Musica Para el Alma

miércoles, 30 de abril de 2025

GOTAS DE MISERICORDIA


 

MATEO 13,54-58 CICLO C


 

*Memoria de San José, Obrero*

Jueves, 1 de mayo de 2025

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,54-58)*


54 Viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: « ¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros?
55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?
56 Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?»
57 Y se escandalizaban a causa de él. Mas Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio.»
58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe.

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

(« ¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero?)  

*No es mucho lo que se menciona de José en las Escritura. Pero es mucho lo que yo puedo aprender de José. Es para mí de gran valor la misión que tuvo José. Digo esto porque fue Dios, quien puso en sus manos dos tesoros: a Jesús y a María. José el carpintero, yo lo llamo padre José, y la experiencia de acoger a José como padre, atraído a mi vida y a mi familia muchas bendiciones: Padre San José́, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad (Ahora les digo mis preocupaciones y las pongo en sus manos). Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una feliz solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con “Jesús y María”, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder, amen. Enséñame a buscar la paz en el trabajo, a encontrar belleza en la humildad, y confianza en la pureza*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.

LAUDES Y VISPERAS DEL JUEVES 1 MEMORIA SAN JOSE


 

*LAS LAUDES Y LAS VISPERAS*

 

Abre, Señor, mi boca para bendecir tu santo nombre; limpia mi corazón de todos los pensamientos vanos, perversos y ajenos; ilumina mi entendimiento y enciende mi sentimiento para que, digna, atenta y devotamente pueda recitar este Oficio, y merezca ser escuchado en la presencia de tu divina majestad. Por Cristo nuestro Señor. Amén

 

 

*JUEVES SEMANA II DE PASCUA*

 

1 de mayo

*SAN JOSÉ OBRERO. (MEMORIA)*

 

LAUDES
(Oración de la mañana)

INVITATORIO

V. 
Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza

Ant. Venid, adoremos a Cristo, el Señor, que quiso ser tenido como hijo del carpintero. Aleluya.

Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.

Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.

Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.

Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Venid, adoremos a Cristo, el Señor, que quiso ser tenido como hijo del carpintero. Aleluya.

Himno: LLAMANDO A TRABAJO AL MUNDO

Llamando a trabajo al mundo
la aurora de la mañana,
saluda al son del martillo
la casa nazaretana.

Salve, padre de familia,
de cuyas manos sudadas
el Artífice divino
copió labor artesana.

Reinando en la cumbre del cielo
junto a tu esposa sin mácula,
oye a tus fieles devotos
sumergidos en desgracias.

Quita violencias y engaños
y hurtos al pobre en ganancias,
baste a todos el vivir
con una sencilla holganza.

Por ti, José, Dios altísimo
dirija nuestras pisadas
en paz y santa alegría
por las sendas de la Patria. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
Baje a nosotros la bondad del Señor. Aleluya.

Salmo 89 - BAJE A NOSOTROS LA BONDAD DEL SEÑOR

Señor, tú has sido nuestro refugio
de generación en generación.

Antes que naciesen los montes
o fuera engendrado el orbe de la tierra,
desde siempre y por siempre tú eres Dios.

Tú reduces el hombre a polvo,
diciendo: «Retornad, hijos de Adán.»
Mil años en tu presencia
son un ayer, que pasó;
una vigilia nocturna.

Los siembras año por año,
como hierba que se renueva:
que florece y se renueva por la mañana,
y por la tarde la siegan y se seca.

¡Cómo nos ha consumido tu cólera
y nos ha trastornado tu indignación!
Pusiste nuestras culpas ante ti,
nuestros secretos ante la luz de tu mirada:
y todos nuestros días pasaron bajo tu cólera,
y nuestros años se acabaron como un suspiro.

Aunque uno viva setenta años,
y el más robusto hasta ochenta,
la mayor parte son fatiga inútil,
porque pasan aprisa y vuelan.

¿Quién conoce la vehemencia de tu ira,
quién ha sentido el peso de tu cólera?
Enséñanos a calcular nuestros años,
para que adquiramos un corazón sensato.

Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo?
Ten compasión de tus siervos;
por la mañana sácianos de tu misericordia,
y toda nuestra vida será alegría y júbilo.

Danos alegría, por los días en que nos afligiste,
por los años en que sufrimos desdichas.
Que tus siervos vean tu acción,
y sus hijos tu gloria.

Baje a nosotros la bondad del Señor
y haga prósperas las obras de nuestras manos.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Baje a nosotros la bondad del Señor. Aleluya.

Ant 2. Convertiré ante ellos la tiniebla en luz. Aleluya.

Cántico: CÁNTICO NUEVO AL DIOS VENCEDOR Y SALVADOR Is 42, 10-16

Cantad al Señor un cántico nuevo,
llegue su alabanza hasta el confín de la tierra;
muja el mar y lo que contiene,
las islas y sus habitantes;

alégrese el desierto con sus tiendas,
los cercados que habita Cadar;
exulten los habitantes de Petra,
clamen desde la cumbre de las montañas;
den gloria al Señor,
anuncien su alabanza en las islas.

El Señor sale como un héroe,
excita su ardor como un guerrero,
lanza el alarido,
mostrándose valiente frente al enemigo.

«Desde antiguo guardé silencio,
me callaba y aguantaba;
mas ahora grito como la mujer cuando da a luz,
jadeo y resuello.

Agostaré montes y collados,
secaré toda su hierba,
convertiré los ríos en yermo,
desecaré los estanques;
conduciré a los ciegos
por el camino que no conocen,
los guiaré por senderos que ignoran.
Ante ellos convertiré la tiniebla en luz,
lo escabroso en llano.»

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Convertiré ante ellos la tiniebla en luz. Aleluya.

Ant 3. El Señor todo lo que quiere lo hace. Aleluya.

Salmo 134, 1-12 - HIMNO A DIOS POR SUS MARAVILLAS

Alabad el nombre del Señor,
alabadlo, siervos del Señor,
que estáis en la casa del Señor,
en los atrios de la casa de nuestro Dios.

Alabad al Señor porque es bueno,
tañed para su nombre, que es amable.
Porque él se escogió a Jacob,
a Israel en posesión suya.

Yo sé que el Señor es grande,
nuestro dueño más que todos los dioses.
El Señor todo lo que quiere lo hace:
en el cielo y en la tierra,
en los mares y en los océanos.

Hace subir las nubes desde el horizonte,
con los relámpagos desata la lluvia,
suelta a los vientos de sus silos.

Él hirió a los primogénitos de Egipto,
desde los hombres hasta los animales.
Envió signos y prodigios
—en medio de ti, Egipto—
contra el Faraón y sus ministros.

Hirió de muerte a pueblos numerosos,
mató a reyes poderosos:
a Sijón, rey de los amorreos;
a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán.
Y dio su tierra en heredad,
en heredad a Israel, su pueblo.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El Señor todo lo que quiere lo hace. Aleluya.

LECTURA BREVE   2S 7, 28-29

Mi Señor, tú eres el Dios verdadero, tus palabras son de fiar, y has hecho esta promesa a tu siervo. Dígnate, pues, bendecir a la casa de tu siervo, para que esté siempre en tu presencia; ya que tú, mi Señor, lo has dicho, sea siempre bendita la casa de tu siervo.

RESPONSORIO BREVE

V. 
Lo nombró administrador de su casa. Aleluya, aleluya.
R. Lo nombró administrador de su casa. Aleluya, aleluya.

V. Señor de todas sus posesiones.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Lo nombró administrador de su casa. Aleluya, aleluya.


PRIMERA LECTURA

Del libro del Apocalipsis 13, 1-18

LAS DOS BESTIAS

Yo, Juan, vi que salía del mar una Bestia que tenía diez cuernos y siete cabezas, y sobre los cuernos diez diademas, y sobre las cabezas nombres blasfemos. Esta bestia que yo vi era semejante a un leopardo; sus patas eran como de oso, y su boca como boca de león. La Serpiente le dio su poder, su trono y una gran autoridad. Vi la primera de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal había sido curada. Y toda la tierra corría fascinada tras la Bestia. Adoraron postrados a la Serpiente, porque había dado el poder a la Bestia; y adoraron a la Bestia, diciendo:

«¿Quién hay como la Bestia? ¿Quién puede presentarle batalla?»

Y se le dio una boca para que profiriese insolencias y blasfemias; y se le dio facultad para hacerlo así durante cuarenta y dos meses. Abrió su boca en blasfemias contra Dios, blasfemando de su nombre y de su tabernáculo y de los que moraban en el cielo. Se le otorgó asimismo poder de combatir contra los santos y de vencerlos. Y se le concedió autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. La adorarán los habitantes de la tierra, todos aquellos cuyo nombre no se encuentra escrito desde la creación del mundo en el libro de la vida del Cordero degollado.

El que tenga oídos oiga. El que lleve a cautiverio a cautiverio irá. El que mata por la espada a espada morirá. Aquí se requiere perseverancia y la fe de los santos.

Y vi otra Bestia que subía de la tierra. Tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como una serpiente. Ejerció toda la autoridad de la primera Bestia en presencia de ella; e hizo que la tierra y sus moradores adorasen a la primera Bestia, a aquella cuya herida mortal había sido curada.

Obró grandes prodigios, hasta hacer bajar fuego del cielo a la tierra en presencia de los hombres. Engañó a los habitantes de la tierra con los prodigios que le fue dado obrar en presencia de la Bestia. Mandó a los moradores de la tierra que hiciesen una imagen en honor de la Bestia (de aquella que tenía la herida de la espada y había revivido). Se le concedió infundir la vida en la estatua de la Bestia, hasta el punto de hacer hablar a la estatua y de hacer morir a cuantos no se postrasen ante la estatua de la Bestia. Hizo también que a todos, a pequeños y a grandes, a ricos y a pobres, a libres y a esclavos, se les imprimiese una marca en la mano derecha o en la frente; y que nadie pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la Bestia, o la cifra que daba su nombre.

Aquí se requiere sabiduría. Quien tenga inteligencia descifre el número de la Bestia. Es cifra que designa a un hombre. Su cifra es seiscientos sesenta y seis.

RESPONSORIO    Ap 3, 5; Mt 10, 22

R. El vencedor será revestido con vestiduras blancas; no borraré jamás su nombre del libro de la vida, * y yo lo proclamaré en presencia de mi Padre y de sus ángeles. Aleluya.
V. El que persevere hasta el fin se salvará.
R. Y yo lo proclamaré en presencia de mi Padre y de sus ángeles. Aleluya.

SEGUNDA LECTURA

De la Constitución pastoral Gáudium el spes, sobre la Iglesia en el mundo actual, del Concilio Vaticano segundo
(Núms. 33-34)

LA ACTIVIDAD HUMANA EN EL MUNDO

El hombre, con su trabajo e ingenio, siempre se ha esforzado por desarrollar más y más su vida; pero hoy, gracias a la ciencia y la técnica, ha dilatado su dominio casi a la universalidad de la naturaleza, y lo acrecienta de día en día; y, con la ayuda principalmente de los múltiples intercambios entre las naciones, la familia humana poco a poco ha llegado a reconocerse y constituirse como una sola comunidad mundial. Con lo cual se consigue que muchos de los bienes que en otro tiempo el hombre esperaba principalmente de las fuerzas superiores hoy se los procure ya por su propio trabajo.

Frente a un esfuerzo tan colosal, que ya envuelve a todo el género humano, se plantean ante los hombres múltiples interrogantes: ¿cuál es el sentido y valor de tanta laboriosidad?, ¿qué uso se ha de hacer de estas riquezas?, ¿a qué fin tiende el esfuerzo de individuos y sociedades? La Iglesia, que guarda el depósito de la palabra de Dios, de la que se deducen los principios del orden religioso y moral, sin que por ello posea siempre la inmediata respuesta a cada una de las preguntas, desea unir la luz de la revelación al saber de todos los hombres, para iluminar el camino recientemente emprendido por la humanidad.

Una cosa hay cierta para los creyentes: que la actividad humana, individual y colectiva, es decir, el conjunto inmenso de los esfuerzos realizados por el hombre a lo largo de los siglos para mejorar su condición de vida, considerado en sí mismo, responde a la voluntad de Dios. El hombre, creado a imagen de Dios, recibió el mandato de someter la tierra y cuanto en ella se contiene, gobernar el mundo en la justicia y santidad y, reconociendo a Dios como creador de todo, orientar hacia él la propia persona y todo el universo: de este modo, sometiendo a sí todas las cosas, hacer admirable el nombre de Dios en el universo.

Este destino vale también para los quehaceres más ordinarios. Hombres y mujeres, que mientras se ganan con el trabajo el sustento para sí y para la familia organizan su trabajo de modo que resulte provechoso para la sociedad, tienen derecho a pensar que con ese mismo trabajo complementan la obra del Creador, sirven al bien de sus hermanos y contribuyen de modo personal a que se cumplan los designios de Dios en la historia.

Los cristianos, por consiguiente, lejos de pensar que las obras que consigue realizar el hombre con su talento y su capacidad se oponen al poder de Dios y que la creatura racional es como émula del Creador, cultivan más bien la persuasión de que las victorias del género humano son un signo de las grandezas de Dios y un fruto de su inefable designio.

Por eso, cuanto más crece el poder del hombre, más aumenta su propia responsabilidad, singular o colectiva. De donde es evidente que el mensaje cristiano no aparta al hombre de la construcción del mundo, ni lo impulsa a descuidar el interés por sus semejantes; más bien lo obliga a sentir esta colaboración como un verdadero deber.

RESPONSORIO    Cf. Gn 2, 15

R. Tomó Dios al hombre y lo colocó en el jardín de Edén * para que lo cuidase y cultivase. Aleluya.
V. Ésta fue la condición del hombre desde el principio.
R. Para que lo cuidase y cultivase. Aleluya.

 

 

 

Memoria de San José, Obrero

Jueves, 1 de mayo de 2025

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,54-58)*


54 Viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: « ¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros?
55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?
56 Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?»
57 Y se escandalizaban a causa de él. Mas Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio.»
58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe.


Palabra del Señor

 

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Por medio del honrado desempeño del oficio de carpintero, José ha venido a ser el modelo admirable de todos los trabajadores. Aleluya.

Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR      Lc 1, 68-79

Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:

Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.

Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.

Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.

Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Por medio del honrado desempeño del oficio de carpintero, José ha venido a ser el modelo admirable de todos los trabajadores. Aleluya.

PRECES

Acudamos suplicantes al Señor, el único que puede hacernos justos, y digámosle suplicantes:

Con tu justicia, Señor, danos vida.

Tú, Señor, que llamaste a nuestros padres en la fe para que caminasen en tu presencia con un corazón sincero,
haz que también nosotros, siguiendo sus huellas, seamos santos ante tus ojos.

Tú que elegiste a José, varón justo, para que cuidara de tu Hijo durante su niñez y adolescencia,
haz que también nosotros nos consagremos al servicio del cuerpo de Cristo, sirviendo a nuestros hermanos.

Tú que entregaste la tierra a los hombres para que la llenaran y la sometieran,
ayúdanos a trabajar con empeño en nuestro mundo, pero teniendo siempre nuestros ojos puestos en tu gloria.

No te olvides, Padre del universo, de la obra de tus manos
y haz que todos los hombres, mediante su trabajo honesto, tengan una vida digna.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Porque somos miembros de la familia de Dios, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACION

Dios nuestro, creador del universo, que has establecido que el hombre coopere con su trabajo al perfeccionamiento de tu obra, haz que, guiados por el ejemplo de san José y ayudados por sus plegarias, realicemos las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

 

 

 

 

VÍSPERAS
(Oración de la tarde)

INVOCACIÓN INICIAL

V. 
Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

Himno: QUE TE ALABEN LOS CÉLICOS EJÉRCITOS

Que te alaben los célicos ejércitos
y que te canten los cristianos coros,
oh preclaro José, que fuiste dado
a la Virgen en casto matrimonio.

Al advertir su gravidez te asombras,
y la duda te angustia en lo más íntimo,
pero un ángel del cielo te revela
que el niño concebido es del Espíritu.

Tú estrechas al Señor en cuanto nace;
después, huyes con él a tierra egipcia;
luego, en Jerusalén notas su falta
y, al encontrarlo, lloras de alegría.

Más feliz que los otros elegidos,
que sólo ven a Dios después de muertos,
tú, por un privilegio misterioso,
desde esta misma vida puedes verlo.

Por este santo, Trinidad santísima,
déjanos escalar el cielo santo,
y nuestra gratitud te mostraremos
con el fervor de un sempiterno canto. Amén.

SALMODIA

Ant 1. 
El que está en Cristo es una nueva creación. Aleluya.

Salmo 135 I - HIMNO A DIOS POR LAS MARAVILLAS DE LA CREACIÓN Y DEL ÉXODO.

Dad gracias al Señor porque es bueno:
porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Dios de los dioses:
porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Señor de los señores:
porque es eterna su misericordia.

Sólo él hizo grandes maravillas:
porque es eterna su misericordia.

Él hizo sabiamente los cielos:
porque es eterna su misericordia.

El afianzó sobre las aguas la tierra:
porque es eterna su misericordia.

Él hizo lumbreras gigantes:
porque es eterna su misericordia.

El sol que gobierna el día:
porque es eterna su misericordia.

La luna que gobierna la noche:
porque es eterna su misericordia.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. El que está en Cristo es una nueva creación. Aleluya.

Ant 2. Amemos a Dios porque él nos ha amado antes. Aleluya.

Salmo 135 II

El hirió a Egipto en sus primogénitos:
porque es eterna su misericordia.

Y sacó a Israel de aquel país:
porque es eterna su misericordia.

Con mano poderosa, con brazo extendido:
porque es eterna su misericordia.

Él dividió en dos partes el mar Rojo:
porque es eterna su misericordia.

Y condujo por en medio a Israel:
porque es eterna su misericordia.

Arrojó en el mar Rojo al Faraón:
porque es eterna su misericordia.

Guió por el desierto a su pueblo:
porque es eterna su misericordia.

Él hirió a reyes famosos:
porque es eterna su misericordia.

Dio muerte a reyes poderosos:
porque es eterna su misericordia.

A Sijón, rey de los amorreos:
porque es eterna su misericordia.

Y a Hog, rey de Basán:
porque es eterna su misericordia.

Les dio su tierra en heredad:
porque es eterna su misericordia.

En heredad a Israel, su siervo:
porque es eterna su misericordia.

En nuestra humillación se acordó de nosotros:
porque es eterna su misericordia.

Y nos libró de nuestros opresores:
porque es eterna su misericordia.

Él da alimento a todo viviente:
porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Dios del cielo:
porque es eterna su misericordia.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Amemos a Dios porque él nos ha amado antes. Aleluya.

Ant 3. De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya.

Cántico: EL PLAN DIVINO DE SALVACIÓN - Ef 1, 3-10

Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

El nos eligió en la persona de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos consagrados
e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan
que había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
hacer que todas las cosas tuviesen a Cristo por cabeza,
las del cielo y las de la tierra.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Aleluya.

LECTURA BREVE   Col 3, 23-24

Lo que hacéis, hacedlo con toda el alma, como para servir al Señor y no a los hombres: sabiendo bien que recibiréis del Señor en recompensa la herencia. Servid a Cristo Señor.

RESPONSORIO BREVE

V. 
El justo florecerá como un lirio. Aleluya, aleluya.
R. El justo florecerá como un lirio. Aleluya, aleluya.

V. Y se alegrará eternamente ante el señor.
R. Aleluya, aleluya.

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El justo florecerá como un lirio. Aleluya, aleluya.

CÁNTICO EVANGÉLICO

Ant. 
Cristo, el Señor, quiso ser tenido como hijo del carpintero. Aleluya.

Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Ant. Cristo, el Señor, quiso ser tenido como hijo del carpintero. Aleluya.

PRECES

Acudamos suplicantes a Dios Padre todopoderoso, de quien procede toda la familia del cielo y de la tierra, y digámosle suplicantes:

Padre nuestro que estás en los cielos, escúchanos.

Padre santo, tú que en la aurora del nuevo Testamento revelaste a José el misterio mantenido en silencio desde el origen de los siglos,
ayúdanos a conocer cada vez mejor a tu Hijo, verdadero Dios y verdadero hombre.

Padre celestial, tú que alimentas las aves del cielo y vistes la hierba del campo,
concede a todos los hombres el pan de cada día para su cuerpo y el alimento de la eucaristía para su espíritu.

Creador del universo, tú que entregaste al hombre la obra de tus manos,
haz que los trabajadores puedan disfrutar de manera digna del fruto de su trabajo.

Señor, tú que eres la fuente de toda la justicia y deseas que todos seamos justos,
por intercesión de san José, ayúdanos a agradarte en todo.

Se pueden añadir algunas intenciones libres

Haz, Señor, que los moribundos y los que ya han muerto,
obtengan tu misericordia eterna, por medio de tu Hijo, de María y de san José.

Porque somos miembros de la familia de Dios, nos atrevemos a decir:

Padre nuestro...

ORACION

Dios nuestro, creador del universo, que has establecido que el hombre coopere con su trabajo al perfeccionamiento de tu obra, haz que, guiados por el ejemplo de san José y ayudados por sus plegarias, realicemos las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

CONCLUSIÓN

V. 
El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

LAS LECTURAS DEL JUEVES 1 DE MAYO 2025 SAN JOSE OBRERO


 

Lecturas del Jueves de la II Semana de Pascua.

01 Mayo 2025

*Memoria de San José, Obrero*

Primera lectura

Lectura del libro de Génesis (1,26-2,3):

 

En el principio creó Dios al cielo y la tierra. Y dijo Dios:

«Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine a los peces del mar, a las aves del cielo, a los animales domésticos y a todo animal que se arrastra sobre la tierra».

Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen suya lo creó; hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo:

«Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todo ser viviente que se mueve sobre la tierra».

Y dijo Dios:

«He aquí que les entrego todas las plantas de semilla que hay sobre la faz de la tierra, y todos los árboles que producen fruto y semilla, para que les sirvan de alimento. Y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra, a todos los seres que respiran, también les doy por alimento las verdes plantas».

Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho y lo encontró muy bueno. Fue la tarde y la mañana del sexto día.

Así quedaron concluidos el cielo y la tierra con todos sus ornamentos, y terminada su obra, descansó Dios el séptimo día de todo cuanto había hecho. Dios bendijo el séptimo día y lo consagró, porque ese día cesó de trabajar en la creación del universo.

 

Palabra de Dios

 

Salmo

Salmo 90:2-4, 12-14, 16

 

Has prosperas, Señor las obras de nuestras manos.


2 Antes que los montes fuesen engendrados, antes que naciesen tierra y orbe, desde siempre hasta siempre tú eres Dios.

 

Has prosperas, Señor las obras de nuestras manos


3 Tú al polvo reduces a los hombres, diciendo: «¡Tornad, hijos de Adán!»
4 Porque mil años a tus ojos son como el ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche.

 

Has prosperas, Señor las obras de nuestras manos


12 ¡Enseñanos a contar nuestros días, para que entre la sabiduría en nuestro corazón!
13 ¡Vuelve, Yahveh! ¿Hasta cuándo? Ten piedad de tus siervos.

 

Has prosperas, Señor las obras de nuestras manos


14 Sácianos de tu amor a la mañana, que exultemos y cantemos toda nuestra vida.
16 ¡Que se vea tu obra con tus siervos, y tu esplendor sobre sus hijos!

 

Has prosperas, Señor las obras de nuestras manos

 

Memoria de San José, Obrero

Jueves, 1 de mayo de 2025

Evangelio

*Lectura del santo evangelio según san Mateo (13,54-58)*


54 Viniendo a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: « ¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros?
55 ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?
56 Y sus hermanas, ¿no están todas entre nosotros? Entonces, ¿de dónde le viene todo esto?»
57 Y se escandalizaban a causa de él. Mas Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio.»
58 Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe.

Palabra del Señor

 

*Que la Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*

 

(« ¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero?)  

*No es mucho lo que se menciona de José en las Escritura. Pero es mucho lo que yo puedo aprender de José. Es para mí de gran valor la misión que tuvo José. Digo esto porque fue Dios, quien puso en sus manos dos tesoros: a Jesús y a María. José el carpintero, yo lo llamo padre José, y la experiencia de acoger a José como padre, atraído a mi vida y a mi familia muchas bendiciones: Padre San José́, cuyo poder sabe hacer posibles las cosas imposibles, ven en mi ayuda en estos momentos de angustia y dificultad (Ahora les digo mis preocupaciones y las pongo en sus manos). Toma bajo tu protección las situaciones tan graves y difíciles que te confío, para que tengan una feliz solución. Mi amado Padre, toda mi confianza está puesta en ti. Que no se diga que te haya invocado en vano y, como puedes hacer todo con “Jesús y María”, muéstrame que tu bondad es tan grande como tu poder, amen. Enséñame a buscar la paz en el trabajo, a encontrar belleza en la humildad, y confianza en la pureza*.

 

*El que desea y quiere amar, con el corazón según el Señor: llegará a ser, Santo*

 

V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.


R. Amén.