Musica Para el Alma
lunes, 18 de septiembre de 2023
LUCAS 7,11-17 CICLO A
*Lecturas del Martes de la
24ª semana de Tiempo Ordinario*
Martes, 19
de septiembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo Evangelio según san Lucas
(7,11-17)*
En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naín, acompañado de
sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se
encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la
que acompañaba una gran muchedumbre.
Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: «No llores.»
Acercándose al ataúd, lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces
dijo Jesús: «Joven, yo te lo mando: levántate.»
Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo
entregó a su madre.
Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios,
diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.»
La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones
circunvecinas.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Al
verla el Señor, le dio lástima y le dijo: «No llores.»).
*El Señor
viene a consolarme porque me paso más tiempo lamentándome, que buscando la
manera de sonreír, me preocupo más por estar triste, que por estar alegre. La
compasión es la respuesta que el Señor da a mi sufrimiento. Hoy el Señor con
esta palabra viene a curar, a liberar y a devolverme la garantía de la vida. El
Señor me invita a dejarlo tocar mis heridas, me dice «No llores» porque todos
los día, el me regala un día nuevo, lo que tengo es que aprender que: Si hoy
escucháis la voz del Señor que no endurecías mi corazón, que luche por lo que
quiero y si lo que quiero es ser un cristiano, entonces me toca mantener el
testimonio de Jesús*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MARTES 19
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*MARTES
SEMANA IV*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Al Señor, al Dios grande, venid,
adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Al Señor, al Dios grande, venid,
adorémosle.
Himno: ESTÁTE, SEÑOR, CONMIGO.
Estáte, Señor, conmigo
siempre, sin jamás partirte,
y cuando decidas irte,
llévame, Señor, contigo;
porque el pensar que te irás
me causa un terrible miedo
de si yo sin ti me quedo,
de si tú sin mí te vas.
Llévame, en tu compañía
donde tu vayas, Jesús,
porque bien sé que eres tú
la vida del alma mía;
si tú vida no me das
yo sé que vivir no puedo,
ni si yo sin ti me quedo,
ni si tú sin mí te vas.
Por eso, más que a la muerte
temo, Señor, tu partida,
y quiero perder la vida
mil veces más que perderte;
pues la inmortal que tú das,
sé que alcanzarla no puedo,
cuando yo sin ti me quedo,
cuando tú sin mí te vas. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Para ti es mi música, Señor; voy a explicar el camino perfecto.
Salmo 100 - PROPÓSITO DE UN PRÍNCIPE JUSTO
Voy a cantar la bondad y la justicia,
para ti es mi música, Señor;
voy a explicar el camino perfecto:
¿Cuándo vendrás a mí?
Andaré con rectitud de corazón
dentro de mi casa;
no pondré mis ojos
en intenciones viles.
Aborrezco al que obra mal,
no se juntará conmigo;
lejos de mí el corazón torcido,
no aprobaré al malvado.
Al que en secreto difama a su prójimo
lo haré callar;
ojos engreídos, corazones arrogantes
no los soportaré.
Pongo mis ojos en los que son leales,
ellos vivirán conmigo;
el que sigue un camino perfecto,
ése me servirá.
No habitará en mi casa
quien comete fraudes;
el que dice mentiras
no durará en mi presencia.
Cada mañana haré callar
a los hombres malvados,
para excluir de la ciudad del Señor
a todos los malhechores.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Para ti es mi música, Señor; voy a
explicar el camino perfecto.
Ant 2. No nos desampares, Señor, para
siempre.
Cántico: ORACIÓN DE AZARÍAS EN EL HORNO Dn 3, 26-27. 29. 34-41
Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres,
digno de alabanza y glorioso es tu nombre.
Porque eres justo en cuanto has hecho con nosotros
y todas tus obras son verdad,
y rectos tus caminos,
y justos todos tus juicios.
Hemos pecado y cometido iniquidad
apartándonos de ti, y en todo hemos delinquido.
Por el honor de tu nombre,
no nos desampares para siempre,
no rompas tu alianza,
no apartes de nosotros tu misericordia.
Por Abraham, tu amigo,
por Isaac, tu siervo,
por Israel, tu consagrado,
a quienes prometiste
multiplicar su descendencia
como las estrellas del cielo,
como la arena de las playas marinas.
Pero ahora, Señor, somos el más pequeño
de todos los pueblos;
hoy estamos humillados por toda la tierra
a causa de nuestros pecados.
En este momento no tenemos príncipes,
ni profetas, ni jefes;
ni holocausto, ni sacrificios,
ni ofrendas, ni incienso;
ni un sitio donde ofrecerte primicias,
para alcanzar misericordia.
Por eso, acepta nuestro corazón contrito,
y nuestro espíritu humilde,
como un holocausto de carneros y toros
o una multitud de corderos cebados;
que éste sea hoy nuestro sacrificio,
y que sea agradable en tu presencia:
porque los que en ti confían
no quedan defraudados.
Ahora te seguimos de todo corazón,
te respetamos y buscamos tu rostro.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. No nos desampares, Señor, para
siempre.
Ant 3. Te cantaré, Dios mío, un cántico
nuevo.
Salmo 143, 1-10 - ORACIÓN POR LA VICTORIA Y POR LA PAZ
Bendito el Señor, mi Roca,
que adiestra mis manos para el combate,
mis dedos para la pelea;
mi bienhechor, mi alcázar,
baluarte donde me pongo a salvo,
mi escudo y mi refugio,
que me somete los pueblos.
Señor, ¿qué es el hombre para que te fijes en él?
¿Qué los hijos de Adán para que pienses en ellos?
El hombre es igual que un soplo;
sus días, una sombra que pasa.
Señor, inclina tu cielo y desciende,
toca los montes, y echarán humo,
fulmina el rayo y dispérsalos,
dispara tus saetas y desbarátalos.
Extiende la mano desde arriba:
defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas,
de la mano de los extranjeros,
cuya boca dice falsedades,
cuya diestra jura en falso.
Dios mío, te cantaré un cántico nuevo,
tocaré para ti el arpa de diez cuerdas:
para ti que das la victoria a los reyes,
y salvas a David, tu siervo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te cantaré, Dios mío, un cántico
nuevo.
LECTURA BREVE Is 55, 1
Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los que no tenéis dinero: venid,
comprad trigo, comed sin pagar: vino y leche de balde.
RESPONSORIO BREVE
V. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
V. Me adelanto a la aurora pidiendo auxilio.
R. Espero en tu palabra.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Escucha mi voz, Señor; espero en tu palabra.
V. Escucha,
pueblo mío, mi enseñanza.
R. Inclina el oído a las palabras de mi boca.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Oseas 10, 1—11, 1a
LOS ÍDOLOS Y EL REY SERÁN DESTRUIDOS
Israel era una viña frondosa, y daba fruto: cuanto
más eran sus frutos, más aumentó sus altares; cuanto mejor era la tierra,
mejores monumentos erigía. Tienen el corazón dividido, y han de pagarlo; él
mismo destruirá sus altares, abatirá sus estelas. Ahora dicen: «No tenemos rey,
no respetamos al Señor; ¿qué podrá hacernos el rey?» Pronuncian discursos,
juran en falso, firman alianzas; florecen los pleitos como cizaña en los surcos
del campo. Los samaritanos tiemblan por el toro de Betavén, por él llora el pueblo
y con él sus sacerdotes. Se lamentan porque su gloria ha marchado al destierro:
se la llevan a Asiria como tributo a su dios.
La vergüenza se adueña de Efraím, Israel se avergüenza desus planes. Samaría y
su rey desaparecen como espuma sobre la superficie del agua. Son destruidos los
altozanos de los ídolos, el pecado de Israel. Cardos y abrojos crecen sobre sus
altares; gritan a los montes: «Cubridnos», a los collados: «Caed sobre
nosotros.»
Desde los días de Gabá pecaste, Israel; allí me hicieron frente; ¿no les
sorprenderá en Gabá la lucha contra los hijos malditos? Los castigaré a mi
placer, se reunirán contra ellos los pueblos, para castigarlos por su doble
culpa. Efraím es una novilla domesticada; le gustaba trillar; pero yo echaré el
yugo a su hermoso cuello, engancharé a Efraím para que are, a Jacob para que
labre la tierra.
Sembrad justicia, y cosecharéis misericordia; roturad un campo, que es tiempo
de consultar al Señor, hasta que venga y haga llover sobre vosotros la
justicia. Arasteis maldad, y cosechasteis iniquidad, comisteis frutos vanos.
Por confiar en tu poder, en la multitud de tus soldados, se alzará el clamor de
guerra sobre tu pueblo, tus fortalezas serán derribadas, como derribó Salmán a
Bet-Arbel; el día de la batalla, estrellaron a la madre con los hijos. Así
harán con vosotros, Betel, por vuestra maldad. A la aurora, desaparecerá el rey
de Israel.
RESPONSORIO Lc 23, 28. 30-31
R. Comenzarán
a decir a los montes: «Caed sobre nosotros»; y a los collados:
«Ocultadnos.» * Porque, si tratan así al
árbol verde, al seco ¿cómo lo tratarán?
V. Mujeres de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad
por vosotras mismas y por vuestros hijos.
R. Porque, si tratan así al árbol verde, al seco
¿cómo lo tratarán?
SEGUNDA LECTURA
Del Sermón de san Agustín, obispo, Sobre los
pastores
(Sermón 46, 4-5: CCL 41, 531-533)
EL EJEMPLO DE PABLO
Hallándose Pablo en cierta ocasión en suma
indigencia, encarcelado a causa de la predicación de la verdad, recibió, de
parte de los hermanos, bienes con qué subvenir a su pobreza y a sus propias
necesidades. Y contestó a los que así lo habían ayudado y les dio las gracias,
diciendo: Al socorrer mis necesidades, habéis obrado bien. En cuanto a mí he
aprendido ya a tener hartura y a pasar hambre, a abundar y a tener escasez.
Todo lo puedo en aquel que me conforta. En todo caso, muchas gracias por
haberme socorrido con vuestros bienes en mi apurada situación.
Pero para mostrar qué era lo que él buscaba en el bien que habían realizado y
con el fin de evitar que se introdujeran entre ellos algunos que se apacentaran
a sí mismos, no a las ovejas, les da a entender que no se alegra tanto de la
ayuda que ha recibido cuanto se felicita por el bien que ellos han realizado.
¿Qué es, pues, lo que él buscaba en la acción de ellos? «No busco regalos
—dice—, sino rentas que se vayan multiplicando a cuenta vuestra. No persigo
saciarme yo, sino que deseo que vosotros no quedéis sin dar fruto.»
Aquellos, pues, que no llegan a realizar lo que hizo Pablo, trabajando con sus
manos para procurar su propio alimento, reciban la leche de sus ovejas y
sustenten con ella sus necesidades, pero no olviden tampoco las necesidades de
sus rebaños. Que al anunciar el Evangelio no busquen en ello su propio interés,
como si trabajaran movidos por el deseo de remediar sus propias necesidades,
antes procuren hacerlo pensando en que deben iluminar a los hombres con la luz
de la verdad, tal como está escrito: Estén ceñidos vuestros lomos, y encendidas
vuestras lámparas; y también aquello otro: No se enciende una lámpara para
meterla bajo el celemín, sino para ponerla sobre el candelero, así alumbra a
todos los que están en la casa. Alumbre vuestra luz a los hombres para que,
viendo vuestras buenas obras, den gloria a vuestro Padre celestial.
Si, pues, enciendes una lámpara en tu casa, ¿no irás añadiendo aceite para que
no se apague? Y si la lámpara en la que has vertido ya aceite no ilumina,
¿acaso no la tendrás como indigna de estar colocada sobre el candelero y no la
romperás inmediatamente? Por tanto, en aquello mismo de donde sacamos nuestro
alimento para vivir nosotros, en aquello mismo debemos encontrar el amor con
que saciar a los demás. No como si el Evangelio fuera un bien rentable con cuyo
precio se pagara el alimento de los que lo anuncian. Si el Evangelio se
vendiera por este precio, se vendería, sin duda, una cosa de gran valor por un
precio vil y exiguo. El sustento para la propia vida se recibe del pueblo, el
don del Evangelio lo da el Señor. El pueblo no es, por tanto, capaz de pagar
debidamente a quienes, por amor, anuncian el Evangelio; y los predicadores no
deben esperar, como paga, otra cosa sino la salvación de quienes los escuchan.
¿Por qué, pues, son increpados los pastores y de qué se les reprende? Sin duda
de haber ido tras la leche de las ovejas y de haberse cubierto con su lana,
olvidando el bien de las ovejas. Buscaban, por tanto, sus intereses personales,
no los de Cristo Jesús.
RESPONSORIO 2Co 12, 14-15; Flp
2, 17
R. No busco
vuestros bienes, sino a vosotros mismos; pues no deben los hijos atesorar para
los padres, sino los padres para los hijos; yo gustosamente gastaré por
vosotros todo lo que tengo, * me
consumiré yo mismo todo entero por el bien de vuestras almas.
V. Y si mi sangre fuese derramada como libación
sobre el sacrificio y ofrenda de vuestra fe, me alegraría por ello.
R. Me consumiré yo mismo todo entero por el bien
de vuestras almas.
*Lecturas del Martes de la
24ª semana de Tiempo Ordinario*
Martes, 19
de septiembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo Evangelio según san Lucas
(7,11-17)*
En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naín, acompañado de
sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se
encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la
que acompañaba una gran muchedumbre.
Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: «No llores.»
Acercándose al ataúd, lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces
dijo Jesús: «Joven, yo te lo mando: levántate.»
Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo
entregó a su madre.
Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios,
diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.»
La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones
circunvecinas.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. De la mano de nuestros enemigos, líbranos, Señor.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
+Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. De la mano de nuestros enemigos,
líbranos, Señor.
PRECES
Dios nos otorga el gozo de poder alabarlo en este comienzo del
día, reavivando con ello nuestra esperanza. Invoquémosle, pues, diciendo:
Por el honor de tu nombre, escúchanos, Señor.
Dios y Padre de nuestro Salvador Jesucristo,
te damos gracias porque, por mediación de tu Hijo, nos has dado el conocimiento
y la inmortalidad.
Danos, Señor, un corazón humilde
para que vivamos sujetos unos a otros en el temor de Cristo.
Infunde tu Espíritu en nosotros, tus siervos,
para que nuestro amor fraterno sea sin fingimiento.
Tú que has dispuesto que el hombre dominara el mundo con su esfuerzo,
haz que nuestro trabajo te glorifique y santifique a nuestros hermanos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Ya que Dios nos muestra siempre su amor de Padre, velando amorosamente por
nosotros, nos atrevemos a decir:
Padre nuestro...
ORACION
Aumenta, Señor, nuestra fe, para que esta alabanza que brota de
nuestro corazón vaya siempre acompañada de frutos de vida eterna. Por nuestro
Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: TÚ QUE ERES CRISTO, EL ESPLENDOR Y EL DÍA.
Tú que eres, Cristo, el esplendor y el día,
y de la noche ahuyentas las tinieblas,
Luz de Luz que a tus fieles
cual luz te manifiestas,
te pedimos, Señor, humildemente
esta noche que estés de centinela,
en ti hallemos reposo
y la paz nos concedas.
Si se entregan al sueño nuestros ojos,
en ti vigile el corazón alerta,
y rogamos tus hijos,
Señor, que nos protejas.
Defensor nuestro, míranos, rechaza
al enemigo cruel que nos acecha
y, a quienes redimiste
con tu sangre, gobierna.
A ti, Cristo, Señor del universo,
y a ti, Padre, alabanza dondequiera,
y al Amor, por los siglos
loores. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha.
Salmo 136, 1-6 - JUNTO A LOS CANALES DE BABILONIA.
Junto a los canales de Babilonia
nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión;
en los sauces de sus orillas
colgábamos nuestras cítaras.
Allí los que nos deportaron
nos invitaban a cantar;
nuestros opresores, a divertirlos:
«Cantadnos un cantar de Sión.»
¡Cómo cantar un cántico del Señor
en tierra extranjera!
Si me olvido de ti, Jerusalén,
que se me paralice la mano derecha;
que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no pongo a Jerusalén
en la cumbre de mis alegrías.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Si me olvido de ti, Jerusalén, que
se me paralice la mano derecha.
Ant 2. Te doy gracias, Señor, delante de
los ángeles.
Salmo 137 - HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DE UN REY
Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre;
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.
Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.
El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.
Cuando camino entre peligros,
me conservas la vida;
extiendes tu izquierda contra la ira de mi enemigo,
y tu derecha me salva.
El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Te doy gracias, Señor, delante de
los ángeles.
Ant 3. Digno es el Cordero degollado de
recibir el honor y la gloria.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR Ap 4, 11; 5, 9-10. 12
Eres digno, Señor Dios nuestro, de recibir la gloria,
el honor y el poder,
porque tú has creado el universo;
porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.
Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,
porque fuiste degollado
y por tu sangre compraste para Dios
hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes
y reinan sobre la tierra.
Digno es el Cordero degollado
de recibir el poder, la riqueza y la sabiduría,
la fuerza y el honor, la gloria y la alabanza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Digno es el Cordero degollado de
recibir el honor y la gloria.
LECTURA BREVE Col 3, 16
Que la palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza; enseñaos
unos a otros con toda sabiduría; exhortaos mutuamente. Cantad a Dios, dadle
gracias de todo corazón, con salmos, himnos y cánticos inspirados.
RESPONSORIO BREVE
V. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
R. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
V. De alegría perpetua a tu derecha.
R. En tu presencia, Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Haz, Señor, obras grandes por nosotros, porque tú eres poderoso y
tu nombre es santo.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Haz, Señor, obras grandes por
nosotros, porque tú eres poderoso y tu nombre es santo.
PRECES
Invoquemos a Cristo, que da fuerza y poder a su pueblo, diciendo:
Señor, escúchanos.
Cristo, fortaleza nuestra, concede a todos tus fieles, a quienes has llamado a
la luz de tu verdad,
que tengan siempre fidelidad y constancia.
Haz, Señor, que los que gobiernan el mundo lo hagan conforme a tu querer,
y que sus decisiones vayan encaminadas a la consecución de la paz.
Tú que con cinco panes saciaste a la multitud,
enséñanos a socorrer con nuestros bienes a los hambrientos.
Que los que tienen en su mano los destinos de los pueblos no cuiden sólo del
bienestar de su nación,
sino que piensen también en los otros pueblos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Cuando vengas en tu día a ser glorificado en los santos,
da a nuestros hermanos difuntos la resurrección y la vida feliz.
Todos juntos, en familia, repitamos las palabras que nos enseñó Jesús, y oremos
al Padre diciendo:
Padre nuestro...
ORACION
Puestos en oración ante ti, Señor, imploramos tu clemencia y te
pedimos que nuestras palabras concuerden siempre con los sentimientos de
nuestro corazón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina
contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL MARTES 19 DE SEPTIEMBRE 2023
*Lecturas del Martes de la
24ª semana de Tiempo Ordinario*
Martes, 19 de septiembre de 2023
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a
Timoteo (3,1-13):
Es cierto que aspirar al cargo de obispo es aspirar a una excelente función.
Por lo mismo, es preciso que el obispo sea irreprochable, que no se haya casado
más que una vez; que sea sensato, prudente, bien educado, digno, hospitalario,
hábil para enseñar; no dado al vino ni a la violencia, sino comprensivo,
enemigo de pleitos y no ávido de dinero; que sepa gobernar bien su propia casa
y educar dignamente a sus hijos. Porque, ¿cómo podrá cuidar de la Iglesia de
Dios quien no sabe gobernar su propia casa? No debe ser recién convertido, no
sea que se llene de soberbia y sea por eso condenado como el demonio. Es
necesario que los no creyentes tengan buena opinión de él, para que no caiga en
el descrédito ni en las redes del demonio. Los diáconos deben, asimismo, ser
respetables y sin doblez, no dados al vino ni a negocios sucios; deben
conservar la fe revelada con una conciencia limpia. Que se les ponga a prueba
primero y luego, si no hay nada que reprocharles, que ejerzan su oficio de
diáconos. Las mujeres deben ser igualmente respetables, no chismosas, juiciosas
y fieles en todo. Los diáconos, que sean casados una sola vez y sepan gobernar
bien a sus hijos y su propia casa. Los que ejercen bien el diaconado alcanzarán
un puesto honroso y gran autoridad para hablar de la fe que tenemos en Cristo
Jesús.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 100
R/. Danos, Señor, tu bondad y tu justicia
Voy a cantar la bondad y la justicia;
para ti, Señor, tocaré mi música.
Voy a explicar el camino perfecto.
¿Cuándo vendrás a mí? R/.
Quiero proceder en mi casa con recta conciencia.
No quiero ocuparme de asuntos indignos,
aborrezco las acciones criminales. R/.
Al que en secreto difama a su prójimo
lo haré callar;
al altanero y al ambicioso
no los soportaré. R/.
Escojo a gente de fiar
para que vivan conmigo;
el que sigue un camino perfecto
será mi servidor. R/.
*Lecturas del Martes de la
24ª semana de Tiempo Ordinario*
Martes, 19
de septiembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo Evangelio según san Lucas
(7,11-17)*
En aquel tiempo, se dirigía Jesús a una población llamada Naín, acompañado de
sus discípulos y de mucha gente. Al llegar a la entrada de la población, se
encontró con que sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de una viuda, a la
que acompañaba una gran muchedumbre.
Cuando el Señor la vio, se compadeció de ella y le dijo: «No llores.»
Acercándose al ataúd, lo tocó y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces
dijo Jesús: «Joven, yo te lo mando: levántate.»
Inmediatamente el que había muerto se levantó y comenzó a hablar. Jesús se lo
entregó a su madre.
Al ver esto, todos se llenaron de temor y comenzaron a glorificar a Dios,
diciendo: «Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.»
La noticia de este hecho se divulgó por toda Judea y por las regiones
circunvecinas.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Al
verla el Señor, le dio lástima y le dijo: «No llores.»).
*El Señor
viene a consolarme porque me paso más tiempo lamentándome, que buscando la
manera de sonreír, me preocupo más por estar triste, que por estar alegre. La
compasión es la respuesta que el Señor da a mi sufrimiento. Hoy el Señor con
esta palabra viene a curar, a liberar y a devolverme la garantía de la vida. El
Señor me invita a dejarlo tocar mis heridas, me dice «No llores» porque todos
los día, el me regala un día nuevo, lo que tengo es que aprender que: Si hoy
escucháis la voz del Señor que no endurecías mi corazón, que luche por lo que
quiero y si lo que quiero es ser un cristiano, entonces me toca mantener el
testimonio de Jesús*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
domingo, 17 de septiembre de 2023
LUCAS 7,1-10 CICLO A
*Lecturas del Lunes de la
24ª semana del Tiempo Ordinario*
Lunes, 18
de septiembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo Evangelio según san Lucas (7,1-10)*
En aquel tiempo, cuando terminó Jesús de hablar a la gente, entró en Cafarnaum.
Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado, a quien estimaba
mucho. Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, para
rogarle que fuera a curar a su criado.
Ellos presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: «Merece que se lo
concedas porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga.»
Jesús se fue con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le
envió a unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes; no soy yo quién para que
entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente.
Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo
disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: "ve", y
va; al otro: "ven", y viene; y a mi criado: "haz esto", y
lo hace.»
Al oír esto, Jesús se admiró de él, y, volviéndose a la gente que lo seguía,
dijo: «Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe.»
Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Ni
en Israel he encontrado tanta fe »).
*Hay cosas que debo aprender del centurión. El
entendió claramente que el Señor, tiene todo el dominio y el poder en esta
tierra, y que no hay nada imposible para el Señor, que el Señor, está muy por
encima de todas debilidades humanas. Algunas preguntas cruzan por mi mente,
¿Cómo es mi amor con las personas cercanas a mí? Segundo, pido a las personas
que intercedan por mí en la oración, no debo dar permiso a la duda que entre
dentro de mi cabeza, y también que confié en el Señor plenamente, porque el
amor y la intercesión, me darán como regalo la fe*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL LUNES 18
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
*LUNES SEMANA
IV*
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo
con cantos.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Demos vítores al Señor, aclamándolo
con cantos.
Himno: SEÑOR, COMO QUISIERA.
Señor, cómo quisiera
en cada aurora aprisionar el día,
y ser tu primavera
en gracia y alegría,
y crecer en tu amor más todavía.
En cada madrugada
abrir mi pobre casa, abrir la puerta,
el alma enamorada,
el corazón alerta,
y conmigo tu mano siempre abierta.
Ya despierta la vida
con su canción de ruidos inhumanos;
y tu amor me convida
a levantar mis manos
y a acariciarte en todos mis hermanos.
Hoy elevo mi canto
con toda la ternura de mi boca,
al que es tres veces santo,
a ti que eres mi Roca
y en quien mi vida toda desemboca. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Por la mañana, sácianos de tu misericordia, Señor.
Salmo 89 - BAJE A NOSOTROS LA BONDAD DEL SEÑOR
Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.
Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.
Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vigilia nocturna.
Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.
¡Cómo nos ha consumido tu cólera
y nos ha trastornado tu indignación!
Pusiste nuestras culpas ante ti,
nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,
y nuestros años se acabaron como un suspiro.
Aunque uno viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan.
¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,
quién ha sentido el peso de tu cólera?
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.
Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.
Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.
Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Por la mañana, sácianos de tu
misericordia, Señor.
Ant 2. Llegue la alabanza del Señor hasta
el confín de la tierra.
Cántico: CÁNTICO NUEVO AL DIOS VENCEDOR Y SALVADOR Is 42, 10-16
Cantad al Señor un cántico nuevo,
llegue su alabanza hasta el confín de la tierra;
muja el mar y lo que contiene,
las islas y sus habitantes;
alégrese el desierto con sus tiendas,
los cercados que habita Cadar;
exulten los habitantes de Petra,
clamen desde la cumbre de las montañas;
den gloria al Señor,
anuncien su alabanza en las islas.
El Señor sale como un héroe,
excita su ardor como un guerrero,
lanza el alarido,
mostrándose valiente frente al enemigo.
«Desde antiguo guardé silencio,
me callaba y aguantaba;
mas ahora grito como la mujer cuando da a luz,
jadeo y resuello.
Agostaré montes y collados,
secaré toda su hierba,
convertiré los ríos en yermo,
desecaré los estanques;
conduciré a los ciegos
por el camino que no conocen,
los guiaré por senderos que ignoran.
Ante ellos convertiré la tiniebla en luz,
lo escabroso en llano.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Llegue la alabanza del Señor hasta
el confín de la tierra.
Ant 3. Alabad el nombre del Señor, los que
estáis en la casa del Señor.
Salmo 134, 1-12 - HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS
Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.
Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.
Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.
Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.
Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
-en medio de ti, Egipto-
contra el Faraón y sus ministros.
Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Alabad el nombre del Señor, los que
estáis en la casa del Señor.
LECTURA BREVE Jdt 8, 21b-23
Recordad que Dios ha querido probarnos como a nuestros padres. Recordad lo que
hizo con Abraham, las pruebas por que hizo pasar a Isaac, lo que aconteció a
Jacob. Como les puso a ellos en el crisol para sondear sus corazones, así el
Señor nos hiere a nosotros, los que nos acercamos a él, no para castigarnos,
sino para amonestarnos.
RESPONSORIO BREVE
V. Aclamad, justos, al Señor, que merece la alabanza de los buenos.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la
alabanza de los buenos.
V. Cantadle un cántico nuevo.
R. Que merece la alabanza de los buenos.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Aclamad, justos, al Señor, que merece la
alabanza de los buenos.
V. Señor, Dios nuestro, restáuranos.
R. Haz brillar tu rostro sobre nosotros
y sálvanos.
PRIMERA LECTURA
Del libro del profeta Isaías 48, 12-21; 49, 9b-13
EL NUEVO ÉXODO
Esto dice el Señor:
«Escúchame, Jacob, Israel, a quien
llamé: Yo soy, yo soy el primero y yo soy el último. Mi mano cimentó la tierra,
mi diestra extendió el cielo; cuando yo los llamo, se presentan juntos.
Reuníos todos y escuchad: ¿Quién de
ellos lo ha predicho? Mi amigo cumplirá mi voluntad sobre Babilonia y la raza
de los caldeos.
Yo mismo, yo he hablado y yo lo he
llamado, lo he traído y he dado éxito a su empresa. Acercaos y escuchad esto:
No hago predicciones en secreto, y, desde que sucede, allí estoy yo.»
Y ahora el Señor Dios me ha enviado con
su Espíritu. Así dice el Señor, tu redentor, el Santo de Israel:
«Yo, el Señor, tu Dios, te enseño lo que
es para tu provecho, te guío por el camino por donde debes ir. Si hubieras
atendido a mis mandatos sería tu paz como un río, tu justicia como las olas del
mar; tu raza sería numerosa como la arena, como sus granos los vástagos de tus
entrañas; tu nombre no sería aniquilado ni destruido ante mí.»
¡Salid de Babilonia, huid de los
caldeos! Anunciad con voz de júbilo, anunciadlo y proclamadlo: publicadlo hasta
el confín de la tierra. Decid: «El Señor ha rescatado a su siervo Jacob.» No
pasaron sed cuando los guió por la estepa, hizo brotar agua de la roca, hendió
la roca y manó agua.
Por los caminos pastarán, tendrán
praderas en todas las dunas; no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el
bochorno ni el sol; porque los conduce el Compasivo y los guía a manantiales de
agua. Convertiré mis montes en caminos y mis senderos se nivelarán.
Miradlos venir de lejos; miradlos, del
norte y del poniente, y los otros del país de Siene. Exulta, cielo, goce la
tierra, romped a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se
compadecerá de los desamparados.
RESPONSORIO Sal 95, 11; Is 49, 13; Sal 71, 7
R. Alégrese el cielo, goce la tierra,
romped a cantar, montañas, porque el Señor, nuestro Dios, va a venir * y se
compadecerá de los desamparados.
V. En sus días florecerá la justicia y
abundará la paz.
R. Y se compadecerá de los desamparados.
SEGUNDA LECTURA
Del Comentario de san Ambrosio, obispo, sobre el evangelio de san Lucas
(Libro 2, 19. 22-23. 26-27: CCL 14, 39-42)
VISITACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
Cuando el ángel reveló a María los misterios
recónditos de Dios, para fortificar la fe con un ejemplo, habló a la Virgen de
la maternidad de una mujer ya anciana y estéril; con ello le quiso demostrar
que para Dios no hay nada imposible.
Al oír María este anuncio, llena de gozo
y sin demora, partió hacia las montañas, no porque dudara de las palabras del
ángel ni porque estuviera incierta de la veracidad del hecho ni porque vacilara
ante la realidad del ejemplo, sino porque se sentía impulsada por el deseo de
cumplir un deber de piedad, anhelante de prestar sus servicios y presurosa por
la intensidad de su alegría.
Llena ya totalmente de Dios, ¿a dónde
podía dirigirse María con prisa sino hacia las alturas? En efecto, la gracia
del Espíritu Santo ignora la lentitud. Los beneficios de María y los dones de
la presencia del Señor se manifestaron en seguida, pues, así que Isabel oyó el
saludo de María, su criatura saltó de gozo en su seno y ella quedó llena del
Espíritu Santo.
Considera la precisión y exactitud de
cada una de las palabras: Isabel fue la primera en oír la voz, pero Juan fue el
primero en experimentar la gracia, porque Isabel escuchó según las facultades
de la naturaleza, pero Juan, en cambio, se alegró a causa del misterio. Isabel
sintió la proximidad de María, Juan la del Señor; la mujer oyó la salutación de
la mujer, el hijo sintió la presencia del Hijo; ellas proclaman la gracia,
ellos, viviéndola interiormente, logran que sus madres se aprovechen de este
don hasta tal punto que, con un doble milagro, ambas empiezan a profetizar por
inspiración de sus propios hijos.
El niño saltó de gozo y la madre fue
llena del Espíritu Santo, pero no fue enriquecida la madre antes que el hijo,
sino que, después que fue repleto el hijo, quedó también colmada la madre. Juan
salta de gozo y María se alegra en su espíritu. En el momento que Juan salta de
gozo, Isabel se llena del Espíritu, pero, sí observas bien, de María no se dice
que fuera llena del Espíritu, sino que se afirma únicamente que se alegró en su
espíritu (pues en ella actuaba ya el Espíritu de una manera incomprensible); en
efecto: Isabel fue llena del Espíritu después de concebir; María, en cambio, lo
fue ya antes de concebir, porque de ella se dice: Dichosa tú que has creído.
Pero también vosotros sois dichosos
porque habéis oído y creído, pues todo el que cree, como María, concibe y da a
luz al Verbo de Dios y proclama sus obras.
Que resida, pues, en todos el alma de
María, y que esta alma proclame la grandeza del Señor; que resida en todos el
espíritu de María, y que este espíritu se alegre en Dios; porque, si bien según
la carne hay sólo una madre de Cristo, según la fe Cristo es fruto de todos
nosotros, pues todo aquel que se conserva puro y vive alejado de los vicios,
guardando íntegra la castidad, puede concebir en sí la Palabra de Dios.
El que alcanza, pues, esta perfección
proclama, como María, la grandeza del Señor y siente que su espíritu, también
como el de María, se alegra en Dios, su salvador; así se afirma también en otro
lugar: Proclamad conmigo la grandeza del Señor.
El Señor es engrandecido ciertamente,
pero no en el sentido de que reciba por medio de nuestras palabras algo que a
él le faltaba, sino porque con estas palabras él queda engrandecido en
nosotros. En efecto, porque Cristo es la imagen de Dios, cuando alguien actúa
con piedad y con justicia engrandece la imagen de Dios -pues todo hombre ha
sido creado a su imagen y semejanza- y, al engrandecer esta imagen, también él
queda engrandecido por una mayor participación de la grandeza divina.
RESPONSORIO Lc 1, 45. 46; Sal 65, 16
R. Dichosa tú que has creído, porque lo
que te ha dicho el Señor se cumplirá. Y dijo María: * «Proclama mi alma la
grandeza del Señor.»
V. Venid a escuchar, os contaré lo que
Dios ha hecho conmigo.
R. Proclama mi alma la grandeza del
Señor.
*Lecturas del Lunes de la
24ª semana del Tiempo Ordinario*
Lunes, 18
de septiembre de 2023
Evangelio
*Lectura del santo Evangelio según san Lucas (7,1-10)*
En aquel tiempo, cuando terminó Jesús de hablar a la gente, entró en Cafarnaum.
Un centurión tenía enfermo, a punto de morir, a un criado, a quien estimaba
mucho. Al oír hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los judíos, para
rogarle que fuera a curar a su criado.
Ellos presentándose a Jesús, le rogaban encarecidamente: «Merece que se lo
concedas porque tiene afecto a nuestro pueblo y nos ha construido la sinagoga.»
Jesús se fue con ellos. No estaba lejos de la casa, cuando el centurión le
envió a unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes; no soy yo quién para que
entres bajo mi techo; por eso tampoco me creí digno de venir personalmente.
Dilo de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo
disciplina y tengo soldados a mis órdenes, y le digo a uno: "ve", y
va; al otro: "ven", y viene; y a mi criado: "haz esto", y
lo hace.»
Al oír esto, Jesús se admiró de él, y, volviéndose a la gente que lo seguía,
dijo: «Os digo que ni en Israel he encontrado tanta fe.»
Y al volver a casa, los enviados encontraron al siervo sano.
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y
redimido a su pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bendito sea el Señor, Dios de
Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
PRECES
Ya que Cristo escucha y salva a cuantos en él se refugian,
acudamos a él diciendo:
Escúchanos, Señor.
Te damos gracias, Señor, por el gran amor con que nos amaste;
continúa mostrándote con nosotros rico en misericordia.
Tú que con el Padre sigues actuando siempre en el mundo,
renueva todas las cosas con la fuerza de tu Espíritu.
Abre nuestros ojos y los de nuestros hermanos
para que podamos contemplar hoy tus maravillas.
Ya que nos llamas hoy a tu servicio,
haz que seamos buenos administradores de tu multiforme gracia en favor de
nuestros hermanos.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Acudamos a Dios Padre, tal como nos enseñó Jesucristo:
Padre nuestro...
ORACION
Señor Dios, que encomendaste al hombre la guarda y el cultivo de
la tierra, y creaste la luz del sol en su servicio, concédenos hoy que, con tu
ayuda, trabajemos sin desfallecer para tu gloria y para el bien de nuestro
prójimo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la
unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: YA NO TEMO, SEÑOR, LA TRISTEZA
Ya no temo, Señor, la tristeza,
ya no temo, Señor, la soledad;
porque eres, Señor, mi alegría,
tengo siempre tu amistad.
Ya no temo, Señor, a la noche,
ya no temo, Señor, la oscuridad;
porque brilla tu luz en las sombras,
ya no hay noche, tú eres luz.
Ya no temo, Señor, los fracasos,
ya no temo, Señor, la ingratitud;
porque el triunfo, Señor, en la vida,
tú lo tienes, tú lo das.
Ya no temo, Señor, los abismos,
ya no temo, Señor, la inmensidad;
porque eres, Señor, el camino
y la vida, la verdad. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Dad gracias al Señor, porque es eterna su misericordia.
Salmo 135 I - HIMNO A DIOS POR LAS MARAVILLAS DE LA CREACIÓN Y DEL
ÉXODO.
Dad gracias al Señor porque es bueno:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios de los dioses:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Señor de los señores:
porque es eterna su misericordia.
Sólo él hizo grandes maravillas:
porque es eterna su misericordia.
Él hizo sabiamente los cielos:
porque es eterna su misericordia.
El afianzó sobre las aguas la tierra:
porque es eterna su misericordia.
Él hizo lumbreras gigantes:
porque es eterna su misericordia.
El sol que gobierna el día:
porque es eterna su misericordia.
La luna que gobierna la noche:
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dad gracias al Señor, porque es
eterna su misericordia.
Ant 2. Grandes y maravillosas son tus
obras, Señor, Dios omnipotente.
Salmo 135 II
El hirió a Egipto en sus primogénitos:
porque es eterna su misericordia.
Y sacó a Israel de aquel país:
porque es eterna su misericordia.
Con mano poderosa, con brazo extendido:
porque es eterna su misericordia.
Él dividió en dos partes el mar Rojo:
porque es eterna su misericordia.
Y condujo por en medio a Israel:
porque es eterna su misericordia.
Arrojó en el mar Rojo al Faraón:
porque es eterna su misericordia.
Guió por el desierto a su pueblo:
porque es eterna su misericordia.
Él hirió a reyes famosos:
porque es eterna su misericordia.
Dio muerte a reyes poderosos:
porque es eterna su misericordia.
A Sijón, rey de los amorreos:
porque es eterna su misericordia.
Y a Hog, rey de Basán:
porque es eterna su misericordia.
Les dio su tierra en heredad:
porque es eterna su misericordia.
En heredad a Israel, su siervo:
porque es eterna su misericordia.
En nuestra humillación se acordó de nosotros:
porque es eterna su misericordia.
Y nos libró de nuestros opresores:
porque es eterna su misericordia.
Él da alimento a todo viviente:
porque es eterna su misericordia.
Dad gracias al Dios del cielo:
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grandes y maravillosas son tus
obras, Señor, Dios omnipotente.
Ant 3. Dios proyectó hacer que todas las
cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios proyectó hacer que todas las
cosas tuviesen a Cristo por cabeza, cuando llegase el momento culminante.
LECTURA BREVE 1Ts 3, 12-13
Que el Señor os haga aumentar y rebosar en amor de unos con otros y con todos,
así como os amamos nosotros, para que conservéis vuestros corazones intachables
en santidad ante Dios, Padre nuestro, cuando venga nuestro Señor Jesucristo con
todos sus santos.
RESPONSORIO BREVE
V. Suba, Señor, a ti mi oración.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
V. Como incienso en tu presencia.
R. A ti mi oración.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Suba, Señor, a ti mi oración.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios mío.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Proclame mi alma tu grandeza, Dios
mío.
PRECES
Llenos de confianza en el Señor Jesús que no abandona nunca a los
que se acogen a él, invoquémosle diciendo:
Escúchanos, Señor, Dios nuestro.
Señor Jesucristo, tú eres nuestra luz; ilumina a tu Iglesia
para que proclame a todas las naciones el gran misterio de piedad manifestado
en tu encarnación.
Guarda a los sacerdotes y ministros de la Iglesia,
y haz que con su palabra y su ejemplo edifiquen tu pueblo santo.
Tú que, por tu sangre, pacificaste el mundo,
aparta de nosotros el pecado de discordia y el azote de la guerra.
Ayuda, Señor, a los que uniste con la gracia del matrimonio,
para que su unión sea efectivamente signo del misterio de la Iglesia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Concede, por tu misericordia, a todos los difuntos el perdón de sus faltas,
para que sean contados entre tus elegidos.
Unidos a Jesucristo, supliquemos ahora al Padre con la oración de los hijos de
Dios:
Padre nuestro...
ORACION
Quédate con nosotros, Señor Jesús, porque el día ya se acaba; sé
nuestro compañero de camino, levanta nuestros corazones, reanima nuestra
esperanza; así nosotros, junto con nuestros hermanos, podremos reconocerte en
las Escrituras y en la fracción del pan. Tú que vives y reinas con el Padre en
la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.