TIEMPO ORDINARIO
MIÉRCOLES DE LA SEMANA X
Del Propio. Salterio II
11 de Junio
*SAN BERNABÉ, apóstol. (MEMORIA)*.
Nació en la isla de Chipre y fue uno de los primeros convertidos en Jerusalén.
Predicó el Evangelio en Antioquía y fue compañero del apóstol Pablo, al que
acompañó en su primer viaje; intervino en el Concilio de Jerusalén. Vuelto a su
patria, propagó en ella el Evangelio y allí murió.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
INVITATORIO
Ant. Venid, adoremos al Espíritu Santo, que nos habló por los profetas
y doctores.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: VOSOTROS QUE ESCUCHASTEIS LA LLAMADA.
Vosotros, que escuchasteis la llamada
de viva voz que Cristo os dirigía,
abrid nuestro vivir y nuestra alma
al mensaje de amor que él nos envía.
Vosotros, que invitados al banquete
gustasteis el sabor del nuevo vino,
llenad el vaso, del amor que ofrece,
al sediento de Dios en su camino.
Vosotros, que tuvisteis tan gran suerte
de verle dar a muertos nueva vida,
no dejéis que el pecado y que la muerte
nos priven de la vida recibida.
Vosotros, que lo visteis ya glorioso,
hecho Señor de gloria sempiterna,
haced que nuestro amor conozca el gozo
de vivir junto a él la vida eterna. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Dios mío, tus caminos son santos: ¿qué dios es grande como nuestro
Dios?
Salmo 76 - RECUERDO DEL PASADO GLORIOSO DE ISRAEL.
Alzo mi voz a Dios gritando,
alzo mi voz a Dios para que me oiga.
En mi angustia te busco, Señor mío;
de noche extiendo las manos sin descanso,
y mi alma rehúsa el consuelo.
Cuando me acuerdo de Dios, gimo,
y meditando me siento desfallecer.
Sujetas los párpados de mis ojos,
y la agitación no me deja hablar.
Repaso los días antiguos,
recuerdo los años remotos;
de noche lo pienso en mis adentros,
y meditándolo me pregunto:
¿Es que el Señor nos rechaza para siempre
y ya no volverá a favorecernos?
¿Se ha agotado ya su misericordia,
se ha terminado para siempre su promesa?
¿Es que Dios se ha olvidado de su bondad,
o la cólera cierra sus entrañas?
Y me digo: ¡Qué pena la mía!
¡Se ha cambiado la diestra del Altísimo!
Recuerdo las proezas del Señor;
sí, recuerdo tus antiguos portentos,
medito todas tus obras
y considero tus hazañas.
Dios mío, tus caminos son santos:
¿qué dios es grande como nuestro Dios?
Tú, ¡oh Dios!, haciendo maravillas,
mostraste tu poder a los pueblos;
con tu brazo rescataste a tu pueblo,
a los hijos de Jacob y de José.
Te vio el mar, ¡oh Dios!,
te vio el mar y tembló,
las olas se estremecieron.
Las nubes descargaban sus aguas,
retumbaban los nubarrones,
tus saetas zigzagueaban.
Rodaba el fragor de tu trueno,
los relámpagos deslumbraban el orbe,
la tierra retembló estremecida.
Tú te abriste camino por las aguas,
un vado por las aguas caudalosas,
y no quedaba rastro de tus huellas:
mientras guiabas a tu pueblo, como a un rebaño,
por la mano de Moisés y de Aarón.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Dios mío, tus caminos son santos:
¿qué dios es grande como nuestro Dios?
Ant 2. Mi corazón se regocija por el
Señor, que humilla y enaltece.
Cántico: ALEGRIA DE LOS HUMILDES EN DIOS 1S 2,1-10
Mi corazón se regocija por el Señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación.
No hay santo como el Señor,
no hay roca como nuestro Dios.
No multipliquéis discursos altivos,
no echéis por la boca arrogancias,
porque el Señor es un Dios que sabe;
él es quien pesa las acciones.
Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos no tienen ya que trabajar;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos se marchita.
El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece.
Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria;
pues del Señor son los pilares de la tierra,
y sobre ellos afianzó el orbe.
Él guarda los pasos de sus amigos,
mientras los malvados perecen en las tinieblas,
porque el hombre no triunfa por su fuerza.
El Señor desbarata a sus contrarios,
el Altísimo truena desde el cielo,
el Señor juzga hasta el confín de la tierra.
él da fuerza a su Rey,
exalta el poder de su Ungido.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Mi corazón se regocija por el
Señor, que humilla y enaltece.
Ant 3. El Señor reina, la tierra goza.
Salmo 96 - EL SEÑOR ES UN REY MAYOR QUE TODOS LOS
DIOSES.
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean,
justicia y derecho sostienen su trono.
Delante de él avanza fuego
abrasando en torno a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la tierra se estremece.
Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria.
Los que adoran estatuas se sonrojan,
los que ponen su orgullo en los ídolos;
ante él se postran todos los dioses.
Lo oye Sión, y se alegra,
se regocijan las ciudades de Judá
por tus sentencias, Señor;
porque tú eres, Señor,
altísimo sobre toda la tierra,
encumbrado sobre todos los dioses.
El Señor ama al que aborrece el mal,
protege la vida de sus fieles
y los libra de los malvados.
Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegraos, justos, con el Señor,
celebrad su santo nombre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. El Señor reina, la tierra goza.
LECTURA BREVE 1Co 15, 1-2a. 3-4
Hermanos: Os quiero traer a la memoria el mensaje
evangélico que os prediqué; el que abrazasteis, el mismo en que os mantenéis
firmes todavía y por el que estáis en camino de salvación. En primer lugar os
comuniqué el mensaje que yo mismo recibí: Que Cristo murió por nuestros
pecados, según las Escrituras, y fue sepultado; resucitó al tercer día y vive,
según lo anunciaron también las Escrituras.
RESPONSORIO BREVE
V. Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder.
R. Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder.
V. Y las maravillas que realizó.
R. Las alabanzas del Señor y su poder.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Proclamaron las alabanzas del Señor y su poder.
V. Mi
alma espera en el Señor.
R. Espera en su palabra.
PRIMERA LECTURA
Del libro de Josué 3, 1-17; 4, 14-19; 5, 10-12
PASO DEL JORDAN Y CELEBRACIÓN DE LA PASCUA
Cierto día, Josué, al levantarse por la mañana,
ordenó levantar el campamento. Él y todos los israelitas partieron de Sittim y
llegaron hasta el Jordán. Pernoctaron ahí tres días, al cabo de los cuales, los
escribas pasaron por medio del campamento y dieron al pueblo esta orden:
«Cuando veáis el arca de la alianza del Señor vuestro Dios y a los sacerdotes
levitas que la llevan, partiréis del sitio donde estáis e iréis tras ella, para
que sepáis qué camino habéis de seguir, pues no habéis pasado nunca hasta ahora
por este camino. Pero que haya entre vosotros y el arca una distancia de unos
dos mil codos: no os acerquéis.»
Josué dijo al pueblo:
«Purificaos para mañana, porque mañana el Señor va a obrar maravillas en medio
de vosotros.» Y dijo Josué a los sacerdotes:
«Tomad el arca de la alianza y pasad al frente del pueblo.»
Ellos tomaron el arca de la alianza y fueron delante del pueblo.
El Señor dijo a Josué:
«Hoy mismo voy a empezar a engrandecerte a los ojos de todo Israel, para que
sepan que, lo mismo que estuve con Moisés, estoy contigo. Tú darás esta orden a
los sacerdotes que llevan el arca de la alianza: "En cuanto lleguéis a la
orilla del agua del Jordán, os pararéis en el Jordán."»
Josué dijo a los israelitas:
«Acercaos y escuchad las palabras del Señor vuestro Dios.»
Y dijo Josué:
«En esto conoceréis que el Dios vivo está en medio de vosotros y que arrojará
ciertamente de delante de vosotros al cananeo, al hitita, al jiveo, al fereceo,
al guirgaseo, al amorreo y al yebuseo. He aquí que el arca de la alianza del
Señor de toda la tierra va a pasar el Jordán delante de vosotros. En cuanto las
plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de la alianza del
Señor de toda la tierra pisen las aguas del Jordán, las aguas del Jordán que
vienen de arriba quedarán cortadas y se pararán formando un solo bloque.»
Efectivamente, cuando el pueblo partió de sus tiendas para pasar el Jordán y
los sacerdotes llevaron el arca de la alianza a la cabeza del pueblo, en cuanto
los que llevaban el arca llegaron al Jordán y los pies de los sacerdotes que
llevaban el arca tocaron la orilla de las aguas (y el Jordán baja crecido hasta
los bordes todo el tiempo de la siega), las aguas que bajaban de arriba se
detuvieron y formaron un solo bloque en una gran extensión —desde Adam hasta la
fortaleza de Sartán—, mientras que las que bajaban hacia el mar de la Arabá, o
mar de la Sal, desaparecieron por completo, y el pueblo lo pasó frente a
Jericó. Los sacerdotes que llevaban el arca de la alianza del Señor se
estuvieron a pie firme, en seco, en medio del Jordán, mientras que todo Israel
pasaba en seco, hasta que acabó de pasar el Jordán todo el pueblo. Aquel día el
Señor engrandeció a Josué delante de todo Israel, y le miraron a él como habían
mirado a Moisés durante toda su vida.
El Señor dijo a Josué:
«Manda a los sacerdotes que llevan el arca del testimonio que salgan del
Jordán.»
Josué mandó a los sacerdotes:
«Salid del Jordán.»
Cuando los sacerdotes portadores del arca de la alianza del Señor salieron del
Jordán, apenas las plantas de sus pies tocaron la orilla, las aguas del Jordán
siguieron por su cauce y empezaron a correr como antes, por todas sus riberas.
El pueblo salió del Jordán el día diez del mes primero, y acamparon en Guilgal,
al oriente de Jericó, y celebraron allí la Pascua en la tarde del día catorce
del mes, en los llanos de Jericó. El día mismo de la fiesta comieron panes
ázimos y espigas tostadas, pero al día siguiente de la Pascua comieron ya de
los frutos del país.
Y el maná cesó desde entonces, desde que empezaron a comer los productos del
país. Los israelitas no volvieron a tener maná, y se alimentaron ya aquel año
de los productos de la tierra de Canaán.
RESPONSORIO Jos 4, 22-25; Sal
113, 5
R. Pasó Israel
por el Jordán a pie enjuto, porque Dios secó las aguas ante él, como antes lo
había hecho en el mar Rojo. * Que
todos los pueblos de la tierra reconozcan que la mano del Señor es poderosa.
V. ¿Qué te pasa, mar, que huyes, y a ti, Jordán,
que te echas atrás?
R. Que todos los pueblos de la tierra reconozcan
que la mano del Señor es poderosa.
SEGUNDA LECTURA
De los Tratados de san Cromacio, obispo, sobre el
evangelio de san Mateo
(Tratado 5, 1. 3-4: CCL 9. 405-407)
VOSOTROS SOIS LA LUZ DEL MUNDO
Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse
una ciudad situada en lo alto del monte; ni se enciende una lámpara para
meterla bajo el celemín, sino para ponerla sobre el candelero, así alumbra a
todos los que están en la casa. El Señor dijo a sus discípulos que eran la sal
de la tierra, porque ellos, por medio de la sabiduría celestial, condimentaron
los corazones de los hombres que, por obra del demonio, habían perdido su
sabor. Ahora añade también que son la luz del mundo, ya que, iluminados por él
mismo, que es la luz verdadera y eterna, se convirtieron ellos también en luz
que disipó las tinieblas.
Puesto que él era el sol de justicia, con razón llama a sus discípulos luz del
mundo, ya que ellos fueron como los rayos a través de los cuales derramó sobre
el mundo la luz de su conocimiento; ellos, en efecto, ahuyentaron del corazón
de los hombres las tinieblas del error, dándoles a conocer la luz de la verdad.
También nosotros, iluminados por ellos, nos hemos convertido de tinieblas en
luz, tal como dice el Apóstol: Un tiempo erais tinieblas, pero ahora sois luz
en el Señor. Caminad como hijos de la luz. Y también: Todos sois hijos de la
luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas.
En este mismo sentido habla san Juan en su carta, cuando dice: Dios es luz, y
el que permanece en Dios está en la luz, como él también está en la luz. Por lo
tanto, ya que tenemos la dicha de haber sido liberados de las tinieblas del
error, debemos caminar siempre en la luz, como hijos que somos de la luz. Por
esto dice el Apóstol: Aparecéis como antorchas en el mundo, presentándole la
palabra de vida.
Si así no lo hacemos, es como si, con nuestra infidelidad, pusiéramos un velo
que tapa y oscurece esta luz tan útil y necesaria, en perjuicio nuestro y de
los demás. Por esto también incurrió en castigo aquel siervo que prefirió
esconder el talento, que había recibido para negociar un lucro celestial, antes
que ponerlo en el banco, como sabemos por el Evangelio.
Así, pues, aquella lámpara resplandeciente, encendida para nuestra salvación,
debe brillar siempre en nosotros. Poseemos, en efecto, la lámpara de los
mandatos celestiales y de la gracia espiritual, acerca de la cual afirma el
salmista: Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. De ella dice
también Salomón: El consejo de la ley es lámpara.
Por consiguiente, nuestro deber es no ocultar esta lámpara de la ley y de la
fe, sino ponerla siempre en alto en la Iglesia, como en un candelero, para la
salvación de todos, para que así nos beneficiemos nosotros de la luz de su
verdad y para que ilumine a todos los creyentes.
RESPONSORIO Hch 11, 23-24
R. Cuando
Bernabé llegó a Antioquía y vio la gracia de Dios, se llenó de júbilo; * pues
era un hombre de gran virtud, lleno del Espíritu Santo y de una grande fe.
V. Y exhortaba a todos a que con entera voluntad
permaneciesen fieles al Señor.
R. Pues era un hombre de gran virtud, lleno del
Espíritu Santo y de una grande fe.
Lecturas del Miércoles de la X
Semana del Tiempo Ordinario
San Bernabé, apóstol
11
Jun 2025
Evangelio
*Lectura
del santo evangelio según san Mateo (5,17-19)*
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la
Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que
antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra
o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes,
y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los
cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los Cielos.»
Palabra
del Señor
CÁNTICO
EVANGÉLICO
Ant. Bernabé partió para Tarso en busca de Saulo; y luego lo llevó a
Antioquía, allí vivieron dentro de la comunidad e instruyeron a muchísima gente.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR
Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Bernabé partió para Tarso en busca
de Saulo; y luego lo llevó a Antioquía, allí vivieron dentro de la comunidad e
instruyeron a muchísima gente.
PRECES
Aclamemos a nuestro Salvador, que ha aniquilado la muerte, y ha
hecho brillar la vida y la inmortalidad por el Evangelio, y supliquémosle,
diciendo:
Confirma a tu Iglesia en la fe y la caridad.
Tú que por medio de doctores santos y eximios has glorificado a tu Iglesia,
haz que todos los cristianos resplandezcan por su virtud.
Tú que por la oración de los santos pastores, que a semejanza de Moisés oraban
por el pueblo, perdonaste los pecados de tus fieles,
purifica y santifica también ahora a la santa Iglesia por la intercesión de los
santos.
Tú que de entre los fieles elegiste a los santos pastores y, por tu Espíritu,
los consagraste como ministros en bien de sus hermanos,
llena también de tu Espíritu a todos los pastores del pueblo de Dios.
Tú que fuiste la heredad de los santos pastores,
no permitas que ninguno de los que fueron adquiridos por tu sangre viva alejado
de ti.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Digamos juntos la oración que Cristo nos enseñó como modelo de toda oración:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que, después de haber infundido en abundancia la fe
y el Espíritu Santo en San Bernabé, lo destinaste para que anunciara a los
pueblos paganos el mensaje de salvación, haz que el Evangelio de Cristo, que él
predicó valerosamente, sea proclamado con fidelidad por nuestras palabras y
nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
VÍSPERAS
(Oración de la tarde)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al
Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Aleluya.
Himno: COLUMNAS DE LA IGLESIA, PIEDRAS VIVAS.
¡Columnas de la Iglesia, piedras vivas!
¡Apóstoles de Dios, grito del Verbo!
Benditos vuestros pies, porque han llegado
para anunciar la paz al mundo entero.
De pie en la encrucijada de la vida,
del hombre peregrino y de los pueblos,
lleváis agua de Dios a los cansados,
hambre de Dios lleváis a los hambrientos.
De puerta en puerta va vuestro mensaje,
que es verdad y es amor y es Evangelio.
no temáis, pecadores, que sus manos
son caricias de paz y de consuelo.
Gracias, Señor, que el pan de tu palabra
nos llega por tu amor, pan verdadero;
gracias, Señor, que el pan de vida nueva
nos llega por tu amor, partido y tierno. Amén.
SALMODIA
Ant 1. Aguardamos la alegre esperanza, la aparición gloriosa de nuestro
salvador.
Salmo 61 - DIOS, ÚNICA ESPERANZA DEL JUSTO.
Sólo en Dios descansa mi alma,
porque de él viene mi salvación;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
¿Hasta cuándo arremeteréis contra un hombre
todos juntos, para derribarlo
como a una pared que cede
o a una tapia ruinosa?
Sólo piensan en derribarme de mi altura,
y se complacen en la mentira:
con la boca bendicen,
con el corazón maldicen.
Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
sólo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar: no vacilaré.
De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme,
Dios es mi refugio.
Pueblo suyo, confiad en él,
desahogad ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.
Los hombres no son más que un soplo,
los nobles son apariencia:
todos juntos en la balanza subirían
más leves que un soplo.
No confiéis en la opresión,
no pongáis ilusiones en el robo;
y aunque crezcan vuestras riquezas,
no les deis el corazón.
Dios ha dicho una cosa,
y dos cosas que he escuchado:
«Que Dios tiene el poder
y el Señor tiene la gracia;
que tú pagas a cada uno
según sus obras.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Aguardamos la alegre esperanza, la
aparición gloriosa de nuestro salvador.
Ant 2. Que Dios ilumine su rostro sobre
nosotros y nos bendiga.
Salmo 66 - QUE TODOS LOS PUEBLOS ALABEN AL SEÑOR.
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
¡Oh Dios!, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Que Dios ilumine su rostro sobre
nosotros y nos bendiga.
Ant 3. Todo fue creado por él y para él.
Cántico: HIMNO A CRISTO, PRIMOGÉNITO DE TODA
CREATURA Y PRIMER RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS. Cf. Col 1, 12-20
Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.
Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda creatura;
pues por medio de él fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.
Porque en él quiso Dios que residiera toda plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas:
haciendo la paz por la sangre de su cruz
con todos los seres, así del cielo como de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Todo fue creado por él y para él.
LECTURA BREVE Col 1, 3b-6a
Damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor
Jesucristo, en todo momento, rezando por vosotros, al oír hablar de vuestra fe
en Jesucristo y del amor que tenéis a todos los santos, por la esperanza que os
está reservada en los cielos, sobre la cual oísteis hablar por la palabra
verdadera de la Buena Noticia, que se os hizo presente, y está dando fruto y
prosperando en todo el mundo igual que entre vosotros.
RESPONSORIO BREVE
V. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
V. Sus maravillas a todas las naciones.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo.
R. Contad a los pueblos la gloria del Señor.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Toda la asamblea guardó silencio y escucharon a Pablo y a Bernabé,
que contaban todas las señales y prodigios que, por su medio, había obrado Dios
entre los gentiles.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Toda la asamblea guardó silencio y
escucharon a Pablo y a Bernabé, que contaban todas las señales y prodigios que,
por su medio, había obrado Dios entre los gentiles.
PRECES
Invoquemos a Dios, fuente de toda luz, que por medio del Evangelio
de su Hijo nos ha llamado a la fe verdadera, y oremos por su pueblo santo,
diciendo:
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia.
Padre santo, que sacaste de entre los muertos a Jesús, gran pastor de las
ovejas,
haz que nosotros seamos testigos de Cristo hasta los confines del mundo.
Padre santo, tú que enviaste a tu Hijo al mundo para dar la Buena Noticia a los
pobres,
haz que el Evangelio sea proclamado a toda la creación.
Tú que enviaste a tu Hijo a sembrar la semilla de la palabra,
haz que, sembrando también tu palabra con nuestro esfuerzo, recojamos sus
frutos con alegría.
Tú que enviaste a tu Hijo para que reconciliara el mundo contigo,
haz que también nosotros cooperemos a la reconciliación de los hombres.
Se pueden añadir algunas intenciones libres
Tú que quisiste que tu Hijo resucitara el primero de entre los muertos,
concede a todos los que son de Cristo resucitar con él, el día de su venida.
Oremos ahora al Padre, como Jesús enseñó a los apóstoles:
Padre nuestro...
ORACION
Dios nuestro, que, después de haber infundido en abundancia la fe
y el Espíritu Santo en San Bernabé, lo destinaste para que anunciara a los
pueblos paganos el mensaje de salvación, haz que el Evangelio de Cristo, que él
predicó valerosamente, sea proclamado con fidelidad por nuestras palabras y
nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.