Musica Para el Alma

domingo, 9 de diciembre de 2018

LUCAS 5,17-26. LO QUE ME DICE EL EVANGELIO


Lunes, 10 de diciembre de 2018
Lo que me dice: El Evangelio de: (Lucas 5,17-26). («Él, viendo la fe de ellos, dijo: «Hombre, tus pecados están perdonados)  *El Señor me hace una invitación personal a que vuelva mis ojos, sobre mi propio corazón, porque mis dificultades no está afuera de mí, está dentro, como mi forma de mirar, mi forma de pensar, mis malos deseos, mi deseo de hacer con mi vida lo que a mí me dé el deseo y que nadie se meta con migo, eso nacen en lo más profundo de mi corazón, porque es ahí donde tengo libre albedrío, donde soy mi propio jefe, es dentro de mi donde tengo un lugar con una sonrisa para una persona y al mismo tiempo le estoy murmurando y es el mismo lugar, donde puedo estar hablando con una mujer y al mismo tiempo la estoy desnudando en mi mente, no me da vergüenza decirlo, porque ese soy yo. Por eso el Señor me invita a mirar dentro de mi corazón, porque es ahí donde yo doy el permiso para las cosas impuras. Pero ¿Cuál es mi espereza? Que es ahí, en mi corazón donde el Señor me quiere ilumina con su palabra, porque es ahí donde tiene que iniciar mi conversión, es en ese lugar donde tengo que invitar al Señor, a que me ayude, y es ahí, donde el Señor tiene que depositar toda su gracia y su misericordia para hacer de mí, un hombre*.  

*El que DESEA y QUIERE amar, con el corazón según EL SEÑOR: llegará a ser, SANTO*

EVANGELIO


Lunes, 10 de diciembre de 2018
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,17-26):

UN día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones.
En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo:
«Hombre, tus pecados están perdonados».
Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos:
« ¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?».
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo:
« ¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados —dijo al paralítico—: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”».
Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios
El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían:
«Hoy hemos visto maravillas».

Palabra del Señor

LAUDES. LUNES 10 ORACIÓN PARA INICIAR EL DIA


TIEMPO DE ADVIENTO
LUNES DE LA SEMANA II
Del propio del Tiempo. Salterio II

10 de diciembre

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)


V. 
Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Al Rey que viene, al Señor que se acerca, venid, adorémosle. 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Al Rey que viene, al Señor que se acerca, venid, adorémosle.

Himno: UNA CLARA VOZ RESUENA.

Una clara voz resuena
que las tinieblas repudia,
el sueño pesado ahuyéntase,
Cristo en el cielo fulgura.

Despierte el alma adormida
y sus torpezas sacuda,
que para borrar los males
un astro nuevo relumbra.

De arriba llega el Cordero
que ha de lavar nuestras culpas;
con lágrimas imploremos
el perdón que nos depura,

porque en su nueva venida
que aterroriza y conturba,
no tenga que castigarnos,
mas con piedad nos acuda.

Al Padre eterno la gloria,
loor al Hijo en la altura,
y al Espíritu Paráclito
por siempre alabanza suma. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Salmo 41 - DESEO DEL SEÑOR Y ANSIAS DE CONTEMPLAR EL TEMPLO

Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;

tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?

Las lágrimas son mi pan
noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»

Recuerdo otros tiempos,
y mi alma desfallece de tristeza:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»

Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.

Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.

De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.

Diré a Dios: Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?

Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»

¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?

Ant 2. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.

Cántico: SÚPLICA EN FAVOR DE LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN Sir. 36, 1-7. 13-16

Sálvanos, Dios del universo,
infunde tu terror a todas las naciones;
amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
para que sienta tu poder.

Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.

Renueva los prodigios, repite los portentos,
exalta tu mano, robustece tu brazo.

Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.

Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.

Llena a Sión de tu majestad
y al templo de tu gloria.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu compasión.

Ant 3. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

SALMO 18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo murmura.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.

Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.

Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

LECTURA BREVE   Is 2, 3

Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos, y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor.

RESPONSORIO BREVE

V. 
Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.
R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.

V. Su gloria aparecerá sobre ti.
R. Amanecerá el Señor.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Sobre ti, Jerusalén, amanecerá el Señor.

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Isaías 34, 1-17

JUICIO DEL SEÑOR SOBRE EDOM

Acercaos, pueblos, a escuchar; naciones, atended; escuche la tierra y los que la llenan, el orbe y cuanto produce: porque el Señor está airado con todas las naciones, enojado con todos sus ejércitos, los consagra al exterminio, los entrega a la matanza. Arrojan a los caídos, y de los cadáveres sube el hedor; los montes chorrean sangre y los collados se empapan; el cielo se enrolla como un pliego y se marchitan sus ejércitos, como se marchitan los pámpanos, como palidece la hoja de la higuera.

Porque la espada del Señor se embriaga en el cielo: miradla bajar hacia Edom, para ejecutar a un pueblo proscrito. La espada del Señor chorrea sangre, ya está grasienta de sebo, sangre de corderos y cabritos, sebo de entrañas de carneros. Porque el Señor hace carnicería en Bosra, gran matanza en Edom. Y caen juntos los búfalos con bueyes y toros. Se empapa la tierra de su sangre, el polvo está grasiento de sebo; porque es el día de la venganza del Señor, año de desquite para la causa de Sión.

Sus torrentes se transforman en pez, y el polvo en azufre; su país se vuelve pez ardiente, que no se apaga de día ni de noche, y su humo sube perpetuamente; de edad en edad quedará desolada, por siglos de siglos nadie la transitará.

Se adueñan de ella la corneja y el mochuelo, la lechuza y el cuervo la habitan. El Señor pone sobre ella la plomada del caos y el nivel del vacío. No queda nombre con que llamar su reino, y sus jefes vuelven a la nada. En sus palacios crecen espinos; en sus torreones, cardos y ortigas. Se convierte en cubil de chacales, en guarida de crías de avestruz; se reúnen hienas y gatos salvajes, el chivo llama a su compañero, allí descansa el búho y encuentra su guarida; la serpiente anida y pone, incuba y empolla sus huevos; allí se juntan los buitres, y no falta el macho a la hembra.

Estudiad el libro del Señor: ni uno solo de ellos falta, porque lo ha mandado la boca del Señor, y su aliento los ha reunido. Echa suerte para ellos, y su mano les reparte a cordel el país. Lo poseerán para siempre, de edad en edad lo habitarán.

RESPONSORIO    1Pe 4, 17-18; Jb 4, 18

R. Ha llegado el tiempo en que comienza el juicio por la casa de Dios; y, si empieza así por nosotros, ¿qué fin tendrán los que rechazan el mensaje de Dios? * Y, si el justo a duras penas se salva, ¿qué será del impío y del pecador?
V. Dios no encuentra fieles ni a sus criados.
R. Y, si el justo a duras penas se salva, ¿qué será del impío y del pecador?

SEGUNDA LECTURA

Del Tratado de san Juan de la Cruz, presbítero, Subida del monte Carmelo
(Libro 2, cap. 22, núms. 3-4)

DIOS NOS HABLÓ POR MEDIO DE SU HIJO

La principal causa por que en la ley de Escritura eran lícitas las preguntas que se hacían a Dios y convenía que los profetas y sacerdotes quisiesen revelaciones y visiones de Dios era porque aún entonces no estaba bien fundamentada la fe ni establecida la ley evangélica, y así era menester que preguntasen a Dios y que él hablase, ahora por palabras, ahora por visiones y revelaciones, ahora en figuras y semejanzas, ahora entre otras muchas maneras de significaciones. Porque todo lo que respondía, y hablaba, y revelaba eran misterios de nuestra fe y cosas tocantes a ella o enderezadas a ella.

Pero ya que está fundada la fe en Cristo y manifiesta la ley evangélica en esta era de gracia, no hay para qué preguntarle de aquella manera, ni para qué él hable ya ni responda como entonces, porque en darnos, como nos dio, a su Hijo, que es una Palabra suya -que no tiene otra-, todo nos lo habló junto y de una vez en esta sola Palabra, y no tiene más que hablar.

Y éste es el sentido de aquella autoridad con que comienza san Pablo a querer inducir a los hebreos a que se aparten de aquellos modos primeros y tratos con Dios de la ley de Moisés y pongan los ojos en Cristo solamente, diciendo: Lo que antiguamente habló Dios en los profetas a nuestros padres de muchos modos y de muchas maneras, ahora, a la postre, en estos días nos lo ha hablado en el Hijo todo de una vez. En lo cual da a entender el Apóstol que Dios ha quedado como mudo y no tiene más que hablar, porque lo que hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado en él todo, dándonos al Todo, que es su Hijo.

Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios o querer alguna visión o revelación, no sólo haría una necedad, sino haría agravio a Dios no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra alguna cosa o novedad.

Porque le podría responder Dios de esta manera: «Si te tengo ya habladas todas las cosas en mi Palabra, que es mi Hijo, y no tengo otra, ¿qué te puedo yo ahora responder o revelar que sea más que eso? Pon los ojos sólo en él, porque en él te lo tengo todo dicho y revelado, y hallarás en él aún más de lo que pides y deseas.

Porque desde aquel día que bajé con mi Espíritu sobre él en el monte Tabor, diciendo: Éste es mi amado Hijo en que me he complacido; a él oíd, ya alcé yo la mano de todas esas maneras de enseñanzas y respuestas y se la di a él. Que si antes hablaba, era prometiendo a Cristo; y si me preguntaban, eran las preguntas encaminadas a la petición y esperanza de Cristo, en que habían de hallar todo bien como ahora lo da a entender toda la doctrina de los evangelistas y apóstoles.»

RESPONSORIO    Mi 4, 2; Jn 4, 25

R. Irán pueblos numerosos diciendo: «Vamos a subir al monte del Señor. * Él nos enseñará sus caminos y caminaremos por sus sendas.»
V. Viene el Mesías, el Cristo; cuando venga, nos hará saber todas las cosas.
R. Él nos enseñará sus caminos y caminaremos por sus sendas.

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,17-26):

UN día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones.
En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo:
«Hombre, tus pecados están perdonados».
Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos:
«¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?».
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo:
«¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados —dijo al paralítico—: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”».
Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios
El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían:
«Hoy hemos visto maravillas».

Palabra del Señor


CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Dice el Señor: «Arrepentíos, porque está cerca el reino de los cielos.» Aleluya.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Dice el Señor: «Arrepentíos, porque está cerca el reino de los cielos.» Aleluya.

PRECES

Hermanos, oremos a Cristo, el redentor, que viene a librar del poder de la muerte a los que se convierten a él, y digámosle:

Ven, Señor Jesús.

Que al anunciar tu venida, Señor,
nuestro corazón se sienta libre de toda vanidad.

Ven, Señor Jesús

Que la Iglesia que tú fundaste, Señor,
glorifique tu nombre por todo el mundo.

Ven, Señor Jesús

Que tu ley, Señor, sea luz para nuestros ojos
y sirva de protección a los pueblos que confiesan tu nombre.

Ven, Señor Jesús

Tú que por la Iglesia nos anuncias el gozo de tu venida,
concédenos también el deseo de recibirte.

Ven, Señor Jesús

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Con el gozo que nos da el saber que Cristo viene para hacernos hijos de Dios, digamos al Padre:

Padre nuestro...

ORACION

Lleguen a ti, Señor, nuestras plegarias y colma nuestros deseos de llegar a conocer más plenamente el gran misterio de la encarnación de tu Hijo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén. 

LAS LECTURAS DEL LUNES 10 DE DICIEMBRE


Lecturas del día.
La Romana R. D.
Lunes, 10 de diciembre de 2018

Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (35,1-10):

EL desierto y el yermo se regocijarán,
se alegrará la estepa y florecerá,
germinará y florecerá como flor de narciso,
festejará con gozo y cantos de júbilo.
Le ha sido dada la gloria del Líbano,
el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Contemplarán la gloria del Señor,
la majestad de nuestro Dios.
Fortaleced las manos débiles,
afianzad las rodillas vacilantes;
decid a los inquietos:
«Sed fuertes, no temáis.
¡He aquí vuestro Dios! Llega el desquite,
la retribución de Dios.
Viene en persona y os salvará.»
Entonces se despegarán los ojos de los ciegos,
los oídos de los sordos se abrirán;
entonces saltará el cojo como un ciervo,
y cantará la lengua del mudo,
porque han brotado aguas en el desierto
y corrientes en la estepa.
El páramo se convertirá en estanque,
el suelo sediento en manantial.
En el lugar donde se echan los chacales
habrá hierbas, cañas y juncos.
Habrá un camino recto.
Lo llamarán «Vía sacra».
Los impuros no pasarán por él.
Él mismo abre el camino
para que no se extravíen los inexpertos.
No hay por allí leones,
ni se acercarán las bestias feroces.
Los liberados caminan por ella
y por ella retornan los rescatados del Señor.
Llegarán a Sión con cantos de júbilo:
alegría sin límite en sus rostros.
Los dominan el gozo y la alegría.
Quedan atrás la pena y la aflicción.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 84,9ab-10.11-12.13-14

R/.
 He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará.

V/. Voy a escuchar lo que dice el Señor:
«Dios anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos».
La salvación está cerca de los que lo temen,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R/.

R/. He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará

V/. La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
la fidelidad brota de la tierra,
y la justicia mira desde el cielo. R/.

R/. He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará

V/. El Señor nos dará la lluvia,
y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él,
Y sus pasos señalarán el camino. R/.

R/. He aquí nuestro Dios; viene en persona y nos salvará

Lunes, 10 de diciembre de 2018
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,17-26):

UN día, estaba Jesús enseñando, y estaban sentados unos fariseos y maestros de la ley, venidos de todas las aldeas de Galilea, Judea y Jerusalén. Y el poder del Señor estaba con él para realizar curaciones.
En esto, llegaron unos hombres que traían en una camilla a un hombre paralítico y trataban de introducirlo y colocarlo delante de él. No encontrando por donde introducirlo a causa del gentío, subieron a la azotea, lo descolgaron con la camilla a través de las tejas, y lo pusieron en medio, delante de Jesús. Él, viendo la fe de ellos, dijo:
«Hombre, tus pecados están perdonados».
Entonces se pusieron a pensar los escribas y los fariseos:
« ¿Quién es éste que dice blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados sino sólo Dios?».
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo:
« ¿Qué estáis pensando en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y echa a andar”? Pues, para que veáis que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados —dijo al paralítico—: “A ti te lo digo, ponte en pie, toma tu camilla y vete a tu casa”».
Y, al punto, levantándose a la vista de ellos, tomó la camilla donde había estado tendido y se marchó a su casa dando gloria a Dios
El asombro se apoderó de todos y daban gloria a Dios. Y, llenos de temor, decían:
«Hoy hemos visto maravillas».

Palabra del Señor

sábado, 8 de diciembre de 2018

CELEBRACIÓN DOMINICAL


*Mi casa y yo serviremos al Señor*
*Oración dominical*

*Como hacer “La Oración Dominical” en familia*
1. *Reunida la familia se inicia con una oración*
2. *A continuación se lee el Evangelio del Domingo*
3. *Invitar a que comente algo sobre la lectura del Evangelio*
4. *El padre o la Madre les explica un poco la lectura del evangelio según sus posibilidades*
5. *Luego los que desean pueden hacer una oración*
6. *Sedan un saludo de paz como signo de unión familiar*
7. *Se termina con el Padre nuestro y el avemaría*

Nota: *Tiempo media hora máximo*

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (3,1-6):

EN el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tretarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio ttetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:
«Voz del que grita en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos;
los valles serán rellenados,
los montes y colinas serán rebajador;
lo torcido será enderezado,
lo escabroso será camino llano.
Y toda carne verá la salvación de Dios».

Palabra del Señor

LAUDES DOMINGO 9 ORACIÓN PARA INICIAR EL DIA


TIEMPO DE ADVIENTO
DOMINGO DE LA SEMANA II
Del propio del Tiempo. Salterio II

9 de diciembre

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)


V. 
Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Al Rey que viene, al Señor que se acerca, venid, adorémosle. 

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Al Rey que viene, al Señor que se acerca, venid, adorémosle.

Himno: VEN, SEÑOR, NO TARDES

Ven, Señor, no tardes,
Ven, que te esperamos;
Ven, Señor, no tardes,
ven pronto, Señor.

El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor,
los hombres no son hermanos
porque han matado al Amor.

Envuelto en noche sombría,
gime el mundo de pavor;
va en busca de una esperanza,
buscando tu fe, Señor.

Al mundo le falta vida
y le falta corazón;
le falta cielo en la tierra,
si no lo riega tu amor.

Rompa el cielo su silencio,
baje el rocío a la flor,
ven, Señor, no tardes tanto,
ven, Señor. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
Tenemos en Sión una ciudad fuerte: el Salvador ha puesto en ella murallas y baluartes; abrid las puertas que con nosotros está Dios. Aleluya.

Salmo 117 - HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA VICTORIA.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.

Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.

Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.

En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.

El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.

Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que confiar en los magnates.

Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.

Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.

Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.»

No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.

Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.

Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.

Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.

La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.

Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.

Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios: él nos ilumina.

Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.

Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.

Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Tenemos en Sión una ciudad fuerte: el Salvador ha puesto en ella murallas y baluartes; abrid las puertas que con nosotros está Dios. Aleluya.

Ant 2. Sedientos todos, acudid por agua; buscad al Señor mientras se le encuentra. Aleluya.

Cántico: QUE LA CREACIÓN ENTERA ALABE AL SEÑOR Dn 3, 52-57

Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:
a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito tu nombre, Santo y glorioso:
a él gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres en el templo de tu santa gloria:
a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres sobre el trono de tu reino:
a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos:
a ti gloria y alabanza por los siglos.

Bendito eres en la bóveda del cielo:
a ti honor y alabanza por los siglos.

Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Sedientos todos, acudid por agua; buscad al Señor mientras se le encuentra. Aleluya.

Ant 3. Mirad: el Señor vendrá con poder para iluminar los ojos de sus siervos. Aleluya.

Salmo 150 - ALABAD AL SEÑOR.

Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su augusto firmamento.

Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.

Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,

Alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas,

alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.

Todo ser que alienta, alabe al Señor.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mirad: el Señor vendrá con poder para iluminar los ojos de sus siervos. Aleluya.

LECTURA BREVE   Rm 13, 11b-12

Ya es hora que despertéis del sueño, pues la salud está ahora más cerca que cuando abrazamos la fe. La noche va pasando, el día está encima; desnudémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistámonos de las armas de la luz.

RESPONSORIO BREVE

V. 
Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

V. Tú que has de venir al mundo.
R. Ten piedad de nosotros.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.

PRIMERA LECTURA

Del libro del profeta Isaías 14, 1-21

MUERTE DEL TIRANO Y DELIBERACIÓN DEL PUEBLO

El Señor se apiadará de Jacob, volverá a escoger a Israel y a establecerlos en su patria. Los extranjeros se asociarán a ellos, se incorporarán a la casa de Jacob. Las poblaciones los irán recogiendo y los llevarán a su lugar; la casa de Israel los poseerá como siervos y siervas en la tierra del Señor. Cautivarán a sus cautivadores, dominarán a sus opresores. Y, el día en que el Señor te dé reposo de tus penas y temores, y de la dura esclavitud en que serviste, entonarás este cantar contra el rey de Babilonia:

«¡Cómo ha acabado el tirano, ha acabado su arrogancia! ¡Ha quebrado el Señor el cetro de los malvados, la vara de los dominadores, al que golpeaba furioso a los pueblos con golpes incesantes, y oprimía iracundo a las naciones con opresión implacable! La tierra entera descansa tranquila, gritando de júbilo. Hasta los cipreses se alegran de tu suerte, y los cedros del Líbano:

"Desde que yaces, no sube el talador contra nosotros."

El abismo en lo profundo se estremece al salir a tu encuentro: en tu honor despierta a las sombras, a los potentados de la tierra; levanta de su trono a los reyes de las naciones, y cantan a coro, diciendo:

"¡También tú, consumido como nosotros, igual a nosotros, abatido al abismo tu fasto y el son de tus arpas! Por debajo tu lecho son gusanos, tu cobertor, lombrices."

¿Cómo has caído del cielo, lucero, hijo de la aurora, y estás derrumbado por tierra, agresor de naciones? Tú que decías en tu corazón:

"Escalaré los cielos, por encima de los astros divinos levantaré mi trono. Me sentaré en el Monte de la asamblea, en el vértice del cielo; escalaré la cima de las nubes, me igualaré al Altísimo."

¡Ay, abatido al abismo, al vértice de la sima! Los que te ven se te quedan mirando, meditan tu suerte:

"¿Es éste el que hacía temblar la tierra y estremecerse los reinos, que dejaba el orbe desierto, arrasaba sus ciudades y no soltaba a sus prisioneros?"

Los reyes de los pueblos descienden a sepulcros de piedra, todos reposan con gloria, cada cual en su morada. A ti, en cambio, te han arrojado de la tumba, como carroña asquerosa, te han cubierto de muertos traspasados a espada, como a cadáver pisoteado. No te juntarás a ellos en el sepulcro, porque arruinaste tu país, asesinaste a tu pueblo. No se nombrará jamás la estirpe del malvado. Preparad la matanza de sus hijos por la culpa de su padre: No sea que se levanten y se adueñen de la tierra y cubran el orbe de ruinas.»

RESPONSORIO    Cf. Is 13, 22; cf. 14, 1; cf. Hb 10, 37

R. Ya está a punto de llegar su hora, sus días no tardarán. El Señor se apiadará de Jacob * y volverá a escoger a Israel.
V. El que ha de venir vendrá y no tardará, y ya no habrá temor en nuestra tierra, porque él es nuestro salvador.
R. Y volverá a escoger a Israel.

SEGUNDA LECTURA

De los Comentarios de Eusebio de Cesarea, obispo, sobre el profeta Isaías
(Cap. 40: PG 24, 366-367)

UNA VOZ CLAMA EN EL DESIERTO

Una voz clama en el desierto: «Preparad el camino del Señor, enderezad las sendas para nuestro Dios.» El profeta afirma claramente que no es en Jerusalén, sino en el desierto, donde se cumplirá esta profecía, es decir, la manifestación de la gloria del Señor y el anuncio de la salvación de Dios a todos los hombres.

Estas cosas se cumplieron en la historia y a la letra cuando Juan Bautista predicó la venida salvadora de Dios en el desierto del Jordán, donde se reveló la salvación de Dios. Porque Cristo se manifestó y su gloria se hizo patente a todos cuando, en su bautismo, se abrieron los cielos y el Espíritu Santo, descendiendo en forma de paloma, permaneció sobre él y se oyó la voz del Padre que daba testimonio de su Hijo: Éste es mi Hijo muy amado, escuchadlo.

Estas cosas se dijeron porque Dios iba a venir a un desierto que había estado siempre cerrado e inaccesible: todas las naciones estaban privadas del conocimiento de Dios, y los justos y los profetas evitaban el trato con ellas. Por eso aquella voz manda preparar un camino a la Palabra de Dios y enderezar las sendas, para que cuando llegue nuestro Dios pueda avanzar sin obstáculos. Preparad el camino del Señor: este camino es la proclamación de la Buena Noticia que trae a todos un nuevo consuelo, que desea ardientemente hacer llegar a todos los hombres el conocimiento de la salvación de Dios.

Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén. Estas palabras que acabamos de citar están cuidadosamente ordenadas y hacen una oportuna mención de los evangelistas: después de haber hablado de la voz que clama en el desierto, anuncian la llegada de Dios a los hombres. A la profecía sobre Juan Bautista sigue muy lógicamente la mención de los evangelistas.

¿Cuál es esta Sión sino la que antes fue llamada Jerusalén? Pues también aquélla era un monte, como dice la Escritura: El monte Sión donde pusiste tu morada, y el Apóstol: Os habéis acercado al monte de Sión. ¿No aludirá acaso al coro de los apóstoles, elegidos de entre aquel primer pueblo de la circuncisión?

Es esta Sión y Jerusalén la que ha recibido la salvación de Dios y que ha sido edificada sobre el monte de Dios, es decir, sobre el Verbo unigénito. Y es a ésta a quien Dios manda subir al monte alto y anunciar la palabra de la salvación. ¿Quién es el que lleva la Buena Noticia sino el coro de los que proclaman el Evangelio? ¿Qué significa llevar la Buena Noticia? Predicar a todos los hombres, y en primer lugar a las ciudades de Judá, la venida de Cristo a la tierra.

RESPONSORIO    Cf. Mt 11, 11. 9

R. Ha venido el Precursor del Señor, acerca del cual el mismo Señor da este testimonio: * «Entre los nacidos de mujer no ha surgido nadie mayor que Juan Bautista.»
V. Es éste un profeta, y más que un profeta, es aquel de quien dice el Salvador:
R. Entre los nacidos de mujer no ha surgido nadie mayor que Juan Bautista.

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (3,1-6):

EN el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tretarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio ttetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:
«Voz del que grita en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos;
los valles serán rellenados,
los montes y colinas serán rebajador;
lo torcido será enderezado,
lo escabroso será camino llano.
Y toda carne verá la salvación de Dios».

Palabra del Señor


CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Mira, yo envío a mi Mensajero para que prepare mi camino delante de ti.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Mira, yo envío a mi Mensajero para que prepare mi camino delante de ti.

PRECES

Roguemos, hermanos, al Señor Jesús, juez de vivos y muertos, y digámosle:

Ven, Señor Jesús.

Señor Jesucristo, tú que viniste a salvar a los pecadores,
líbranos de caer en la tentación. 

Ven, Señor Jesús

Tú que vendrás con gloria para juzgar a tu pueblo,
muestra en nosotros tu poder salvador. 

Ven, Señor Jesús

Ayúdanos a cumplir con fortaleza de espíritu los preceptos de tu ley,
para que podamos esperar tu venida sin temor.

Ven, Señor Jesús

Tú que eres bendito por los siglos,
concédenos, por tu misericordia, que llevando ya desde ahora una vida sobria y religiosa esperemos con gozo tu gloriosa aparición.

Ven, Señor Jesús

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Porque Jesucristo mismo nos lo enseñó, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACION

Te pedimos, Dios misericordioso, que en nuestra alegre marcha hacia el encuentro de tu Hijo no tropecemos en impedimentos terrenos, sino que, guiados por la sabiduría celestial, merezcamos participar de la gloria de aquel que vive y reina contigo.

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén. 

LECTURAS DEL DOMINGO 9 DE DICIEMBRE


Lecturas del día.
La Romana R. D.
Lecturas del Domingo 2º de Adviento - Ciclo C
Domingo, 9 de diciembre de 2018

Primera lectura
Lectura del libro de Baruc (5,1-9):

Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y aflicción que llevas,
y vístete las galas perpetuas de la gloria que Dios te concede.
Envuélvete en el manto de la justicia de Dios,
y ponte en la cabeza la diadema de la gloria del Eterno,
porque Dios mostrará tu esplendor
a cuantos habitan bajo el cielo.
Dios te dará un nombre para siempre:
«Paz en la justicia» y «Gloria en la piedad».
En pie, Jerusalén, sube a la altura,
mira hacia el oriente y contempla a tus hijos:
el Santo los reúne de oriente a occidente
y llegan gozosos invocando a su Dios.
A pie tuvieron que partir, conducidos por el enemigo,
pero Dios te los traerá con gloria,
como llevados en carroza real.
Dios ha mandado rebajarse a todos los montes elevados
y a todas las colinas encumbradas;
ha mandado rellenarse a los barrancos
hasta hacer que el suelo se nivele,
para que Israel camine seguro,
guiado por la gloria de Dios.
Ha mandado a los bosques y a los árboles aromáticos
que den sombra a Israel.
Porque Dios guiará a Israel con alegría,
a la luz de su gloria,
con su justicia y su misericordia.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6

R/.
 El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres

V/. Cuando el Señor hizo volver a los caustivos de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.

R/. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres

V/. Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos».
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R/.

R/. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres

V/. Recoge, Señor, a nuestros cautivos
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/.

R/. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres

V/. Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas.

R/. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres

Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses (1,4-6.8-11):

Hermanos:
Siempre que rezo por vosotros, lo hago con gran alegría. Porque habéis sido colaboradores míos en la obra del Evangelio, desde el primer día hasta hoy.
Ésta es nuestra confianza: que el que ha inaugurado entre vosotros esta buena la obra, llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús.
Testigo me es Dios del amor entrañable con que os quiero, en Cristo Jesús.
Y esta es mi oración: que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para apreciar los valores.
Así llegaréis al Día de Cristo limpios e irreprochables, cargados de frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús, para gloria y alabanza de Dios.

Palabra de Dios

Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (3,1-6):

EN el año decimoquinto del imperio del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tretarca de Iturea y Traconítide, y Lisanio ttetrarca de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías:
«Voz del que grita en el desierto:
Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos;
los valles serán rellenados,
los montes y colinas serán rebajador;
lo torcido será enderezado,
lo escabroso será camino llano.
Y toda carne verá la salvación de Dios».

Palabra del Señor