Lecturas
del Viernes de la XI Semana del Tiempo Ordinario
20 Jun 2025
Primera Lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (11,18.21b-30):
Son tantos los que presumen de títulos
humanos, que también yo voy a presumir. Pues, si otros se dan importancia,
hablo disparatando, voy a dármela yo también. ¿Que son hebreos?, también yo;
¿que son linaje de Israel?, también yo; ¿que son descendientes de Abrahán?,
también yo; ¿que si ven a Cristo?, voy a decir un disparate: mucho más yo. Les
gano en fatigas, les gano en cárceles, no digamos en palizas y en peligros de
muerte, muchísimos; los judíos me han azotado cinco veces, con los cuarenta
golpes menos uno; tres veces he sido apaleado, una vez me han apedreado, he
tenido tres naufragios y pasé una noche y un día en el agua. Cuántos viajes a
pie, con peligros de ríos, con peligros de bandoleros, peligros entre mi gente,
peligros entre gentiles, peligros en la ciudad, peligros en despoblado,
peligros en el mar, peligros con los falsos hermanos. Muerto de cansancio, sin
dormir muchas noches, con hambre y sed, a menudo en ayunas, con frío y sin
ropa. Y, aparte todo lo demás, la carga de cada día, la preocupación por todas
las Iglesias. ¿Quién enferma sin que yo enferme?;
¿quién cae sin que a mí me dé fiebre? Si hay que presumir, presumiré de lo que
muestra mi debilidad.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 33,2-3.4-5.6-7
R/. El Señor libra a los justos de sus angustias
Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor,
él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.
Lecturas
del Viernes de la XI Semana del Tiempo Ordinario
20 Jun 2025
Evangelio
*Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,19-23)*
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen,
donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en el cielo,
donde no hay polilla ni carcoma que se los coman ni ladrones que abran boquetes
y roben. Porque donde está tu tesoro allí está tu corazón. La lámpara del
cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo
está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes
está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!»
Palabra del Señor
*Que la
Paz del Señor llegue primero a vuestros corazones antes que mis palabras*
(«Donde está tu tesoro, allí está tu
corazón»).
*El Señor me hace una invitación de atesorar
en el cielo, yo siempre me preguntaba ¿Y cómo podre atesorar en mis tesoros en el
cielo? Y el Señor con
algunas cosas me fue explicando, cuando le hago un bien a una persona, sin
esperar recompensas y nunca le digo nada a nadie de ese bien que hizo, estoy
atesorando esa bendición en el cielo, porque es en el cielo el único lugar
donde se atesoran las bendiciones, pero si esa bendición la digo a la gente
estoy corriendo el riesgo de que las polillas de mis las vanaglorias la corroan
y también los ladrones me la pueden robar, cuando me quieren hacer ver y sentir
que soy bueno. Hoy con esta palabra el Señor me invita a estar pendiente porque
todos los días yo recibo bendiciones que sepa cuidarla y atesorarla en el
cielo, porque soy santo porque mi Dios y Señor es Santo. Tengo que reconocer que el camino a la santidad
tiene obstáculos, sacrificios, persecuciones, y humillaciones. Pero el Señor
sale en nuestra ayuda*
*El que desea y quiere amar, con el corazón
según el Señor: llegará a ser, Santo*
S
V. El
Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.