal de servicio se
retiró en seguida. Bagoas cerró la tienda por fuera, después de hacer salir a
los sirvientes. Todos fueron a acostarse, rendidos por lo mucho que habían
bebido. En la tienda quedaron sólo Judit y Holofernes, tumbado en el lecho,
completamente borracho. Judit había ordenado a su doncella que se quedara fuera
de la alcoba y la esperase a la salida como otros días. Había dicho que saldría
para hacer la oración, y había hablado de ello con Bagoas.
RESPONSORIO Cf. Jdt 16, 16. 7; Sir 36, 18; cf. Jdt
6, 15
R. Señor, eres grande y glorioso, tú que has dado
la salvación por mano de una mujer. * Escucha
la súplica de tus siervos.
V. Bendito seas, Señor, que no desamparas a los
que confían en ti, y abates a los que se jactan de su poder.
R. Escucha la súplica de tus siervos.
SEGUNDA LECTURA
Del prólogo al comentario de san Jerónimo, presbítero, sobre el
libro del profeta Isaías.
(Núms. 1. 2: CCL 73, 1-3)
IGNORAR LAS ESCRITURAS ES IGNORAR A CRISTO
Cumplo con mi deber, obedeciendo los preceptos de Cristo, que dice: Ocupaos en
examinar las Escrituras, y también: Buscad y hallaréis, para que no tenga que
decirme, como a los judíos: Estáis en un error; no entendéis las Escrituras ni
el poder de Dios. Pues si, como dice el apóstol Pablo, Cristo es el poder de
Dios y la sabiduría de Dios, y el que no conoce las Escrituras no conoce el
poder de Dios ni su sabiduría, de ahí se sigue que ignorar las Escrituras es
ignorar a Cristo.
Por esto quiero imitar al amo de casa, que de su provisión saca lo nuevo y lo
antiguo, y a la esposa que dice en el Cantar de los cantares: He guardado para
ti, mi amado, lo nuevo y lo antiguo; y, así, expondré el libro de Isaías,
haciendo ver en él no sólo al profeta, sino también al evangelista y apóstol.
Él, en efecto, refiriéndose a sí mismo y a los demás evangelistas, dice: ¡Qué
hermosos son los pies de los que anuncian el bien, de los que anuncian la paz!
Y Dios le habla como a un apóstol, cuando dice: ¿A quién mandaré? ¿Quién irá a
ese pueblo? Y él responde: Aquí estoy, mándame.
Nadie piense que yo quiero resumir en pocas palabras el contenido de este
libro, ya que él abarca todos los misterios del Señor: predice, en efecto, al
Emmanuel que nacerá de la Virgen, que realizará obras y signos admirables, que
morirá, será sepultado y resucitará del país de los muertos, y será el Salvador
de todos los hombres.
¿Para qué voy a hablar de física, de ética, de lógica? Este libro es como un
compendio de todas las Escrituras y encierra en sí cuanto es capaz de
pronunciar la lengua humana y sentir el hombre mortal. El mismo libro contiene
unas palabras que atestiguan su carácter misterioso y profundo: Cualquier
visión se os volverá —dice— como el texto de un libro sellado: se lo dan a uno
que sabe leer, diciéndole: «Por favor, lee esto». Y él responde: «No puedo,
porque está sellado». Y se lo dan a uno que no sabe leer, diciéndole: «Por
favor, lee esto». Y el responde: «No sé leer».
Y si a alguno le parece débil esta argumentación, que oiga lo que dice el
Apóstol: Cuanto a los dotados del carisma de profecía, que hablen dos o tres, y
que los demás den su dictamen; y, si algún otro que está sentado recibiera una
revelación, que calle el que está hablando. ¿Qué razón tienen los profetas para
silenciar su boca, para callar o hablar, si el Espíritu es quien habla por boca
de ellos? Por consiguiente, si recibían del Espíritu lo que decían, las cosas
que comunicaban estaban llenas de sabiduría y de sentido. Lo que llegaba a
oídos de los profetas no era el sonido de una voz material, sino que era Dios
quien hablaba en su interior, como dice uno de ellos: El ángel que hablaba en
mí, y también: Que clama en nuestros corazones: «¡Padre!», y asimismo: Voy a
escuchar lo que dice el Señor.
RESPONSORIO 2Tm 3, 16-17; Pr 28, 7
R. Todas las partes de la Escritura están
inspiradas por Dios y son útiles para instruir y para educar en la buena
conducta, * así, el siervo de Dios se
hará perfecto y estará preparado para toda buena obra.
V. El que guarda la ley es hijo prudente.
R. Así, el siervo de Dios se hará perfecto y
estará preparado para toda buena obra.
*Lecturas del Viernes de la
26ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 30 de septiembre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(10,13-16)*
En aquel tiempo, dijo Jesús: «¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en
Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que
se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el
juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún,
¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Quien a vosotros os escucha a
mí me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza
a mí rechaza al que me ha enviado.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Los sabios brillarán con esplendor de cielo, y los que enseñan la
justicia a las multitudes serán como estrellas por toda la eternidad.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Los sabios brillarán con esplendor
de cielo, y los que enseñan la justicia a las multitudes serán como estrellas
por toda la eternidad.
PRECES
Demos gracias a Cristo, el buen pastor que entregó la vida por sus
ovejas, y supliquémosle diciendo:
Apacienta a tu pueblo, Señor.
Señor Jesucristo, tú que en los santos pastores nos has revelado tu
misericordia y tu amor,
haz que, por ellos, continúe llegando a nosotros tu acción misericordiosa.
Señor Jesucristo, tú que a través de los santos pastores sigues siendo el único
pastor de tu pueblo,
no dejes de guiarnos siempre por medio de ellos.
Señor Jesucristo, tú que por medio de los santos pastores eres el médico de los
cuerpos y de las almas,
haz que nunca falten en tu Iglesia los ministros que nos guíen por las sendas
de una vida santa.
Señor Jesucristo, tú que has adoctrinado a la Iglesia con la prudencia y el amor
de los santos,
haz que, guiados por nuestros pastores, progresemos en la santidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Oremos confiadamente al Padre, como Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Oh Dios, que concediste a san Jerónimo saber gustar de la sagrada
Escritura y vivirla intensamente, haz que tu pueblo se alimente cada vez más en
tu palabra y encuentre en ella la fuente de la vida. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: VERBO DE DIOS, ETERNA LUZ DIVINA.
Verbo de Dios, eterna luz divina,
fuente eternal de toda verdad pura,
gloria de Dios, que el cosmos ilumina,
antorcha toda luz en noche oscura.
Palabra eternamente pronunciada
en la mente del Padre, ¡oh regocijo!,
que en el tiempo a los hombres nos fue dada
en el seno de Virgen, hecha Hijo.
Las tinieblas de muerte y de pecado,
en que yacía el hombre, así vencido,
su verdad y su luz han disipado,
con su vida y su muerte ha redimido.
Con destellos de luz que Dios envía,
no dejéis de brillar, faros divinos;
de los hombres y pueblos sed su guía,
proclamad la verdad en los caminos. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Arranca, Señor, mi vida de la muerte, mis pies de la caída.
Salmo 114 - ACCIÓN DE GRACIAS
Amo al Señor, porque escucha
mi voz suplicante,
porque inclina su oído hacia mí
el día que lo invoco.
Me envolvían redes de muerte,
me alcanzaron los lazos del abismo,
caí en tristeza y angustia.
Invoqué el nombre del Señor:
«Señor, salva mi vida.»
El Señor es benigno y justo,
nuestro Dios es compasivo;
el Señor guarda a los sencillos:
estando yo sin fuerzas me salvó.
Alma mía, recobra tu calma,
que el Señor fue bueno contigo:
arrancó mi vida de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
Caminaré en presencia del Señor
en el país de la vida.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Arranca, Señor, mi vida de la
muerte, mis pies de la caída.
Ant 2. El auxilio me viene del Señor, que
hizo el cielo y la tierra.
Salmo 120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO.
Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El auxilio me viene del Señor, que
hizo el cielo y la tierra.
Ant 3. Justos y verdaderos son tus
caminos, ¡oh Rey de los siglos!
Cántico: CANTO DE LOS VENCEDORES Ap 15, 3-4
Grandes y maravillosas son tus obras,
Señor, Dios omnipotente,
justos y verdaderos tus caminos,
¡oh Rey de los siglos!
¿Quién no temerá, Señor,
y glorificará tu nombre?
Porque tú solo eres santo,
porque vendrán todas las naciones
y se postrarán en tu acatamiento,
porque tus juicios se hicieron manifiestos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Justos y verdaderos son tus
caminos, ¡oh Rey de los siglos!
LECTURA BREVE St 3, 17-18
La sabiduría que viene de arriba ante todo es pura y, además, es amante de la
paz, comprensiva, dócil, llena de misericordia y buenas obras, constante,
sincera. Los que procuran la paz están sembrando la paz; y su fruto es la
justicia.
RESPONSORIO BREVE
V. En la asamblea le da la palabra.
R. En la asamblea le da la palabra.
V. Lo llena de espíritu, sabiduría e inteligencia.
R. Le da la palabra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. En la asamblea le da la palabra.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Oh doctor admirable, luz de la Iglesia santa, san Jerónimo, fiel
cumplidor de la ley, ruega por nosotros al Hijo de Dios.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Oh doctor admirable, luz de la
Iglesia santa, san Jerónimo, fiel cumplidor de la ley, ruega por nosotros al
Hijo de Dios.
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, constituido pontífice en favor de los
hombres en lo que se refiere a Dios, y supliquémosle humildemente diciendo:
Salva a tu pueblo, Señor.
Tú que por medio de pastores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.
Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban
por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los
santos.
Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu,
los consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.
Tú que fuiste la heredad de los santos pastores,
no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado
de ti.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que por medio de los pastores de la Iglesia das la vida eterna a tus ovejas
para que nadie las arrebate de tu mano,
salva a los difuntos, por quienes entregaste tu vida.
Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre nuestro...
ORACION
Oh Dios, que concediste a san Jerónimo saber gustar de la sagrada
Escritura y vivirla intensamente, haz que tu pueblo se alimente cada vez más en
tu palabra y encuentre en ella la fuente de la vida. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL VIERNES 30 DE SEPTIEMBRE 2022
*Lecturas del Viernes de la
26ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 30 de septiembre de 2022
Primera lectura
Lectura del libro de Job (38,1.12-21;40,3-5):
El Señor habló a Job desde la tormenta: «¿Has mandado en tu vida a la mañana o
has señalado su puesto a la aurora, para que agarre la tierra por los bordes y
sacuda de ella a los malvados, para que la transforme como arcilla bajo el
sello y la tiña como la ropa; para que les niegue la luz a los malvados y se
quiebre el brazo sublevado? ¿Has entrado por los hontanares del mar o paseado
por la hondura del océano? ¿Te han enseñado las puertas de la muerte o has
visto los portales de las sombras? ¿Has examinado la anchura de la tierra? Cuéntamelo,
si lo sabes todo. ¿Por dónde se va a la casa de la luz y dónde viven las
tinieblas? ¿Podrías conducirlas a su país o enseñarles el camino de casa? Lo
sabrás, pues ya habías nacido entonces y has cumplido tantísimos años.»
Job respondió al Señor: «Me siento pequeño, ¿qué replicaré? Me taparé la boca
con la mano; he hablado una vez, y no insistiré, dos veces, y no añadiré nada.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 138
R/. Guíame, Señor, por el camino eterno
Señor, tú me sondeas y me conoces;
me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares. R/.
¿Adónde iré lejos de tu aliento,
adónde escaparé de tu mirada?
Si escalo el cielo, allí estás tú;
si me acuesto en el abismo, allí te encuentro. R/.
Si vuelo hasta el margen de la aurora,
si emigro hasta el confín del mar,
allí me alcanzará tu izquierda,
me agarrará tu derecha. R/.
Tú has creado mis entrañas,
me has tejido en el seno materno.
Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente,
porque son admirables tus obras. R/.
*Lecturas del Viernes de la
26ª semana del Tiempo Ordinario*
Viernes, 30 de septiembre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas
(10,13-16)*
En aquel tiempo, dijo Jesús: «¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en
Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que
se habrían convertido, vestidas de sayal y sentadas en la ceniza. Por eso el
juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaún,
¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Quien a vosotros os escucha a
mí me escucha; quien a vosotros os rechaza a mí me rechaza; y quien me rechaza
a mí rechaza al que me ha enviado.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«
¡Ay de ti, Corozaín; ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran
hecho los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido)
*Este lamento del Señor, es un lamento de tristeza.
Este lamento hoy también es para mí, porque son tantas las obras que el Señor
está realizando en mí constantemente y no las veo, ni me alegro, esto meda un
poco de tristeza, porque estoy enfocando mi vida y en cosas que no me dan la
vida. El Señor, esta tratando de despertar en mí un deseo hacia las cosas, que
producen vida, que producen justicia, que producen paz. La buena noticia para mí,
es que el Señor me hace ver, que voy por el lugar equivocado y él, está
empeñado en que entre, por el camino correcto*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
miércoles, 28 de septiembre de 2022
JUAN 1,47-51 CICLO C
*Lecturas de los Santos
Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael*
Jueves, 29
de septiembre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(1,47-51)*
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a
un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la
higuera, te vi.»
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees?
Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto
y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Veréis
el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar)
*San Miguel: Este nombre
significa: "¿Quién como Dios?" o también: "Nadie es como
Dios". La Iglesia Católica ha tenido siempre una gran devoción al Arcángel
San Miguel, especialmente para pedirle, que nos libre de los ataques del
demonio y de los espíritus infernales; él, es el jefe del ejército celestial. San Gabriel: Su nombre significa: "Dios es
mi protector". Al Arcángel San Gabriel se le confió la misión más alta que
jamás se le haya confiado a criatura alguna: anunciar la encarnación del Hijo
de Dios. Por eso se le venera desde la antigüedad. San Gabriel es el patrono de
los comunicadores, porque trajo al mundo la más bella noticia: que el Hijo de
Dios se hacía hombre. San Rafael: Su nombre significa:
"Medicina de Dios". Fue el Arcángel enviado por Dios para quitarle la
ceguera a Tobías y acompañar al hijo de éste en un larguísimo y peligroso viaje
y conseguirle una santa esposa. San Rafael es muy invocado para alejar
enfermedades y lograr terminar felizmente los viajes*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL JUEVES 29
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO ORDINARIO
JUEVES DE LA SEMANA XXVI
Del Propio de la fiesta.
29 de septiembre
*SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL GABRIEL Y RAFAEL (FIESTA)*.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Venid, adoremos al Señor, delante
de los ángeles.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid, adoremos al Señor, delante
de los ángeles.
Himno: EN LA HORA EN QUE CRISTO RESUCITA.
En la hora en que Cristo resucita,
clama Miguel, el poderoso príncipe:
«¿Quién como tú, mi Dios, Jesús humilde?
Al pecado de los hombres descendiste
y hoy el Padre te signa y te bendice.»
En la hora en que Cristo resucita,
Dice Gabriel, el que anunció a María:
«¡Exulta, Iglesia, virgen afligida,
el santo vencedor es tu Mesías!
Nadie podrá dar muerte a tu alegría.»
En la hora en que Cristo resucita,
Proclama Rafael, el peregrino:
«¡Glorificad conmigo a aquel que dijo:
Yo soy la luz del mundo y el camino!
¡Bendecidle, que el viaje está cumplido!»
En la hora en que Cristo resucita,
se ha tendido la escala misteriosa
y el coro de los ángeles le adora:
«¡Somos, Señor, los siervos de tu gloria,
cielo y tierra cantemos tu victoria!» Amén.
SALMODIA
Ant 1. Alabemos al Señor, a quien alaban también los ángeles, a quien los
querubines y serafines aclaman, diciendo: «Santo, santo, santo.»
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabemos al Señor, a quien alaban
también los ángeles, a quien los querubines y serafines aclaman, diciendo:
«Santo, santo, santo.»
Ant 2. Ángeles del Señor, bendecid al
Señor eternamente.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Ángeles del Señor, bendecid al
Señor eternamente.
Ant 3. En el cielo, Señor, todos los
ángeles te proclaman santo, y dicen a una voz: «Oh Dios, tú mereces alabanza.»
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. En el cielo, Señor, todos los
ángeles te proclaman santo, y dicen a una voz: «Oh Dios, tú mereces alabanza.»
LECTURA BREVE Gn 28, 12-13a
Vio Jacob en sueños una escalinata apoyada en la tierra y cuya cima tocaba el
cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella. Y vio al Señor que estaba de
pie sobre ella y le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abraham y el
Dios de Isaac.»
RESPONSORIO BREVE
V. El ángel se puso en pie junto al altar.
R. El ángel se puso en pie junto al altar.
V. Con un incensario de oro en sus manos.
R. Junto al altar.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El ángel se puso en pie junto al altar.
V. Bendecid
al Señor, ángeles suyos.
R. Poderosos ejecutores de sus órdenes.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Apocalipsis 12, 1-17
COMBATE DE MIGUEL CON EL DRAGÓN
Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna
bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y
grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz. Apareció otra
señal en el cielo: una gran Serpiente roja, con siete cabezas y diez cuernos, y
sobre sus cabezas siete diademas. Su cola arrastra la tercera parte de las
estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. La Serpiente se detuvo
delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo
diera a luz.
La Mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con
cetro de hierro, y su Hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono. la Mujer
huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí
alimentada mil doscientos sesenta días.
Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron
con la Serpiente. También la Serpiente y sus ángeles combatieron, pero no
prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos. Fue arrojada la gran
Serpiente, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del
mundo entero; fue arrojada a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con ella.
Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo:
«Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la
potestad de su Cristo; porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos,
el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche. Ellos lo vencieron en virtud
de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y no
amaron tanto su vida que temieran la muerte. Por esto, estad alegres, cielos, y
los que moráis en sus tiendas. ¡Ay de la tierra y del mar!, porque el Diablo ha
bajado donde vosotros con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo.»
Cuando la Serpiente vio que había sido arrojada a la tierra, persiguió a la
Mujer que había dado a luz al Hijo varón. Pero se le dieron a la Mujer las dos
alas del águila grande para volar al desierto, a su lugar, lejos de la
Serpiente, donde tiene que ser alimentada un tiempo, algunos tiempos y medio
tiempo.
Entonces la Serpiente vomitó de su boca detrás de la Mujer como un río de agua,
para arrastrarla con su corriente. Pero la tierra vino en auxilio de la Mujer;
abrió la tierra su boca y tragó al río vomitado de la boca de la Serpiente.
Entonces, despechada la Serpiente contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al
resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el
testimonio de Jesús.
RESPONSORIO Ap 8, 1; cf. 12, 7. 10
R. Se hizo un silencio en el cielo, mientras
combatía el arcángel Miguel con la Serpiente, y se oyó una voz que decía: * «¡Victoria,
honor y poder al Dios omnipotente!»
V. Ahora se estableció la salud y el poderío, y el
reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo.
R. ¡Victoria, honor y poder al Dios omnipotente!
SEGUNDA LECTURA
De las Homilías de san Gregorio Magno, papa, sobre los Evangelios
(Homilía 34, 8-9: PL 76, 1250-1251)
El NOMBRE DE «ÁNGEL» DESIGNA LA FUNCIÓN, NO EL SER
Hay que saber que el nombre de «ángel» designa la función, no el ser, del que
lo lleva. En efecto, aquellos santos espíritus de la patria celestial son
siempre espíritus, pero no siempre pueden ser llamados ángeles, ya que solamente
lo son cuando ejercen su oficio de mensajeros. Los que transmiten mensajes de
menor importancia se llaman ángeles, los que anuncian cosas de gran
trascendencia se llaman arcángeles.
Por esto a la Virgen María no le fue enviado un ángel cualquiera, sino el
arcángel Gabriel, ya que un mensaje de tal trascendencia requería que fuese
transmitido por un ángel de la máxima categoría.
Por la misma razón se les atribuyen también nombres personales, que designan
cuál es su actuación propia. Porque en aquella ciudad santa, allí donde la
visión del Dios omnipotente da un conocimiento perfecto de todo, no son
necesarios estos nombres propios para conocer a las personas, pero sí lo son
para nosotros, ya que a través de estos nombres conocemos cuál es la misión específica
para la cual nos son enviados. Y, así, «Miguel» significa: «¿Quién como Dios?»,
«Gabriel» significa: «Fortaleza de Dios» y «Rafael» significa: «Medicina de
Dios».
Por esto, cuando se trata de alguna misión que requiera un poder especial, es
enviado Miguel, dando a entender por su actuación y por su nombre que nadie
puede hacer lo que sólo Dios puede hacer. De ahí que aquel antiguo enemigo, que
por su soberbia pretendió igualarse a Dios, diciendo: Escalaré los cielos, por
encima de los astros divinos levantaré mi trono, me igualaré al Altísimo, nos
es mostrado luchando contra el arcángel Miguel, cuando al fin del mundo será
desposeído de su poder y destinado al extremo suplicio, como nos lo presenta
Juan: Se entabló una batalla con el arcángel Miguel.
A María le fue enviado Gabriel, cuyo nombre significa: «Fortaleza de Dios»,
porque venía a anunciar a aquel que, a pesar de su apariencia humilde, había de
reducir a los Principados y Potestades. Era, pues, natural que aquel que es la
fortaleza de Dios anunciara la venida del que es el Señor de los ejércitos y
héroe en las batallas.
«Rafael» significa, como dijimos: «Medicina de Dios»; este nombre le viene del
hecho de haber curado a Tobías, cuando, tocándole los ojos con sus manos, lo
libró de las tinieblas de su ceguera. Si, pues, había sido enviado a curar, con
razón es llamado «Medicina de Dios».
RESPONSORIO Ap 8, 3. 4; Dn 7, 10
R. El ángel se puso en pie junto al altar, con un
incensario de oro. Y se le dio gran cantidad de incienso; * Y
el humo del incienso subió a la presencia de Dios, de mano del ángel.
V. Miles de millares le servían, miríadas de
miríadas estaban en pie delante de él.
R. y el humo del incienso subió a la presencia de
Dios, de mano del ángel.
*Lecturas de los Santos Arcángeles
Miguel, Gabriel y Rafael*
Jueves, 29
de septiembre de 2022
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(1,47-51)*
En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a
un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la
higuera, te vi.»
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees?
Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto
y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Os lo digo con toda verdad: «Habéis de ver el cielo abierto y a
los ángeles de Dios, subiendo y bajando en servicio del Hijo del hombre.»
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Os lo digo con toda verdad: «Habéis
de ver el cielo abierto y a los ángeles de Dios, subiendo y bajando en servicio
del Hijo del hombre.»
PRECES
Adoremos, hermanos, al Señor, a quien proclaman los ángeles a una
voz, y digámosle con gozo:
Bendecid al Señor, todos sus ángeles.
Tú, Señor, que has dado órdenes a tus ángeles para que nos guarden en nuestros
caminos,
condúcenos hoy por tus sendas y no permitas que caigamos en el pecado.
Haz que te busquemos a ti en todo lo que hagamos
y seamos así semejantes a los ángeles que están viendo siempre tu rostro.
Concédenos, Señor, la pureza del alma y la castidad del cuerpo,
para que seamos como tus ángeles en el cielo.
Manda, Señor, en ayuda de tu pueblo al gran arcángel Miguel,
para que nos sintamos protegidos en nuestras luchas contra Satanás y sus
ángeles.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios todopoderoso, que, con una providencia admirable,
llamas a los ángeles y a los hombres para que cooperen a tu plan de salvación,
haz que, durante nuestro peregrinar en la tierra, nos sintamos siempre
protegidos por los ángeles, que en el cielo están en tu presencia para servirte
y gozan ya contemplando tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: ENVÍA CRISTO A TU VALIENTE JEFE.
Envía Cristo a tu valiente jefe,
al ángel de la paz, a san Miguel,
y crecerá tu pueblo, con su ayuda,
próspero y fiel.
Visite siempre nuestro sacro templo
el ángel fuerte, el singular Gabriel,
y arroje fuera al enemigo antiguo,
falso luzbel.
Envía al ángel que a tu pueblo sana;
manda, oh Cristo, del cielo a Rafael,
que acompañe a tu pueblo peregrino,
nuevo Israel.
Nos asistan tus ángeles gloriosos,
Cristo, gloria del coro angelical,
y con ellos cantemos al Dios trino
himno triunfal. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Ensalzaste tu majestad sobre los cielos, oh Rey de los ángeles.
Salmo 8 MAJESTAD DEL SEÑOR Y DIGNIDAD DEL HOMBRE.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos;
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él;
el ser humano, para darle poder?
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:
rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por las aguas.
Señor, dueño nuestro,
¡que admirable es tu nombre
en toda la tierra!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Ensalzaste tu majestad sobre los
cielos, oh Rey de los ángeles.
Ant 2. Delante de los ángeles tañeré para
ti, Dios mío.
Salmo 137 - HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DE UN REY
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre;
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.
El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
Cuando camino entre peligros,
me conservas la vida;
extiendes tu izquierda contra la ira de mi enemigo,
y tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Delante de los ángeles tañeré para
ti, Dios mío.
Ant 3. Vi en medio, donde estaba el trono,
un Cordero en pie y como degollado; y oí un coro de muchos ángeles alrededor
del trono.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Vi en medio, donde estaba el trono,
un Cordero en pie y como degollado; y oí un coro de muchos ángeles alrededor
del trono.
LECTURA BREVE Ap 1, 4b-5
Gracia y paz a vosotros de parte de aquel que es, que era y que será; de parte
de los siete espíritus que están ante su trono; y de parte de Jesucristo, el
testigo veraz, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de
la tierra, aquel que nos ama y que nos ha lavado de nuestros pecados con su
sangre.
RESPONSORIO BREVE
V. El humo del incienso subió a la presencia de Dios.
R. El humo del incienso subió a la presencia de
Dios.
V. De mano del ángel.
R. A la presencia de Dios.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. El humo del incienso subió a la presencia de
Dios.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. El ángel Gabriel dijo a María: «Concebirás y darás a luz un hijo,
a quien llamarás Jesús.»
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El ángel Gabriel dijo a María:
«Concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás Jesús.»
PRECES
Oremos al Señor, pidiéndole que nos haga siempre prontos a la voz
de su palabra, como los ángeles, y supliquémosle, diciendo:
Escúchanos, Señor.
Para que, por mano de los ángeles, suban nuestras oraciones hasta ti como aroma
de perfume.
Para que, por mano de los ángeles, sean llevadas nuestras ofrendas a tu
presencia hasta el altar del cielo.
Para que, con el ejército celestial de los ángeles, demos gloria a Dios en el
cielo y anunciemos en la tierra la paz a los hombres.
Para que, al fin de nuestra vida, nos reciban los ángeles y nos lleven a la
patria del paraíso.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Para que el arcángel san Miguel conduzca a todos los difuntos al lugar de la
luz y de la paz.
Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios todopoderoso, que, con una providencia admirable,
llamas a los ángeles y a los hombres para que cooperen a tu plan de salvación,
haz que, durante nuestro peregrinar en la tierra, nos sintamos siempre
protegidos por los ángeles, que en el cielo están en tu presencia para servirte
y gozan ya contemplando tu rostro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que
vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos
de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.