Musica Para el Alma
miércoles, 29 de marzo de 2023
JUAN 8,51-59 CICLO A
*Lecturas del Jueves de la
5ª semana de Cuaresma*
Jueves, 30
de marzo de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(8,51-59)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a los
judíos:
«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para
siempre».
Los judíos le dijeron:
«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también,
¿y tú dices: “Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre”? ¿Eres
tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron,
¿por quién te tienes?».
Jesús contestó:
«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me
glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo
conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco” sería, como vosotros,
un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre,
saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron:
«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?».
Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy».
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del
templo.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
«En
verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para
siempre».
*Nos
impresiona la vehemencia de estas conversaciones entre Jesús y los judíos. Se
parecen a debates a gritos, con serias acusaciones presentes. Sin embargo,
Jesús se muestra aquí muy fortalecido, porque está hablando sobre lo que Él es,
y sobre su relación con el Padre. Reclama firmemente su identidad, e insiste
que sería un mentiroso si dijera que no conoce al Padre. ¿Cuán importante es
todo esto para mí? ¿Considero que es vital que Jesús sea el Hijo de Dios, y qué
diferencia habría si descubro que Él no lo es? Jesús
insiste que el mismo Abraham se regocijó de verlo, pues en Él se cumplían todas
las promesas incluidas en el Antiguo Testamento*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL JUEVES 30
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO DE CUARESMA
JUEVES
DE LA SEMANA V
Propio del Tiempo. Salterio I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. A Cristo el Señor que por nosotros fue tentado y por nosotros murió venid
y adorémosle»
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A Cristo el Señor que por nosotros fue tentado y por nosotros murió venid
y adorémosle»
Himno: PASTOR QUE CON TUS SILBOS AMOROSOS.
Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño:
tú, que hiciste cayado de ese leño
en que tiendes los brazos poderosos,
vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño
y la palabra de seguir te empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, Pastor, pues por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres.
Espera, pues, y escucha mis cuidados.
Pero ¿cómo te digo que me esperes,
si estás, para esperar, los pies clavados? Amén.
SALMODIA
Ant 1. Despertad, cítara y arpa; despertaré a
la aurora.
Salmo 56 - ORACIÓN MATUTINA DE UN
AFLIGIDO.
Misericordia, Dios mío, misericordia,
que mi alma se refugia en ti;
me refugio a la sombra de tus alas
mientras pasa la calamidad.
Invoco al Dios Altísimo,
al Dios que hace tanto por mí:
desde el cielo me enviará la salvación,
confundirá a los que ansían matarme,
enviará su gracia y su lealtad.
Estoy echado entre leones
devoradores de hombres;
sus dientes son lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Han tendido una red a mis pasos
para que sucumbiera;
me han cavado delante una fosa,
pero han caído en ella.
Mi corazón está firme, Dios mío,
mi corazón está firme.
Voy a cantar y a tocar:
despierta, gloria mía;
despertad, cítara y arpa;
despertaré a la aurora.
Te daré gracias ante los pueblos, Señor;
tocaré para ti ante las naciones:
por tu bondad, que es más grande que los cielos;
por tu fidelidad, que alcanza a las nubes.
Elévate sobre el cielo, Dios mío,
y llene la tierra tu gloria.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Despertad, cítara y arpa; despertaré a la aurora.
Ant 2. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.
Cántico: FELICIDAD DEL PUEBLO REDIMIDO Jr
31, 10-14
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño;
porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor:
hacia el trigo y el vino y el aceite,
y los rebaños de ovejas y de vacas;
su alma será como un huerto regado,
y no volverán a desfallecer.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas;
alimentaré a los sacerdotes con manjares sustanciosos,
y mi pueblo se saciará de mis bienes.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Mi pueblo se saciará de mis bienes», dice el Señor.
Ant 3. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
Salmo 47 - HIMNO A LA GLORIA DE JERUSALÉN
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra:
el monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar.
Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos;
allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis.
Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre.
¡Oh Dios!, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, ¡oh Dios!, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia:
el monte Sión se alegra,
las ciudades de Judá se gozan
con tus sentencias.
Dad la vuelta en torno a Sión,
contando sus torreones;
fijaos en sus baluartes,
observad sus palacios,
para poder decirle a la próxima generación:
«Este es el Señor, nuestro Dios.»
Él nos guiará por siempre jamás.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Grande es el Señor y muy digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios.
LECTURA BREVE Hb 2, 9b-10
Vemos a Jesús coronado de gloria y de honor por haber padecido la muerte. Así,
por amorosa dignación de Dios, gustó la muerte en beneficio de todos. Pues como
quisiese Dios, por quien y para quien son todas las cosas, llevar un gran
número de hijos a la gloria, convenía ciertamente que perfeccionase por medio
del sufrimiento al que iba a guiarlos a la salvación.
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. El
que medita la ley del Señor.
R. Da
fruto a su tiempo.
PRIMERA LECTURA AÑO (I)
De la carta a los Hebreos
12, 1-13
CON CRISTO A LA CABEZA, CORRAMOS LA CARRERA QUE SE NOS PROPONE
Hermanos: Teniendo en torno
nuestro tan grande nube de testigos, después de habernos despojado de todo el
peso y del equipaje que nos distraía, corramos también nosotros con firmeza y
constancia la carrera para nosotros preparada. Llevemos los ojos fijos en
Jesús, caudillo y consumador de la fe, quien, para ganar el gozo que se le
ofrecía, sufrió con toda constancia la cruz, pasando por encima de su
ignominia; y está sentado a la diestra del trono de Dios.
Considerad la constancia de
quien soportó tal hostilidad de parte de los pecadores; así no decaeréis de
ánimo, agotados por el esfuerzo. Vosotros no habéis resistido aún hasta el
derramamiento de sangre en vuestra lucha contra el pecado.
Os habéis olvidado de las
palabras de aliento con que se dirige Dios a vosotros, como a hijos suyos: «Hijo
mío, no mires con desdén la corrección con que el Señor te educa y no te
desalientes cuando seas por él amonestado, porque el Señor corrige a los que
ama y azota a todo el que por hijo acoge.»
Si sufrís, es para vuestra
propia corrección. Dios os trata como a hijos, y ¿qué hijo no es corregido por
su padre? Si no os alcanzara la disciplina y corrección por las que todos han
pasado, sería señal de que Dios os tiene por hijos bastardos, no legítimos. Por
otra parte, si respetábamos a nuestros padres según la carne cuando nos
corregían, con cuánta mayor razón nos hemos de someter al Padre de nuestros
espíritus para conseguir la vida. Y en verdad, aquéllos nos educaban y
corregían para poco tiempo y según les parecía bien; Dios, en cambio, para
nuestro mayor bien, en orden a hacernos participantes de su santidad.
Ninguna corrección parece,
de momento, cosa agradable, sino aflictiva; mas luego produce frutos de paz y
de santidad a quienes en ella se ejercitan. Por eso, levantad vuestras manos
abatidas, enderezad vuestras rodillas vacilantes y trazad rectos senderos para
vuestros pies, para que los cojos no sufran una dislocación, sino que se curen.
RESPONSORIO Hb 12, 2; Flp 2, 8
R. Jesús,
caudillo y consumador de la fe, para ganar el gozo que se le ofrecía, sufrió
con toda constancia la cruz, pasando por encima de su ignominia; * y está
sentado a la diestra del trono de Dios.
V. Se
rebajó hasta someterse incluso a la muerte.
R. y
está sentado a la diestra del trono de Dios.
SEGUNDA LECTURA
De la Constitución dogmática Lumen
gentium, sobre la Iglesia, del Concilio Vaticano segundo
(Núm. 9)
LA IGLESIA, SACRAMENTO VISIBLE DE LA
UNIDAD SALUTÍFERA
Mirad que llegan días —oráculo del Señor— en que haré con la casa de Israel y
la casa de Judá una alianza nueva. Pondré mi ley en su pecho, la escribiré en
sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Porque todos me
conocerán, desde el pequeño al grande —oráculo del Señor—.
Pacto nuevo que estableció Cristo, es decir, el nuevo Testamento en su sangre,
convocando un pueblo de entre los judíos y los gentiles, que se condensara en
unidad no según la carne, sino en el Espíritu, y constituyera un nuevo pueblo
de Dios.
Pues los que creen en Cristo -renacidos de germen no corruptible, sino
incorruptible, por la palabra de Dios vivo, no de la carne, sino del agua y del
Espíritu Santo- son hechos por fin linaje escogido, sacerdocio regio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios; aquellos que en otro tiempo no eran pueblo y
son ahora pueblo de Dios.
Ese pueblo mesiánico tiene por cabeza a Cristo, que fue entregado a la muerte
por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación y, habiendo
conseguido un nombre que está sobre todo nombre, reina ahora gloriosamente en
los cielos.
Poseen los que forman este pueblo la dignidad y libertad de los hijos de Dios,
y en sus corazones habita el Espíritu Santo como en un templo.
Tienen por ley el mandato de amar como el mismo Cristo nos amó.
Tiene, últimamente, este pueblo como fin la dilatación del reino de Dios,
incoado por el mismo Dios en la tierra, hasta que sea consumado por él mismo al
fin de los tiempos, cuando se manifieste Cristo, nuestra vida, y la creación
misma se vea liberada de la esclavitud de la corrupción para entrar en la
libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Aquel pueblo mesiánico, por tanto, aunque de momento no contenga a todos los
hombres y muchas veces aparezca como una pequeña grey, es, sin embargo, el
germen firmísimo de unidad, de esperanza y de salvación para todo el género
humano.
Constituido por Cristo en orden a la comunión de vida, de caridad y de verdad,
es empleado también por él como instrumento de la redención universal y es
enviado a todo el mundo como luz del mundo y sal de la tierra.
Así como el pueblo de Israel según la carne, cuando peregrinaba por el
desierto, fue llamado ya alguna vez Iglesia de Dios, así el nuevo Israel, que
va avanzando en este mundo hacia la ciudad futura y permanente, es llamado
también Iglesia de Cristo, porque él la adquirió con su sangre, la llenó de su
Espíritu y la proveyó de medios aptos para una unión visible y social.
La congregación de todos los creyentes, que miran a Jesús como autor de la
salvación y principio de la unidad y de la paz, es la Iglesia convocada y
constituida por Dios para que sea sacramento visible de esta unidad salutífera
para todos y cada uno.
RESPONSORIO 1Pe 2, 9.
10; Sal 32, 12
R. Vosotros sois pueblo adquirido por Dios; * vosotros que en otro tiempo no
erais pueblo sois ahora pueblo de Dios; vosotros que estabais excluidos de la
misericordia sois ahora objeto de la misericordia de Dios.
V. Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él se escogió como
heredad.
R. Vosotros que en otro tiempo no erais pueblo sois ahora pueblo de Dios;
vosotros que estabais excluidos de la misericordia sois ahora objeto de la
misericordia de Dios.
*Lecturas del Jueves de la
5ª semana de Cuaresma*
Jueves, 30
de marzo de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(8,51-59)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a los
judíos:
«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para
siempre».
Los judíos le dijeron:
«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también,
¿y tú dices: “Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre”? ¿Eres
tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron,
¿por quién te tienes?».
Jesús contestó:
«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me
glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo
conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco” sería, como vosotros,
un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre,
saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron:
«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?».
Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy».
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.
Palabra del Señor
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Decía Jesús a los judíos y a los
príncipes de los sacerdotes: «El que procede de Dios da oídos a las palabras de
Dios. Por eso no las escucháis vosotros, porque no sois de Dios.»
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU
PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Decía Jesús a los judíos y a los príncipes de los sacerdotes: «El que
procede de Dios da oídos a las palabras de Dios. Por eso no las escucháis
vosotros, porque no sois de Dios.»
PRECES
Glorifiquemos a Cristo, nuestro Señor,
que resplandece como luz del mundo para que siguiéndolo no caminemos en
tinieblas, sino que tengamos la luz de la vida, y digámosle:
*Que tu palabra, Señor, sea luz para
nuestros pasos*.
Cristo, amigo de los hombres, haz que sepamos progresar hoy en tu imitación,
para que lo que perdimos por culpa del primer Adán lo recuperemos en el
segundo.
Que tu palabra sea siempre luz en nuestro sendero,
para que, realizando siempre la verdad en el amor, hagamos crecer todas las
cosas en ti.
Enséñanos, Señor, a trabajar por el bien de todos los hombres,
para que así, por nuestra acción, la Iglesia ilumine a toda la sociedad humana.
Que por nuestra sincera conversión crezcamos en tu amistad
y expiemos las faltas cometidas contra tu bondad y tu sabiduría.
Se pueden añadir algunas intenciones
libres
Porque sabemos que somos hijos de Dios, llenos de confianza nos atrevemos a
decir:
Padre nuestro...
ORACION
Señor, atiende a nuestras súplicas y
concédenos tu protección, ya que hemos puesto toda nuestra esperanza en tu
misericordia; purifícanos de toda mancha de pecado y haz que nos mantengamos en
una vida santa, para que lleguemos a recibir la herencia que nos tienes
prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo
mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LECTURAS DEL JUEVES 30 DE MARZO 2023
*Lecturas del Jueves de la
5ª semana de Cuaresma*
Jueves, 30 de marzo de 2023
Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (17,3-9):
En aquellos días, Abrán cayó rostro en tierra y Dios le habló así:
«Por mi parte, esta es mi alianza contigo: serás padre de muchedumbre de
pueblos.
Ya no te llamarás Abrán, sino Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de
pueblos. Te haré fecundo sobremanera: sacaré pueblos de ti, y reyes nacerán de
ti.
Mantendré mi alianza contigo y con tu descendencia en futuras generaciones,
como alianza perpetua. Seré tú Dios y el de tus descendientes futuros. Os daré
a ti y a tu descendencia futura la tierra en que peregrinas, la tierra de
Canaán, como posesión perpetua, y seré su Dios».
El Señor añadió a Abrahán:
«Por tu parte, guarda mi alianza, tú y tus descendientes en sucesivas
generaciones».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 104,4-5.6-7.8-9
R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente
V/. Recurrid al Señor y a su poder,
buscad continuamente su rostro.
Recordad las maravillas que hizo,
sus prodigios, las sentencias de su boca. R/.
V/. ¡Estirpe de Abrahán, su siervo;
hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios,
él gobierna toda la tierra. R/.
V/. Se acuerda de su alianza eternamente,
de la palabra dada, por mil generaciones;
de la alianza sellada con Abrahán,
del juramento hecho a Isaac. R/.
*Lecturas del Jueves de la
5ª semana de Cuaresma*
Jueves, 30
de marzo de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(8,51-59)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a los
judíos:
«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para
siempre».
Los judíos le dijeron:
«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también,
¿y tú dices: “Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre”? ¿Eres
tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron,
¿por quién te tienes?».
Jesús contestó:
«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me
glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo
conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco” sería, como vosotros,
un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre,
saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron:
«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?».
Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy».
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del
templo.
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
«En
verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para
siempre».
*Nos
impresiona la vehemencia de estas conversaciones entre Jesús y los judíos. Se
parecen a debates a gritos, con serias acusaciones presentes. Sin embargo,
Jesús se muestra aquí muy fortalecido, porque está hablando sobre lo que Él es,
y sobre su relación con el Padre. Reclama firmemente su identidad, e insiste
que sería un mentiroso si dijera que no conoce al Padre. ¿Cuán importante es
todo esto para mí? ¿Considero que es vital que Jesús sea el Hijo de Dios, y qué
diferencia habría si descubro que Él no lo es? Jesús
insiste que el mismo Abraham se regocijó de verlo, pues en Él se cumplían todas
las promesas incluidas en el Antiguo Testamento*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
martes, 28 de marzo de 2023
JUAN 8,31-42 CICLO A
*Lecturas del Miércoles de
la 5ª semana de Cuaresma*
Miércoles,
29 de marzo de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(8,31-42)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:
«Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la
verdad, y la verdad os hará libres».
Le replicaron:
«Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú:
“Seréis libres”?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo
no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el
Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán;
sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo
hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le
habéis oído a vuestro padre».
Ellos replicaron:
«Nuestro padre es Abrahán».
Jesús les dijo:
«Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis
de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios; y eso no
lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre».
Le replicaron:
«Nosotros no somos hijos de prostitución; tenemos un solo padre: Dios».
Jesús les contestó:
«Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y he venido.
Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió».
Palabra del Señor
*Que la Paz del Señor llegue primero
a vuestros corazones antes que mis palabras*
(En
verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo).
*El Señor con esta palabra está buscando la manera
de hacernos entrar en razón, y encuentra en nosotros lo mismo de siempre el
afán por justificarnos, el afán de defendernos; y estamos tan distraído, tan
ocupados, que pensamos que el Señor no nos conoce, y el conoce hasta nuestros
pensamientos, él sabe que tenemos muchas cosas que nos esclavizan. Por eso
quiere que tengamos por herencia la libertad. La buena noticia es que el Señor
quiere liberarnos de la mentira, y de aquellas cosas que nos invitan a darle la
espalda al amor de Dios*.
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
LAS LAUDES Y LAS VISPERAS DEL MIERCOLES 29
*LAS LAUDES Y
LAS VISPERAS*
Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de
todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y
enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este
Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por
Cristo nuestro Señor. Amén
TIEMPO DE CUARESMA
MIÉRCOLES
DE LA SEMANA V
Propio del Tiempo. Salterio I
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVITATORIO
(Si Laudes no es la primera oración del día
se sigue el esquema del Invitatorio explicado en el Oficio de Lectura)
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Ant. A Cristo, el Señor, que por
nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. A Cristo, el Señor, que por
nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.
Himno: CUANDO VUELTO HACIA TI DE MI PECADO.
Cuando vuelto hacia ti de mi pecado
iba pensando en confesar sincero
el dolor desgarrado y verdadero
del delito de haberte abandonado;
cuando pobre volvime a ti humillado,
me ofrecí como inmundo pordiosero;
cuando, temiendo tu mirar severo,
bajé los ojos, me sentí abrazado.
Sentí mis labios por tu amor sellados
y ahogarse entre tus lágrimas divinas
la triste confesión de mis pecados.
Llenóse el alma en luces matutinas,
y, viendo ya mis males perdonados,
quise para mi frente tus espinas. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Salmo 35 - DEPRAVACIÓN DEL MALVADO Y BONDAD DE DIOS
El malvado escucha en su interior
un oráculo del pecado:
«No tengo miedo a Dios,
ni en su presencia.»
Porque se hace la ilusión de que su culpa
no será descubierta ni aborrecida.
Las palabras de su boca son maldad y traición,
renuncia a ser sensato y a obrar bien;
acostado medita el crimen,
se obstina en el mal camino,
no rechaza la maldad.
Señor, tu misericordia llega al cielo,
tu fidelidad hasta las nubes,
tu justicia hasta las altas cordilleras;
tus sentencias son como el océano inmenso.
Tú socorres a hombres y animales;
¡qué inapreciable es tu misericordia, oh Dios!;
los humanos se acogen a la sombra de tus alas;
se nutren de lo sabroso de tu casa,
les das a beber del torrente de tus delicias,
porque en ti está la fuente viva
y tu luz nos hace ver la luz.
Prolonga tu misericordia con los que te reconocen,
tu justicia con los rectos de corazón;
que no me pisotee el pie del soberbio,
que no me eche fuera la mano del malvado.
Han fracasado los malhechores;
derribados, no se pueden levantar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu luz, Señor, nos hace ver la luz.
Ant 2. Señor, tú eres grande, tu fuerza es
invencible.
Cántico: HIMNO A DIOS CREADOR DEL MUNDO Y PROTECTOR DE SU PUEBLO Jdt
16, 2-3. 15-19
¡Alabad a mi Dios con tambores,
elevad cantos al Señor con cítaras,
ofrecedle los acordes de un salmo de alabanza,
ensalzad e invocad su nombre!
porque el Señor es un Dios quebrantador de guerras,
su nombre es el Señor.
Cantaré a mi Dios un cántico nuevo:
Señor, tú eres grande y glorioso,
admirable en tu fuerza, invencible.
Que te sirva toda la creación,
porque tú lo mandaste y existió;
enviaste tu aliento y la construiste,
nada puede resistir a tu voz.
Sacudirán las olas los cimientos de los montes,
las peñas en tu presencia se derretirán como cera,
pero tú serás propicio a tus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Señor, tú eres grande, tu fuerza es
invencible.
Ant 3. Aclamad a Dios con gritos de
júbilo.
Salmo 46 - ENTRONIZACIÓN DEL DIOS DE ISRAEL
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor es sublime y terrible,
emperador de toda la tierra.
El nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
El nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad,
tocad para nuestro Rey, tocad.
Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.
Los príncipes de los gentiles se reúnen
con el pueblo del Dios de Abraham;
porque de Dios son los grandes de la tierra,
y él es excelso.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aclamad a Dios con gritos de
júbilo.
LECTURA BREVE Is 50, 5-7
El Señor me abrió el oído; yo no me resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda
a los que me golpeaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el
rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los
ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría
defraudado.
RESPONSORIO BREVE
V. Él me librará de la red del cazador.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Me cubrirá con su plumaje.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Él me librará de la red del cazador.
V. Convertíos
y haced penitencia.
R. Haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo.
V. Convertíos
y haced penitencia.
R. Haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo.
PRIMERA
LECTURA AÑO (I)
De la carta a los Hebreos 11, 32-40
EJEMPLO DE LOS SANTOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Hermanos: ¿Qué más voy a decir? Me va a faltar tiempo, si empiezo a hablar de
Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, de Samuel y de los profetas.
Todos ellos, por la fe, subyugaron reinos, ejercieron la justicia, alcanzaron
lo prometido, cerraron la boca de los leones, extinguieron la violencia del
fuego y escaparon al filo de la espada; se hicieron fuertes en su debilidad,
fueron valientes en el combate y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros.
Mujeres hubo que recuperaron con vida a sus hijos muertos.
Unos perecieron entre tormentos, rehusando la libertad por alcanzar una
gloriosa resurrección; otros sufrieron escarnios y azotes, sin que faltasen
cadenas y cárceles. Fueron apedreados, aserrados por medio, torturados;
murieron al filo de la espada, anduvieron fugitivos de una parte a otra,
vestidos de piel de oveja y de cabra, desprovistos de todo, oprimidos y
maltratados —no era el mundo digno de ellos—, y anduvieron errantes por
desiertos y montes, por cavernas y simas de la tierra.
Y ninguno de ellos alcanzó el cumplimiento de las promesas, aunque habían
recibido la aprobación de Dios por el testimonio de su fe. Dios había dispuesto
para nosotros algo mejor, de modo que sin nosotros no llegasen ellos a la
consumación en la gloria.
RESPONSORIO Cf. Hb 11, 39; cf. 12, 1; cf. Sir 44,
7. 10. 11
R. Todos éstos recibieron la aprobación de Dios
por el testimonio de su fe; en consecuencia, teniendo en torno nuestro tan
grande nube de testigos, * corramos
con constancia la carrera para nosotros preparada.
V. Todos éstos fueron la gloria de su tiempo; su
esperanza no se acabó, sus bienes perduran.
R. Corramos con constancia la carrera para
nosotros preparada.
SEGUNDA LECTURA
De los Comentarios de san Agustín, obispo, sobre los salmos
(Salmo 85, 1: CCL 39, 1176-1177)
JESUCRISTO ORA POR NOSOTROS, ORA EN NOSOTROS, Y AL MISMO TIEMPO ES A
ÉL A QUIEN DIRIGIMOS NUESTRA ORACIÓN
El mayor don que Dios podía conceder a los hombres es hacer que su Palabra, por
quien creó todas las cosas, fuera la cabeza de ellos, y unirlos a ella como
miembros suyos, de manera que el Hijo de Dios fuera también hijo de los
hombres, un solo Dios con el Padre, un solo hombre con los hombres; y así,
cuando hablamos con Dios en la oración, el Hijo está unido a nosotros, y,
cuando ruega el cuerpo del Hijo, lo hace unido a su cabeza; de este modo, el
único Salvador de su cuerpo, nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ora por
nosotros, ora en nosotros, y al mismo tiempo es a él a quien dirigimos nuestra
oración.
Ora por nosotros, como sacerdote nuestro; ora en nosotros, como cabeza nuestra;
recibe nuestra oración, como nuestro Dios.
Reconozcamos, pues, nuestra propia voz en él y su propia voz en nosotros. Y,
cuando hallemos alguna afirmación referente al Señor Jesucristo, sobre todo en
las profecías, que nos parezca contener algo humillante e indigno de Dios, no
tengamos reparo alguno en atribuírsela, pues él no tuvo reparo en hacerse uno
de nosotros.
A él sirve toda creatura, porque por él fue hecha toda creatura, y, por esto,
contemplamos su sublimidad y divinidad cuando escuchamos: Ya al comienzo de las
cosas existía la Palabra, y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios;
ya al principio estaba ella con Dios; por ella empezaron a existir todas las
cosas, y ninguna de las que existen empezó a ser sino por ella. Pero los que
contemplamos esta divinidad del Hijo de Dios, que supera y trasciende de modo
absoluto a toda creatura, por sublime que sea, lo oímos también, en otros
lugares de la Escritura, gimiendo y suplicando, como si se reconociera reo de
algo.
Y dudamos en atribuirle estas expresiones por el hecho de que nuestra mente,
que acaba de contemplarlo en su divinidad, se resiste a descender hasta su
abajamiento, y le parece que le hace injuria al admitir unas expresiones
humanas en aquel a quien acaba de dirigir su oración como Dios; y, así, duda
muchas veces y se esfuerza en cambiar el sentido de las palabras; y lo único
que encuentra en la Escritura es el recurso a él, para no errar acerca de él.
Por tanto, que nuestra fe esté despierta y vigilante; y démonos cuenta de que
aquel mismo que contemplábamos poco antes en su condición de Dios tomó la
condición de siervo, haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su
porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte; y,
clavado en la cruz, quiso hacer suyas las palabras del salmo: Dios mío, Dios
mío, ¿por qué me has abandonado?
Por tanto, oramos a él por su condición de Dios, ora él por su condición de
siervo; por su condición divina es creador, por su condición de siervo es
creado, habiendo asumido él, inmutable, a la creatura mudable, y haciéndonos a
nosotros con él un solo hombre, cabeza y cuerpo. Así, pues, oramos a él, por él
y en él; hablamos con él y él habla en nosotros.
RESPONSORIO Jn 16, 24. 23
R. Hasta ahora nada habéis pedido en mi
nombre. * Pedid y recibiréis, y vuestra alegría será completa.
V. Yo os lo aseguro: cuanto pidáis al Padre en mi
nombre os lo concederá.
R. Pedid y recibiréis, y vuestra alegría será
completa.
*Lecturas del Miércoles de
la 5ª semana de Cuaresma*
Miércoles,
29 de marzo de 2023
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Juan
(8,31-42)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos que habían creído en él:
«Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la
verdad, y la verdad os hará libres».
Le replicaron:
«Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú:
“Seréis libres”?».
Jesús les contestó:
«En verdad, en verdad os digo: todo el que comete pecado es esclavo. El esclavo
no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el
Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán;
sin embargo, tratáis de matarme, porque mi palabra no cala en vosotros. Yo
hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le
habéis oído a vuestro padre».
Ellos replicaron:
«Nuestro padre es Abrahán».
Jesús les dijo:
«Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis
de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios; y eso no
lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre».
Le replicaron:
«Nosotros no somos hijos de prostitución; tenemos un solo padre: Dios».
Jesús les contestó:
«Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y he venido.
Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió».
Palabra del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. «Si permanecéis en mi palabra seréis en verdad discípulos míos
—dice el Señor— y llegaréis al conocimiento de la verdad y la verdad os librará
de la esclavitud.»
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Si permanecéis en mi palabra
seréis en verdad discípulos míos —dice el Señor— y llegaréis al conocimiento de
la verdad y la verdad os librará de la esclavitud.»
PRECES
Bendigamos al Autor de nuestra salvación, que ha querido renovar
en sí mismo todas las cosas, y digámosle:
Renuévanos, Señor, por tu Espíritu Santo.
Señor, tú que nos has prometido un cielo nuevo y una tierra nueva, renuévanos
sin cesar por tu Espíritu Santo,
para que lleguemos a gozar eternamente de ti en la nueva Jerusalén.
Que trabajemos, Señor, para que el mundo se impregne de tu Espíritu
y se logre así más eficazmente la justicia, el amor y la paz universal.
Enséñanos, Señor, a corregir nuestra pereza y nuestra desidia
y a poner nuestro corazón en los bienes eternos.
Líbranos del mal
y presérvanos de la fascinación de la vanidad que oscurece la mente y oculta el
bien.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Digamos al Padre, unidos a Jesús, la oración que él nos enseñó:
Padre nuestro...
ORACION
Dios misericordioso, ilumina los corazones de tus hijos que tratan
de purificarse por la penitencia de la Cuaresma y, ya que nos infundes el deseo
de servirte con amor, dígnate escuchar paternalmente nuestras súplicas. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: HEME, SEÑOR, A TUS DIVINAS PLANTAS
Heme, Señor, a tus divinas plantas,
baja la frente y de rubor cubierta,
porque mis culpas son tales y tantas,
que tengo miedo a tus miradas santas
y el pecho mío a respirar no acierta.
Mas ¡ay!, que renunciar la lumbre hermosa
de esos divinos regalados ojos
es condenarme a noche tenebrosa;
y esa noche es horrible, es espantosa
para el que gime ante tus pies de hinojos.
Dame licencia ya, Padre adorado,
para mirarte y moderar mi miedo;
mas no te muestres de esplendor cercado;
muéstrate, Padre mío, en cruz clavado,
porque sólo en la cruz mirarte puedo. Amén.
SALMODIA
Ant 1. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
Salmo 26 I - CONFIANZA ANTE EL PELIGRO
El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar?
Cuando me asaltan los malvados
para devorar mi carne,
ellos, enemigos y adversarios,
tropiezan y caen.
Si un ejército acampa contra mí,
mi corazón no tiembla;
si me declaran la guerra,
me siento tranquilo.
Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor
contemplando su templo.
Él me protegerá en su tienda
el día del peligro;
me esconderá en lo escondido de su morada,
me alzará sobre la roca;
y así levantaré la cabeza
sobre el enemigo que me cerca;
en su tienda sacrificaré
sacrificios de aclamación:
cantaré y tocaré para el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
Ant 2. Tu rostro buscaré Señor, no me
escondas tu rostro.
Salmo 26 II
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro.»
Tu rostro buscaré, Señor,
no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio;
no me deseches, no me abandones,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
el Señor me recogerá.
Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.
No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos,
que respiran violencia.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tu rostro buscaré Señor, no me
escondas tu rostro.
Ant 3. Él es el primogénito de toda
creatura, es el primero en todo.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA CREATURA Y PRIMER
RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Él es el primogénito de toda
creatura, es el primero en todo.
LECTURA BREVE Ef 4, 32—5, 2
Sed bondadosos y compasivos unos con otros, y perdonaos mutuamente como también
Dios os ha perdonado en Cristo. Sed en una palabra, imitadores de Dios, como
hijos amados que sois. Y vivid en el amor a ejemplo de Cristo, que os amó y se
entregó por nosotros a Dios como oblación de suave fragancia.
RESPONSORIO BREVE
V. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
V. Sáname, porque he pecado contra ti.
R. Señor, ten misericordia.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Yo dije: «Señor, ten misericordia.»
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. ¿Pretendéis quitarme la vida, a mí, que os he manifestado la
verdad?
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. ¿Pretendéis quitarme la vida, a mí,
que os he manifestado la verdad?
PRECES
Alabemos a Dios todopoderoso y providente, que conoce todas
nuestras necesidades pero quiere ante todo que busquemos su reino;
supliquémosle, pues, diciendo:
Venga, Señor, tu reino y su justicia.
Padre santo, que nos diste a Cristo como pastor de nuestras vidas, ayuda a los
pastores y a los pueblos a ellos confiados, para que no falte nunca al rebaño
la solicitud de sus pastores
ni falte a los pastores la obediencia de su rebaño.
Mueve a los cristianos para que con amor fraternal se interesen por los
enfermos
y que en ellos socorran a tu Hijo.
Haz que entren a formar parte de tu Iglesia los que aún no creen en el
Evangelio,
y que, con sus buenas obras, la hagan crecer en el amor.
A nosotros, pecadores, concédenos tu perdón
y la reconciliación con tu Iglesia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
A los que murieron concédeles resucitar a la vida eterna
y morar eternamente contigo.
Invoquemos a Dios Padre con la oración que nos enseñó Jesús:
Padre nuestro...
ORACION
Dios misericordioso, ilumina los corazones de tus hijos que tratan
de purificarse por la penitencia de la Cuaresma y, ya que nos infundes el deseo
de servirte con amor, dígnate escuchar paternalmente nuestras súplicas. Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del
Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.