Musica Para el Alma
domingo, 16 de febrero de 2025
MARCOS 8,11-13 CICLO C
Lecturas
del Lunes de la VI Semana del Tiempo Ordinario
17 Feb 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,11-13)*
En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y
se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo
del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
«Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará
un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Jesús
dio un profundo suspiro y dijo: « ¿Por qué esta generación reclama un signo?).
*Hay algo que me llama a la
atención y es: El Señor dio un profundo suspiro. Este suspiro profundo del
Señor, puedo pensar que es como una expresión,
quizá de ese descontento que una persona siente cuando encuentra algo muy
especian que estaba buscando, pero cuando tiene cerca eso que tanto buscaba,
que tanto deseaba, cuando por fin lo tiene, se da cuenta que lo encontrado no
es como lo pensaba, no es como lo imaginaba, no es lo que esperaba. El suspiro
del Señor, es con una mezcla de rabia, tristeza y a la vez de amor, porque él
sabe que tiene que seguir hasta mostrarse él mismo en la cruz, como signo de
salvación*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL LUNES 17
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*SEMANA VI
DEL TIEMPO ORDINARIO*
LUNES SEMANA
II
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo
con cantos.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo
con cantos.
Himno: ALFARERO DEL HOMBRE, MANO TRABAJADORA
Alfarero del hombre, mano trabajadora
que, de los hondos limos iniciales,
convocas a los pájaros a la primera aurora,
al pasto los primeros animales.
De mañana te busco, hecho de luz concreta,
de espacio puro y tierra amanecida.
De mañana te encuentro, vigor, origen, meta
de los profundos ríos de la vida.
El árbol toma cuerpo, y el agua melodía;
tus manos son recientes en la rosa;
se espesa la abundancia del mundo a mediodía,
y estás de corazón en cada cosa.
No hay brisa si no alientas, monte si no estás dentro,
ni soledad en que no te hagas fuerte.
Todo es presencia y gracia; vivir es este encuentro:
tú, por la luz; el hombre, por la muerte.
¡Que se acabe el pecado! ¡Mira que es desdecirte
dejar tanta hermosura en tanta guerra!
Que el hombre no te obligue, Señor, a arrepentirte
de haberle dado un día las llaves de la tierra. Amén.
SALMODIA
Ant 1. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios?
Salmo 41 - DESEO DEL SEÑOR Y ANSIAS DE CONTEMPLAR EL TEMPLO
Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca
a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios,
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?
Las lágrimas son mi pan
noche y día,
mientras todo el día me repiten:
«¿Dónde está tu Dios?»
Recuerdo otros tiempos,
y mi alma desfallece de tristeza:
cómo marchaba a la cabeza del grupo,
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta.
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Cuando mi alma se acongoja,
te recuerdo,
desde el Jordán y el Hermón
y el Monte Menor.
Una sima grita a otra sima
con voz de cascadas:
tus torrentes y tus olas
me han arrollado.
De día el Señor
me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
del Dios de mi vida.
Diré a Dios: Roca mía,
¿por qué me olvidas?
¿Por qué voy andando sombrío,
hostigado por mi enemigo?
Se me rompen los huesos
por las burlas del adversario;
todo el día me preguntan:
«¿Dónde está tu Dios?»
¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Espera en Dios, que volverás a alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¿Cuándo entraré a ver el rostro de
Dios?
Ant 2. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu
compasión.
Cántico: SÚPLICA EN FAVOR DE LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN Sir. 36,
1-7. 13-16
Sálvanos, Dios del universo,
infunde tu terror a todas las naciones;
amenaza con tu mano al pueblo extranjero,
para que sienta tu poder.
Como les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos:
para que sepan, como nosotros lo sabemos,
que no hay Dios fuera de ti.
Renueva los prodigios, repite los portentos,
exalta tu mano, robustece tu brazo.
Reúne a todas las tribus de Jacob
y dales su heredad como antiguamente.
Ten compasión del pueblo que lleva tu nombre,
de Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten compasión de tu ciudad santa,
de Jerusalén, lugar de tu reposo.
Llena a Sión de tu majestad
y al templo de tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Muéstranos, Señor, tu gloria y tu
compasión.
Ant 3. Bendito eres, Señor, en la bóveda
del cielo.
SALMO 18 A - ALABANZA AL DIOS CREADOR DEL UNIVERSO.
El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo murmura.
Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.
Allí le ha puesto su tienda al sol:
él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe, a recorrer su camino.
Asoma por un extremo del cielo,
y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito eres, Señor, en la bóveda
del cielo.
LECTURA BREVE Jr 15, 16
Cuando encontraba palabras tuyas las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la
alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, ¡Señor, Dios
de los ejércitos!
RESPONSORIO BREVE
V. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la
alabanza de los buenos.
V. Cantadle un cántico nuevo.
R. Que merece la alabanza de los buenos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la
alabanza de los buenos.
V. Enséñame, Señor, a caminar
con lealtad.
R. Porque tú
eres mi Dios y Salvador.
PRIMERA LECTURA AÑO (I)
De la primera carta a los Corintios 7, 1-24
CUESTIONES SOBRE EL MATRIMONIO
Hermanos: Viniendo a tratar de las consultas que me hicisteis, os digo: Es cosa
buena que el hombre se abstenga de la mujer. Mas, por los peligros de la
fornicación, cada uno tenga su mujer, y cada una tenga su marido.
El marido vaya pagando su deuda a la mujer, e igualmente la mujer a su marido.
La mujer no es dueña de su propio cuerpo; sino el marido. Y del mismo modo: el
marido no es dueño de su propio cuerpo; sino la mujer. No os defraudéis uno al
otro vuestro derecho, a no ser de común acuerdo, y por algún tiempo, y para
daros a la oración. Y, de nuevo, volved al mismo orden de vida, para que no os
tiente Satanás por vuestra incontinencia. Esto lo digo como una concesión, no
como un mandato.
Bien quisiera que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su
propia gracia de estado, recibida de Dios: unos para vivir de esta manera; otros,
de la otra.
Sin embargo, a los no casados y a las viudas les digo que es cosa excelente
para ellos quedarse en el mismo estado que yo. Ahora que, si no pueden guardar
continencia, que se casen. Mejor es casarse que arder en concupiscencia.
Respecto de los casados, hay un precepto, no mío, sino del Señor: Que la mujer
no se separe del marido. Y, caso de separarse, que no vuelva a casarse o que
haga las paces con su marido. Y también: Que el marido no despida a la mujer.
En cuanto a los demás, digo yo, no el Señor: Si un hermano tiene mujer pagana,
y ésta consiente en cohabitar con él, no la despida. Y, del mismo modo: Si una
hermana tiene marido pagano, y éste consiente en cohabitar con ella, no despida
al marido. El marido pagano queda santificado por la mujer creyente; y la mujer
pagana queda santificada por el marido que tiene fe. Porque, de otra manera,
tendríamos que vuestros hijos serían impuros; pero, de hecho, son santos.
Sin embargo, si la parte pagana se retira, que se retire. En tales casos, ni el
hermano ni la hermana están sometidos a la esclavitud. El Señor nos ha
convocado para la paz. Porque, tú, mujer, no sabes si podrás salvar al marido.
Y tú, marido, no sabes si podrás salvar a la mujer.
Fuera de esto, cada uno ande conforme el Señor le asignó en herencia, cada uno
conforme Dios lo ha convocado. Y así lo voy ordenando en todas las Iglesias.
¿Ha sido uno convocado del judaísmo? No disimule su condición de judío. ¿Lo ha
sido otro del paganismo? No se circuncide. No importa nada el ser o no ser
circuncidado, sino la guarda de los mandamientos de Dios. Cada uno continúe en
la condición en que fue convocado por Dios.
¿Fuiste convocado siendo esclavo? No te preocupes. Pero, si puedes ser liberto,
aprovéchate más bien de ello. El que, siendo esclavo, ha sido convocado en el
Señor es un liberto del Señor. Y, de la misma manera, el que, siendo libre, ha
sido convocado es un esclavo de Cristo. Habéis sido comprados a precio. No os
hagáis esclavos de los hombres. Hermanos, que cada uno continúe sirviendo a
Dios en la condición en que fue convocado.
RESPONSORIO Mt 19, 5. 6. 4
R. Dejará el hombre a su padre y a su madre y se
unirá a su mujer, y vendrán a ser los dos una sola persona. * No
debe separar el hombre lo que Dios ha unido.
V. El Creador los hizo desde un principio varón y
mujer, así que ya no son dos, sino una sola persona.
R. No debe separar el hombre lo que Dios ha unido.
SEGUNDA LECTURA
De los Sermones de san
Bernardo, abad
(Sermón 15 sobre diversas materias: PL 183, 577-579)
HAY QUE BUSCAR LA
SABIDURÍA
Trabajemos para tener el manjar que no se consume: trabajemos en la obra de
nuestra salvación. Trabajemos en la viña del Señor, para hacernos merecedores
del denario cotidiano. Trabajemos para obtener la sabiduría, ya que ella afirma:
Los que trabajan para alcanzarme no pecarán. El campo es el mundo -nos dice
aquel que es la Verdad-; cavemos en este campo; en él se halla escondido un
tesoro que debemos desenterrar. Tal es la sabiduría, que ha de ser extraída de
lo oculto. Todos la buscamos, todos la deseamos.
Si queréis preguntar -dice la Escritura-, preguntad; convertíos, retornad. ¿Te
preguntas de dónde te has de convertir? Refrena tus deseos, hallamos también
escrito. Pero si en mis deseos no encuentro la sabiduría -dices-, ¿dónde la
hallaré? Pues mi alma la desea con vehemencia, y no me contento con hallarla,
si es que llego a hallarla, sino que echo en mi regazo una medida abundante,
bien apretada y bien colmada hasta rebosar. Y esto con razón. Porque, dichoso
el hombre que encuentra sabiduría, el que alcanza inteligencia. Búscala, pues,
mientras puede ser encontrada; invócala, mientras está cerca.
¿Quieres saber cuán cerca está? Cerca está la palabra, en tu boca y en tu
corazón; sólo a condición de que la busques con un corazón sincero. Así es como
encontrarás la sabiduría en tu corazón y tu boca estará llena de inteligencia,
pero vigila que esta abundancia de tu boca no se derrame a manera de vómito.
Si has hallado la sabiduría has hallado la miel; procura no comerla con exceso,
no sea que, harto de ella, la vomites. Come de manera que siempre quedes con
hambre. Porque dice la misma sabiduría: El que me come tendrá más hambre de mí.
No tengas en mucho lo que has alcanzado; no te consideres harto, no sea que
vomites y pierdas así lo que pensabas poseer, por haber dejado de buscar antes
de tiempo. Pues no hay que desistir en esta búsqueda y llamada de la sabiduría,
mientras pueda ser hallada, mientras esté cerca. De lo contrario, como la miel
daña -según dice el Sabio- a los que comen de ella en demasía, así el que se
mete a escudriñar la majestad será oprimido por su gloria.
Del mismo modo que es dichoso el hombre que encuentra sabiduría, así también es
dichoso, o mejor, más dichoso aún, el hombre que es constante en la sabiduría;
esto seguramente se refiere a la abundancia de que hemos hablado antes.
En estas tres cosas se conocerá que tu boca está llena en abundancia de
sabiduría o de prudencia: si confiesas de palabra tu propia iniquidad, si de tu
boca sale la acción de gracias y la alabanza y si de ella salen también
palabras de edificación. En efecto, creemos con el corazón para obtener la
justificación y hacemos con la boca profesión de nuestra fe para alcanzar la
salud. Y además, lo primero que hace el justo al hablar es acusarse a sí mismo;
y así, lo que debe hacer en segundo lugar es ensalzar a Dios, y en tercer lugar
(si a tanto llega la abundancia de su sabiduría) edificar al prójimo.
RESPONSORIO Sb 7, 10. 11;
8, 2
R. Amé la sabiduría más que la salud y
la hermosura, y decidí que fuera la luz que me alumbrara; * con ella me
vinieron a la vez todos los bienes.
V. La amé y la pretendí desde mi
juventud y me constituí en el amante de su belleza.
R. Con ella me vinieron a la vez todos
los bienes.
Lecturas del Lunes de la
VI Semana del Tiempo Ordinario
17
Feb 2025
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Marcos (8,11-13)*
En
aquel tiempo, se presentaron los fariseos y se pusieron a discutir con Jesús;
para ponerlo a prueba, le pidieron un signo del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
«Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará
un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra
del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y
redimido a su pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de
Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
PRECES
Demos gracias a nuestro salvador que ha hecho de nosotros un
pueblo de reyes y sacerdotes, y digámosle:
Consérvanos, Señor, en tu servicio.
Señor Jesús, sacerdote eterno, que has querido que tu pueblo participara de tu
sacerdocio:
haz que ofrezcamos siempre sacrificios espirituales, agradables al Padre.
Danos, Señor, la abundancia de los frutos del Espíritu Santo:
comprensión, bondad, amabilidad.
Que la luz de la fe ilumine este nuevo día
y que durante el mismo caminemos por las sendas del amor.
Haz que busquemos siempre el bien de nuestros hermanos
y les ayudemos a progresar en su salvación.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Con el gozo que nos da el sabernos hijos de Dios, digamos confiadamente:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de
este día: danos tu ayuda para que no caigamos hoy en pecado, sino que nuestras
palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LUNES SEMANA
II
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: PRESENTEMOS A DIOS NUESTRAS TAREAS.
Presentemos a Dios nuestras tareas,
levantemos orantes nuestras manos,
porque hemos realizado nuestras vidas
por el trabajo.
Cuando la tarde pide ya descanso
y Dios está más cerca de nosotros,
es hora de encontrarnos en sus manos,
llenos de gozo.
En vano trabajamos la jornada,
hemos corrido en vano hora tras hora,
si la esperanza no enciende sus rayos
en nuestra sombra.
Hemos topado a Dios en el bullicio,
Dios se cansó conmigo en el trabajo;
es hora de buscar a Dios adentro,
enamorado.
La tarde es un trisagio de alabanza,
la tarde tiene fuego del Espíritu:
adoremos al Padre en nuestras obras,
adoremos al Hijo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Eres el más bello de los hombres, en tus labios se derrama la
gracia.
Salmo 44 I - LAS NUPCIAS DEL REY.
Me brota del corazón un poema bello,
recito mis versos a un rey;
mi lengua es ágil pluma de escribano.
Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia,
el Señor te bendice eternamente.
Cíñete al flanco la espada, valiente:
es tu gala y tu orgullo;
cabalga victorioso por la verdad y la justicia,
tu diestra te enseñe a realizar proezas.
Tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden,
se acobardan los enemigos del rey.
Tu trono, ¡oh Dios!, permanece para siempre;
cetro de rectitud es tu cetro real;
has amado la justicia y odiado la impiedad:
por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido
con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
A mirra, áloe y acacia huelen tus vestidos,
desde los palacios de marfiles te deleitan las arpas.
Hijas de reyes salen a tu encuentro,
de pie a tu derecha está la reina
enjoyada con oro de Ofir.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Eres el más bello de los hombres,
en tus labios se derrama la gracia.
Ant 2. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Salmo 44 II
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna:
prendado está el rey de tu belleza,
póstrate ante él, que él es tu señor.
La ciudad de Tiro viene con regalos,
los pueblos más ricos buscan tu favor.
Ya entra la princesa, bellísima,
vestida de perlas y brocado;
la llevan ante el rey, con séquito de vírgenes,
la siguen sus compañeras:
las traen entre alegría y algazara,
van entrando en el palacio real.
«A cambio de tus padres tendrás hijos,
que nombrarás príncipes por toda la tierra.»
Quiero hacer memorable tu nombre
por generaciones y generaciones,
y los pueblos te alabarán
por los siglos de los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Llega el esposo, salid a recibirlo.
Ant 3. Dios proyectó hacer que todas las
cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios proyectó hacer que todas las
cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
LECTURA BREVE 1Ts 2, 13
Nosotros continuamente damos gracias a Dios; porque habiendo recibido la
palabra de Dios predicada por nosotros, la acogisteis, no como palabra humana,
sino - como es en realidad- como palabra de Dios, que ejerce su acción en
vosotros, los creyentes.
RESPONSORIO BREVE
V. Suba, Señor, a ti mi oración.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
V. Como incienso en tu presencia.
R. A ti mi oración.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios
mío.
PRECES
Alabemos a Cristo, que ama a la Iglesia y le da alimento y calor,
y roguémosle confiados diciendo:
Atiende, Señor, los deseos de tu pueblo.
Haz, Señor, que todos los hombres se salven
y lleguen al conocimiento de la verdad.
Guarda con tu protección al papa Francisco y a nuestro obispo N.,
ayúdalos con el poder de tu brazo.
Ten compasión de los que no encuentran trabajo
y haz que consigan un empleo digno y estable.
Señor, sé refugio de los oprimidos
y protégelos en todas sus necesidades.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Te pedimos por el eterno descanso de los que durante su vida ejercieron el
ministerio para el bien de tu iglesia:
que también te celebren eternamente en tu reino.
Fieles a la recomendación del Salvador nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, que has querido asistirnos en el
trabajo que nosotros, tus siervos inútiles, hemos realizado hoy, te pedimos
que, al llegar al término de este día, acojas benignamente nuestro sacrificio
vespertino de acción de gracias y recibas con bondad la alabanza que te
dirigimos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL LUNES 17 DE FEBRERO 2025
Lecturas
del Lunes de la VI Semana del Tiempo Ordinario
17 Feb 2025
Primera Lectura
Lectura del libro del Génesis (4,1-15.25):
El hombre conoció a Eva, su mujer, que
concibió y dio a luz a Caín. Y ella dijo:
«He adquirido un hombre con la ayuda del Señor».
Después dio a luz a Abel, su hermano. Abel era pastor de ovejas, y Caín
cultivaba el suelo.
Pasado un tiempo, Caín ofreció al Señor dones de los frutos del suelo; también
Abel ofreció las primicias y la grasa de sus ovejas.
El Señor se fijó en Abel y en su ofrenda, pero no se fijó en Caín ni en su
ofrenda; Caín se enfureció y andaba abatido.
El Señor dijo a Caín:
«Por qué te enfureces y andas abatido? ¿No estarías animado si obraras bien?;
pero, si no obras bien, el pecado acecha a la puerta y te codicia, aunque tú
podrás dominarlo».
Caín dijo a su hermano Abel:
«Vamos al campo».
Y, cuando estaban en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató.
El Señor dijo a Caín:
«Dónde está Abel, tu hermano?».
Respondió Caín:
«No sé; ¿soy yo el guardián de mi hermano?».
El Señor le replicó:
«¿Qué has hecho? La sangre de tu hermano me está gritando desde el suelo.
Por eso te maldice ese suelo que ha abierto sus fauces para recibir de tus
manos la sangre de tu hermano.
Cuando cultives el suelo, no volverá a darte sus productos. Andarás errante y
perdido por la tierra».
Caín contestó al Señor:
«Mi culpa es demasiado grande para soportarla. Puesto que me expulsas hoy de
este suelo, tendré que ocultarme de ti, andar errante y perdido por la tierra,
y cualquiera que me encuentre me matará».
El Señor le dijo:
«El que mate a Caín lo pagará siete veces».
Y el Señor puso una señal a Caín para que, si alguien lo encontraba, no lo
matase.
Adán conoció otra vez a su mujer, que dio a luz un hijo y lo llamó Set, pues
dijo:
«Dios me ha dado otro descendiente en lugar de Abel, asesinado por Caín».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 49,1.8.16bc-17.20-21
R/. Ofrece
a Dios un sacrificio de alabanza
V/. El Dios de los dioses, el Señor, habla:
convoca la tierra de oriente a occidente.
«No te reprocho tus sacrificios,
pues siempre están tus holocaustos ante mí. R/.
V/. ¿Por qué recitas mis preceptos,
y tienes siempre en la boca mi alianza,
tú que detestas mi enseñanza
y te echas a la espalda mis mandatos? R/.
V/. Te sientas a hablar contra tu hermano,
deshonras al hijo de tu madre;
Esto haces, ¿y me voy a callar?
¿Crees que soy como tú?
Te acusaré, te lo echaré en cara». R/.
Lecturas
del Lunes de la VI Semana del Tiempo Ordinario
17 Feb 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,11-13)*
En aquel tiempo, se presentaron los fariseos y
se pusieron a discutir con Jesús; para ponerlo a prueba, le pidieron un signo
del cielo.
Jesús dio un profundo suspiro y dijo:
«Por qué esta generación reclama un signo? En verdad os digo que no se le dará
un signo a esta generación».
Los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Jesús
dio un profundo suspiro y dijo: « ¿Por qué esta generación reclama un signo?).
*Hay algo que me llama a la
atención y es: El Señor dio un profundo suspiro. Este suspiro profundo del
Señor, puedo pensar que es como una expresión,
quizá de ese descontento que una persona siente cuando encuentra algo muy
especian que estaba buscando, pero cuando tiene cerca eso que tanto buscaba,
que tanto deseaba, cuando por fin lo tiene, se da cuenta que lo encontrado no
es como lo pensaba, no es como lo imaginaba, no es lo que esperaba. El suspiro
del Señor, es con una mezcla de rabia, tristeza y a la vez de amor, porque él
sabe que tiene que seguir hasta mostrarse él mismo en la cruz, como signo de
salvación*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
sábado, 15 de febrero de 2025
LUCAS 6,17.20-26 CICLO C
Lecturas
del VI Domingo del Tiempo Ordinario
16 Feb 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,17.20-26)*
En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los
Doce y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo,
procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: «Dichosos los pobres,
porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre,
porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis.
Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y
proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos
ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros,
los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora
estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque
haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es
lo que hacian vuestros padres con los falsos profetas.»
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(Bienaventurados seréis cuando
os odien, os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por
causa del Hijo del hombre).
*Las Bienaventuranzas
quieren decir: Afortunados, y felices los que tienen gravado dentro del corazón
como un tatuaje el código del amor. Lo primero que quiere hacer esta palabra es
entrar dentro de mí y sacar mis mentiras, mis miedos y mis temores. Estoy invitado
a que me alegre en ese día y que salte de gozo. El Señor, sabe que para mí es
duro, porque muchas cosas las hago para ser visto, para que me aplaudan. ¡Ay si
todo el mundo habla bien de vosotros! El Señor, me invita a ser como la brisa
suave y refrescante, que pasa dentro de las personas, les hace sentir bien, les
acaricias con su suavidad, y se deja sentir, pero nadie le puede ver, ni le
puede tocar. Y eso a me llama el Señor, y que no tenga nuca dudas de su amor*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAUDES Y VISPERAS DEL DOMINGO 16
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*SEMANA VI
DEL TIEMPO ORDINARIO*
DOMINGO
SEMANA II
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Pueblo del Señor, rebaño que él
guía, bendice a tu Dios. Aleluya.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Pueblo del Señor, rebaño que él
guía, bendice a tu Dios. Aleluya.
Himno: CRISTO, EL SEÑOR
Cristo, el Señor,
como la primavera,
como una nueva aurora,
resucitó.
Cristo, nuestra Pascua,
es nuestro rescate,
nuestra salvación.
Es grano en la tierra,
muerto y florecido,
tierno pan de amor.
Se rompió el sepulcro,
se movió la roca,
y el fruto brotó.
Dueño de la muerte,
en el árbol grita
su resurrección.
Humilde en la tierra,
Señor de los cielos,
su cielo nos dio.
Ábranse de gozo
las puertas del Hombre,
que al hombre salvó.
Gloria para siempre
al Cordero humilde
que nos redimió. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Bendito el que viene en nombre del Señor. Aleluya.
Salmo 117 - HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA VICTORIA.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.
El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que confiar en los magnates.
Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.»
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios: él nos ilumina.
Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.
Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito el que viene en nombre del
Señor. Aleluya.
Ant 2. Cantemos un himno al Señor nuestro
Dios. Aleluya.
Cántico: QUE LA CREACIÓN ENTERA ALABE AL SEÑOR Dn 3, 52-57
Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito tu nombre, Santo y glorioso:
a él gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres en el templo de tu santa gloria:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres sobre el trono de tu reino:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos:
a ti gloria y alabanza por los siglos.
Bendito eres en la bóveda del cielo:
a ti honor y alabanza por los siglos.
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cantemos un himno al Señor nuestro
Dios. Aleluya.
Ant 3. Alabad al Señor por su inmensa
grandeza. Aleluya.
Salmo 150 - ALABAD AL SEÑOR.
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su augusto firmamento.
Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,
Alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas,
alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
Todo ser que alienta, alabe al Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad al Señor por su inmensa
grandeza. Aleluya.
LECTURA BREVE Ez 36, 25-27
Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras
inmundicias e idolatrías os he de purificar; y os daré un corazón nuevo, y os
infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y
os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis
según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos.
RESPONSORIO BREVE
V. Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tu nombre.
R. Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tu
nombre.
V. Pregonando tus maravillas.
R. Invocando tu nombre.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Te damos gracias, ¡oh Dios!, invocando tu
nombre.
V. Dichosos vuestros ojos porque ven.
R. Y vuestros oídos porque oyen.
PRIMERA
LECTURA AÑO (I)
De la primera carta a los Corintios 6, 12-20
VUESTRO CUERPO ES TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO
Hermanos: «Todo me es lícito.» Sí, muy bien; pero no todo conviene. «Todo me es
lícito.» Sí; pero no me dejaré yo dominar por ninguna cosa. «Los manjares para
el vientre, y el vientre para los manjares.» Sí; pero Dios hará cesar las
funciones de ambos.
El cuerpo no es para la lujuria, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo,
pues Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros con su
poder.
¿Se os ha olvidado que sois miembros de Cristo? ¿Y voy a tomar yo los miembros
de Cristo para hacerlos miembros de una meretriz? ¡Jamás! ¿No sabéis que quien
se une a la meretriz es un cuerpo con ella? Porque serán los dos, dice la
Escritura, una carne. Pero, quien se une al Señor es un espíritu con él. Huid
de la lujuria; cualquier perjuicio que uno cause queda fuera de uno mismo; en
cambio, el lujurioso perjudica a su propio cuerpo.
¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo? Él habita en
vosotros. Lo habéis recibido de Dios y, por lo tanto, no os pertenecéis a
vosotros mismos. Habéis sido comprados a precio. En verdad glorificad a Dios
con vuestro cuerpo.
RESPONSORIO Cf. 1Co 3, 16-17
R. Vosotros sois templo de Dios, * y
el Espíritu de Dios habita en vosotros.
V. Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo
destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: ese templo sois vosotros.
R. Y el Espíritu de Dios habita en vosotros.
SEGUNDA LECTURA
Del Comentario de san Efrén, diácono,
sobre el Diatéssaron
(Cap. 1, 18-19: SC 121, 52-53)
LA PALABRA DE DIOS FUENTE INAGOTABLE DE
VIDA
¿Quién hay capaz, Señor, de penetrar con su mente una sola de tus frases? Como
el sediento que bebe de la fuente, mucho más es lo que dejamos que lo que
tomamos. Porque la palabra del Señor presenta muy diversos aspectos, según la
diversa capacidad de los que la estudian. El Señor pintó con multiplicidad de
colores su palabra, para que todo el que la estudie pueda ver en ella lo que
más le plazca. Escondió en su palabra variedad de tesoros, para que cada uno de
nosotros pudiera enriquecerse en cualquiera de los puntos a que afocara su
reflexión.
La palabra de Dios es el árbol de vida que te ofrece el fruto bendito desde
cualquiera de sus lados, como aquella roca que se abrió en el desierto y manó
de todos lados una bebida espiritual. Comieron -dice el Apóstol- el mismo
manjar espiritual y bebieron la misma bebida espiritual.
Aquel, pues, que llegue a alcanzar alguna parte del tesoro de esta palabra no
crea que en ella se halla solamente lo que él ha hallado, sino que ha de pensar
que, de las muchas cosas que hay en ella, esto es lo único que ha podido
alcanzar. Ni por el hecho de que esta sola parte ha podido llegar a ser
entendida por él, tenga esta palabra por pobre y estéril y la desprecie, sino
que, considerando que no puede abarcarla toda, dé gracias por la riqueza que
encierra. Alégrate por lo que has alcanzado, sin entristecerte por lo que te
queda por alcanzar. El sediento se alegra cuando bebe y no se entristece porque
no puede agotar la fuente. La fuente ha de vencer tu sed, pero tu sed no ha de
vencer la fuente, porque, si tu sed queda saciada sin que se agote la fuente,
cuando vuelvas a tener sed podrás de nuevo beber de ella; en cambio, si al
saciarse tu sed se secara también la fuente, tu victoria sería en perjuicio
tuyo.
Da gracias por lo que has recibido y no te entristezcas por la abundancia
sobrante. Lo que has recibido y conseguido es tu parte, lo que ha quedado es tu
herencia. Lo que, por tu debilidad, no puedes recibir en un determinado momento
lo podrás recibir en otra ocasión, si perseveras. Ni te esfuerces avaramente
por tomar de un solo sorbo lo que no puede ser sorbido de una vez, ni desistas
por pereza de lo que puedes ir tomando poco a poco.
RESPONSORIO 1Pe 1, 25; Ba 4, 1
R. La palabra del Señor permanece eternamente. * Y ésta es la palabra: la
Buena Noticia anunciada a vosotros.
V. Ella es el libro de los preceptos de Dios, la ley que subsiste
eternamente: todos los que la guardan alcanzarán la vida.
R. Y ésta es la palabra: la Buena Noticia anunciada a vosotros.
Lecturas del VI Domingo
del Tiempo Ordinario
16
Feb 2025
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Lucas (6,17.20-26)*
En
aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano, con un
grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén
y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: «Dichosos los pobres,
porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre,
porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis.
Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y
proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos
ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros,
los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora
estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque
haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es
lo que hacian vuestros padres con los falsos profetas.»
Palabra
del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant.
PRECES
Invoquemos, hermanos, a nuestro Salvador, que ha venido al mundo
para ser «Dios-con-nosotros», y digámosle confiadamente:
Señor Jesús, rey de la gloria, sé tú nuestra luz y nuestro gozo.
Señor Jesús, sol que nace de lo alto y primicia de la humanidad resucitada,
haz que siguiéndote a ti no caminemos nunca en sombras de muerte, sino que
tengamos siempre la luz de la vida.
Que sepamos descubrir, Señor, cómo todas las creaturas están llenas de tus
perfecciones,
para que así, en todas ellas, sepamos contemplarte a ti.
No permitas, Señor, que hoy nos dejemos vencer por el mal,
antes danos tu fuerza para que venzamos al mal a fuerza del bien.
Tú que, bautizado por Juan en el Jordán, fuiste ungido con el Espíritu Santo,
asístenos durante este día para que actuemos movidos por este mismo Espíritu.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Por Jesús nos llamamos y somos hijos de Dios; por ello nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a
la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los
gozos del cielo a quienes has librado de la muerte eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
DOMINGO
SEMANA II
II VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: ¿DONDE ESTÁ MUERTE, TU VICTORIA?
¿Dónde está muerte, tu victoria?
¿Dónde está muerte, tu aguijón?
Todo es destello de su gloria,
clara luz, resurrección.
Fiesta es la lucha terminada,
vida es la muerte del Señor,
día la noche engalanada,
gloria eterna de su amor.
Fuente perenne de la vida,
luz siempre viva de su don,
Cristo es ya vida siempre unida
a toda vida en aflicción.
Cuando la noche se avecina,
noche del hombre y su ilusión,
Cristo es ya luz que lo ilumina,
Sol de su vida y corazón.
Demos al Padre la alabanza,
por Jesucristo, Hijo y señor,
denos su espíritu esperanza
viva y eterna de su amor. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Cristo es sacerdote eterno según el rito de Melquisedec. Aleluya.
Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Cristo es sacerdote eterno según el
rito de Melquisedec. Aleluya.
Ant 2. Nuestro Dios está en el cielo, y lo
que quiere lo hace. Aleluya.
Salmo 113 B - HIMNO AL DIOS VERDADERO.
No a nosotros, Señor, no a nosotros,
sino a tu nombre da la gloria;
por tu bondad, por tu lealtad.
¿Por qué han de decir las naciones:
«Dónde está su Dios»?
Nuestro Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace.
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura de manos humanas:
tienen boca, y no hablan;
tienen ojos, y no ven;
tienen orejas, y no oyen;
tienen nariz, y no huelen;
tienen manos, y no tocan;
tienen pies, y no andan;
no tiene voz su garganta:
que sean igual los que los hacen,
cuantos confían en ellos.
Israel confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
La casa de Aarón confía en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
Los fieles del Señor confían en el Señor:
él es su auxilio y su escudo.
Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga,
bendiga a la casa de Israel,
bendiga a la casa de Aarón;
bendiga a los fieles del Señor,
pequeños y grandes.
Que el Señor os acreciente,
a vosotros y a vuestros hijos;
benditos seáis del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
El cielo pertenece al Señor,
la tierra se la ha dado a los hombres.
Los muertos ya no alaban al Señor,
ni los que bajan al silencio.
Nosotros, sí, bendeciremos al Señor
ahora y por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Nuestro Dios está en el cielo, y lo
que quiere lo hace. Aleluya.
Ant 3. Alabad al Señor sus siervos todos,
pequeños y grandes. Aleluya.
Cántico: LAS BODAS DEL CORDERO - Cf. Ap 19,1-2, 5-7
El cántico siguiente se dice con todos los Aleluya intercalados
cuando el oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente
decir el Aleluya sólo al principio y al final de cada
estrofa.
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios
(R. Aleluya)
porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Alabad al Señor sus siervos todos.
(R. Aleluya)
Los que le teméis, pequeños y grandes.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
(R. Aleluya)
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
R. Aleluya, (aleluya).
Aleluya.
Llegó la boda del cordero.
(R. Aleluya)
Su esposa se ha embellecido.
R. Aleluya, (aleluya).
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad al Señor sus siervos todos,
pequeños y grandes. Aleluya.
LECTURA BREVE 2Ts 2, 13-14
Nosotros debemos dar continuamente gracias a Dios por vosotros, hermanos, a
quienes tanto ama el Señor. Dios os eligió desde toda la eternidad para daros
la salud por la santificación que obra el Espíritu y por la fe en la verdad.
Con tal fin os convocó por medio del mensaje de la salud, anunciado por
nosotros, para daros la posesión de la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
RESPONSORIO BREVE
V. Nuestro Señor es grande y poderoso.
R. Nuestro Señor es grande y poderoso.
V. Su sabiduría no tiene medida.
R. Nuestro Señor es grande y poderoso.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Nuestro Señor es grande y poderoso.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Venid a mí todos los que andáis rendidos y agobiados, que yo os
daré descanso.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
+Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Venid a mí todos los que andáis
rendidos y agobiados, que yo os daré descanso.
PRECES
Demos gloria y honor a Cristo, que puede salvar definitivamente a
los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive para interceder en su
favor, y digámosle con plena confianza:
Acuérdate, Señor, de tu pueblo.
Señor Jesús, sol de justicia que iluminas nuestras vidas, al llegar al umbral
de la noche te pedimos por todos los hombres,
que todos lleguen a gozar eternamente de tu luz.
Guarda, Señor, la alianza sellada con tu sangre
y santifica a tu iglesia para que sea siempre inmaculada y santa.
Acuérdate de esta comunidad aquí reunida,
que tú elegiste como morada de tu gloria.
Que los que están en camino tengan un viaje feliz
y regresen a sus hogares con salud y alegría.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acoge, Señor, a tus hijos difuntos
y concédeles tu perdón y la vida eterna.
Terminemos nuestras preces con la oración que Cristo nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Oh Dios, que por medio de la humillación de tu Hijo levantaste a
la humanidad caída, conserva a tus fieles en continua alegría y concede los
gozos del cielo a quienes has librado de la muerte eterna. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y
es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.